Juntos y revueltos

Ram¨®n J¨¢uregui, vicepresidente del Gobierno vasco, declar¨® ayer que la p¨¦rdida de Maite Torrano servir¨¢ "para aunarnos m¨¢s los nacionalistas democr¨¢ticos y los no nacionalistas, en la construcci¨®n de una Euskadi en paz, en la que quepan todos". Con estas palabras no hac¨ªa otra cosa que rubricar las escenas que reflejaban la uni¨®n en el dolor que se hab¨ªan producido, minutos antes, en el entierro.Porque Maite Torrano era socialista. Y en otros tiempos era impensable ver, en el homenaje f¨²nebre a una militante, a otros compa?eros que no fueran de su propio partido.

Si estas im¨¢genes van siendo cada vez m¨¢s frecuentes en el Pa¨ªs Vasco, el entierro que tuvo lugar ayer en Portugalete puso de manifiesto que la colaboraci¨®n, desde la discrepancia, entre fuerzas pol¨ªticas tan dispares como al nacionalismo y el socialismo es obligada.

Seguramente a los representantes nacionalistas del Gobierno vasco no les gust¨® el discurso del socialista Ricardo Garc¨ªa Damborenea -el propio Consejero de Inter¨ªor, Luis Mar¨ªa Retolaza, explic¨® su disconformidad con la acusaci¨®n formulada contra Herri Batasuna aduciendo que no dispon¨ªa de pruebas- pero, no por ello, se inhibieron de participar en el funeral. ["No tengo datos", dijo Retolaza, "para acusar a HB. Si el que les ha acusado tiene sospechas de ello, tendr¨¢ que justificarlas y, si no, desmentirlas", se?al¨® a Efe].

Y all¨ª acudi¨® el lehendakari, que, por cierto, al igual que los ministros que llegaban de Madrid, fue aclamado con ovaciones por parte de los concentrados.

Y nacionalistas y socialistas desfilaron, juntos y revueltos, en un acto de repulsa del terrorismo. Algunos comentaron ayer que el Gobierno de coalici¨®n no permite inhibiciones.