Muy poca comodidad

Una de las quejas m¨¢s repetidas por el p¨²blico que no consigui¨® entrar en el auditorio para asistir a la primera jornada de la vista fue que la organizaci¨®n del juicio no hubiera tenido en cuenta la necesidad de montar un servicio de comedor, de un m¨ªnimo dispensario m¨¦dico o contar con un circuito cerrado de televisi¨®n (la sala de prensa contaba con tres monitores) por el que seguir las intervenciones.Una se?ora, de nombre Josefa, vecina del madrile?o barrio de Puerta del ?ngel, sufri¨® un desvanecimiento por la larga espera (llevaba all¨ª desde las seis de la ma?ana), la emoci¨®n y el cansancio, y tuvo que ser atendida en el interior de una ambulancia aparcada cerca de la puerta del auditorio. Se recuper¨® en pocos minutos, pero el incidente sirvi¨® para que el p¨²blico cayera en la cuenta de que la organizaci¨®n del juicio no hab¨ªa previsto la instalaci¨®n de una sala de primeros auxilios. Si alguien hubiera necesitado una asistencia m¨¦dica un tanto especializada, tendr¨ªa que haber sido trasladado a alg¨²n hospital madrile?o.

Cerca del auditorio se hab¨ªa habilitado un pabell¨®n de descanso, con capacidad para unas 500 personas, que tambi¨¦n suscit¨® las cr¨ªticas de los afectados. El pabell¨®n tiene toda la apariencia de un gran hogar del pensionista, pero sin bar ni juegos. Es una enorme sala en la que se distribuyen mesas redondas y sillas no demasiado c¨®modas. El pabell¨®n de descanso s¨®lo tiene dos servicios higi¨¦nicos, aunque s¨ª tiene ocho tel¨¦fonos p¨²blicos repartidos por las esquinas. Se ha reservado espacio para instalar tres despachos con tel¨¦fono para las asociaciones de afectados.