El Este busca estrechar sus v¨ªnculos con Bruselas
El Comecon quiere relaciones formales con la CE
El estrechamiento (le las relaciones entre la Comunidad Europea (CE y los pa¨ªses socialistas del Este del continente es desde hace d¨¦cadas un objetivo prioritario de los pol¨ªticos m¨¢s comprometidos con la idea de superar, o al menos paliar, el trauma pol¨ªtico y cultural de la divisi¨®n de Europa emanada de los acuerdos de Yalta.Reforzar los v¨ªnculos econ¨®micos entre las dos Europeas, la de libre mercado de la CE y la EFTA (Asociaci¨®n Europea de Libre Cambio) y la socialista del Este, es de vital importancia para la distensi¨®n y uno de los tres puntales del desarrollo del proceso de Helsinki: para un aumento de la confianza mutua, una mayor permeabilidad de las fronteras para los ciudadanos y la informaci¨®n y el respeto general de los, derechos humanos. La vinculaci¨®n de la cooperaci¨®n econ¨®mica y comercial a un aumento de las libertades individuales en el este de Europa es la base de la pol¨ªtica comunitaria hacia los pa¨ªses socialistas.
Los esfuerzos hechos en este sentido fracasaron siempre a causa del enfrentamiento ideol¨®gico Este-Oeste. La URSS consideraba a la CE como simple correa de transmisi¨®n de los intereses de la OTAN. Sus aliados carec¨ªan de un margen de autonom¨ªa necesario para entablar relaciones con Bruselas. En Occidente se ha considerado siempre a la alianza de los pa¨ªses socialistas corno un instrumento de la hegemon¨ªa sovi¨¦tica.
Con la llegada al poder en Mosc¨² de Mijail Gorbachov han quedado abiertas por primera vez claras perspectivas para una cooperaci¨®n institucional entre la CE y el Consejo de Asistencia Econ¨®mica Mutua (Comecon). El primer paso lo dio el propio Gorbachov cuando anunci¨® la disposici¨®n de la URSS a reconocer oficialmente a la CE. Treinta a?os despu¨¦s del Tratado de Roma, la URSS y sus aliados se disponen a reconocer a la CE como realidad pol¨ªtica y a aceptarla como interlocutor en el di¨¢logo Este-Oeste. Este cambio trascendental en la postura sovi¨¦tica hacia la CE est¨¢ en consonancia con la pol¨ªtica de la casa com¨²n europea lanzada por Gorbachov, y en la que los sectores m¨¢s recelosos hacia la URSS, especialmente en Washington, ven un intento de desvincular Europa occidental de Estados Unidos.
Ronda de conversaciones
En 1985, el secretario del Comecon, Wyacheslav Sichov, envi¨® una carta a la Comisi¨®n Europea ofreciendo la apertura de negociaciones para establecer relaciones institucionales. La CE acept¨®, y actualmente se celebra en Ginebra una ronda de conversaciones. En 1975 se hab¨ªa emprendido ya el di¨¢logo, roto en 1981 sin resultados, en plena escalada de la tensi¨®n Este-Oeste.
Las dificultades para la cooperaci¨®n son numerosas. Por un lado, el Comecon, no equiparable a la CE, ya que no dispone de una organizaci¨®n supranacional a la que los Estados miembros legan parte de su soberan¨ªa, como en el caso de la Comunidad. Tan s¨®lo dispone de una oficina que coordina la cooperaci¨®n entre los pa¨ªses. La URSS es miembro del Comecon y ejerce en ¨¦l una influencia decisiva, mientras la otra superpotencia no est¨¢ presente en la CE y tiene intereses divergentes de los de los doce. El Comecon no tiene por objetivo un mercado com¨²n interior y sus acuerdos no son vinculantes para sus miembros. En el Comecon est¨¢n integrados tres miembros no europeos, Cuba, Mongolia y Vietnam, que no entran en consideraci¨®n para esta cooperaci¨®n.
No es dif¨ªcil entrever los problemas para una cooperaci¨®n econ¨®mica y comercial de la CE con pa¨ªses de econom¨ªa centralizada y en gran parte aut¨¢rquica. La CE insiste en que, paralelamente a la cooperaci¨®n con el Comecon, quiere establecer acuerdos bilaterales con los pa¨ªses del Este para evitar as¨ª un monopolio de los intereses sovi¨¦ticos en su interlocutor.
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