Peligroso paisaje mental
Puede decirse que esta larga pieza es uno de los monumentos de la coreografia norteamericana de este siglo. En ella est¨¢n las claves de muchas cosas que pasaron despu¨¦s. Esta consideraci¨®n es com¨²n a muchas obras de la Graham (baste recordar, de la pasada gira espa?ola, Cada alma es un circo y El penitente), lo que en gran medida justifica la dosis de trascendencia de su trabajo creador.La obra data de 1958, apogeo de su madurez (cuando a¨²n ten¨ªa sentido la vanguardia), cuando producir¨ªa este algo estructuralmente perfecto, con la densidad que aportan Halim El-Dabh con una partitura avanzada, sin concesiones, y por otra parte Isamu Noguchi, con un decorado sobrio donde todo aparece estilizado. S¨®lo hay grandes voces en el color, pero est¨¢ aplicado de manera tan segura que no desentona ni resalta.
Martha Graham Dance Company
Clytemnestra. M¨²sica: Halim. El-Dadh; coreograf¨ªa: Martha Graham; escenograf¨ªa: Isamu Noguchi; vestuario: Halston y Graham; Principales int¨¦rpretes: Takako Asakawa, George White Jr.; Christine Dakin, Pascal Rioult, Terese Capucilli, Donlin Foreman.Teatro Arriaga, Bilbao, 30 de abril.
En este ballet Graham acude a la geometr¨ªa, haciendo un uso estricto de los bloques corporales. Siempre prefiri¨® el cuerpo masculino escultural y la mujer menuda pero fuerte, un poco el reflejo de s¨ª misma. La arquitectura del bailar¨ªn norteamericano, tan diferente del europeo, est¨¢ basada en un tri¨¢ngulo cuya base m¨¢s alta es la cintura axial. As¨ª, el baile est¨¢ dise?ado como si las extremidades debieran dibujar en el aire los l¨ªmites de la composici¨®n. Tambi¨¦n hay que se?alar que t¨¦cnicamente un bailar¨ªn de Graham tiene una formaci¨®n muy diferente de uno cl¨¢sico-acad¨¦mico, y parte de las diferencias est¨¢n en ese tri¨¢ngulo de la espalda, su colocaci¨®n, uso y rigidez.
En Clytemnestra todos estos aspectos de estilo est¨¢n supeditados a una narraci¨®n. Ning¨²n tecnicismo se impone al acto art¨ªstico, y ¨¦sta es la raz¨®n de su alta calidad coreogr¨¢fica. La tragedia cl¨¢sica no es un pretexto para armar unas danzas, sino parte de la raz¨®n del ballet, su ideolog¨ªa, relacionada con la indagaci¨®n psicoanal¨ªtica.
Escultura arcaica
La iconograf¨ªa de la Grecia arcaica aport¨® la silueta de las poses y soluciones de grupo que hacen relaci¨®n natural con otras dos piezas capitales del siglo XX: el Apolo Musageta, de Balanchine, y la Fedra de Lifar.El pr¨®logo es un fresco pintado sobre la frontalidad, y el primer acto un desfile de fantasmas sobre un estricto trazado de diagonales. Hacia el final, las composiciones se hacen sim¨¦tricas y abiertas, pero dentro de una econom¨ªa de la expansi¨®n. Las acciones de este ballet ocurren con cierto hieratismo, a la manera del teatro cl¨¢sico japon¨¦s. Debe recordarse que fue el mayor momento de influencia de Noguchi sobre Graham.
Hay varias an¨¦cdotas del ya hoy lejano estreno de Clytemnestra: rechazo, asombro, elogios y duras cr¨ªticas. Los que la negaron han vuelto a amarla; un efecto de reflujo, esa raz¨®n que da el tiempo; algo parecido al que tuvo la propia Graham con respecto a la danza cl¨¢sica.
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