Jos¨¦ Granados Weill
Presidente de los procuradores y hombre clave en la supresi¨®n de las 'astillas'
Jos¨¦ Granados Weill, que alcanz¨® el grado de coronel durante la guerra civil espa?ola en el bando de Franco y que dedic¨® los ¨²ltimos 34 a?os a su profesi¨®n de procurador, ha sorprendido a propios y extra?os con la iniciativa, como presidente del Consejo General de los Colegios de Procuradores, de suprimir las famosas astillas (cantidades ilegales entregadas en las oficinas judiciales a cambio de un trato de favor). A algunos funcionarios les ha ca¨ªdo mal este acuerdo, y muy pocos procuradores se resisten a secundarlo. Pero Granados lo tiene claro. "No vamos a dar un paso atr¨¢s", dice con firmeza.
Granados, melillense de 72 a?os, casado y padre de cinco hijos, es presidente desde hace m¨¢s de 10 a?os de los aproximadamente 6.000 procuradores de Espa?a. En enero de este a?o logr¨® un acuerdo un¨¢nime del Consejo General de Colegios de Procuradores de los Tribunales de Espa?a, considerado hist¨®rico para acabar con la corrupci¨®n en las oficinas judiciales.Lo decidido fue que cada colegio de procuradores "recabe el compromiso formal de sus colegiados, individualmente o en la forma que estime oportuno cada colegio, de no hacer entrega de cantidad alguna en las oficinas judiciales si no es en pago de recibo oficial, caso de consignaci¨®n, debiendo tomar las medidas oportunas para el cumplimiento de este acuerdo con aquellos colegiados que lo incumplan". El colegio de Madrid, que preside tambi¨¦n Jos¨¦ Granados, ha recogido ya las firmas de m¨¢s del 90% de sus casi 700 miembros.
Es quiz¨¢ la mejor respuesta a unas palabras, que Granados recuerda, de uno de los representantes sindicales de los funcionarios judiciales durante las recientes jornadas sobre la corrupci¨®n en la justicia: "Tan marica es el que toma como el que da". "No sabemos a qui¨¦n se referir¨ªa", se?ala Granados, "pero nosotros ya no nos sentiremos aludidos". Al margen de esto, se muestra muy comprensivo con estos funcionarios: "Trabajan mucho y sus reivindicaciones deben ser expuestas claramente y atendidas. Pero el justiciable no debe pagarles, porque se producir¨ªa una discriminaci¨®n entre el litigante rico y el pobre"
Lo cierto es que a ra¨ªz de la actitud generalizada de los procuradores, que puede terminar con la denominaci¨®n de plaza de la Astilla con la que se conoc¨ªa la plaza de Castilla (sede del edificio madrile?o de los juzgados), algunos funcionarios judiciales promovieron una huelga de celo. A Granados no le cabe en la cabeza que esta actitud guarde relaci¨®n con el acuerdo corporativo. "?C¨®mo es posible que nuestra decisi¨®n de no pagar cantidades ilegales pueda molestar a alguien?", se pregunta entre ingenuo y p¨ªcaro.
Otras personas, contrarias al acuerdo de los procuradores, les han reprochado que al decidir que no van a darse astillas en lo sucesivo est¨¢n reconociendo impl¨ªcitamente que antes las daban. Granados no quiere entrar en ese terreno, porque lo considera in¨²til. "Yo no s¨¦ lo que hac¨ªa antes cada procurador. Si a m¨ª me denuncian uno que haya pagado cantidades ilegales", dice, "yo le abro expediente. Pero de lo que se trata es de clarificar la situaci¨®n, no de complicarla. Nosotros hemos tomado nuestro acuerdo a la vista de la supresi¨®n de las tasas judiciales y porque no queremos que se ofenda la imagen de la justicia poniendo en duda la honestidad de sus colaboradores".
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