Del uso pol¨ªtico de la pornograf¨ªa
EL MINISTRO franc¨¦s del Interior, Charles Pasqua, acaba de demostrar, una vez m¨¢s, que no existen im¨¢genes perversas sino miradas torvas. La exposici¨®n de im¨¢genes pornogr¨¢ficas, abierta el lunes pasado en Par¨ªs, para ilustrar a periodistas, pol¨ªticos y responsables educat¨ªvos de los peligros que se ciernen sobre la juventud, ha sido preparada para justificar la invasi¨®n por parte de los funcionarios de polic¨ªa de un terreno tan dificil y subjetivo como la moral. Una ley de 1949, que hab¨ªa ca¨ªdo en desuso, ha sido desenterrada por Pasqua para prohibir la difusi¨®n de una serie de revistas, y amenazar a otras publicaciones con medidas semejantes. Dicha ley permite a una direcci¨®n general del ministerio del Interior, parad¨®jicamente denominada "de las libertades p¨²blicas", la prohibici¨®n de aquellas publicaciones que se consideren peligrosas para los j¨®venes.Mediante esta ley arcaica, la polic¨ªa puede decidir, sin ninguna intervenci¨®n judicial, sobre publicaciones de car¨¢cter general, ediciones de c¨®mics e incluso novelas. Esto significa que, las publicaciones de venta por correo, de circulaci¨®n privada o de difusi¨®n en circuitos especializados como las tiendas del sexono ver¨¢n alterada su vida, mientras que aqu¨¦llas que hoy se. difunden normalmente en Espa?a, inclus¨ªve se ver¨¢n obligadas a pasar a una vergonzante sem¨ªclandestinidad.
Charles Pasqua ha preparado la exposici¨®n pornogr¨¢fica para responder a las protestas que sus prohibiciones han originado entre publicaciones muy distintas. Todo vale para demostrar que el ministro tiene raz¨®n. Un p¨²blico escogido puede contemplar im¨¢genes extra¨ªdas de publicaciones para el gran p¨²blico, cuidadosamente elegidas y descontextualizadas, mezcladas con im¨¢genes sacadas del repertorio de pornografia dura que circula, pr¨¢cticamente bajo mano, en Francia y en todo el mundo. Con este singular montaje Pasqua pretende asustar a la conciencia p¨²blica y confundir a sus cr¨ªticos. Pero el fondo pol¨ªtico de la operaci¨®n, cuando los partidos se preparan ya para la elecci¨®n presidencial de 1988, salta a la vista. Este intento de crear en Francla una ?mayor¨ªa moral" solamente puede conducir a acercar el partido de Charles. Pasqua y de Jacques Chirac (RPR) al de la de la extrema derecha xen¨®foba y autoritaria., el Frente Nacional de Le Pen, que, en una de sus proclamas, advierte sobre la degradaci¨®n moral que padece Francia.
Este intento de cultivar las peligrosas semillas de una "mayor¨ªa moral" en Francia decepciona a muchos espa?oles que respiraron el aire liberal que entraba desde nuestro vecino en los recientes per¨ªodos de la oscura historia del franquismo. Sorprende que el pa¨ªs que ha producido la literatura y el arte m¨¢s osados y liberalizadores de costumbres, inventado propiamente el concepto de libertinaje, y que ha sido cal¨ªficado como patria ae los derechos del hombre, proporcione estos d¨ªas el triste espect¨¢culo de una apologia de la censura.
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