Los Reyes presiden la apertura del centenario de Mara?¨®n
La herencia moral del escritor, su magisterio y su ejemplo son una energ¨ªa que no se puede desaprovechar, dijo don Juan Carlos
"La herencia moral, el magisterio cient¨ªfico y el ejemplo c¨ªvico de la vida y la obra de don Gregorio Mara?¨®n constituyen una energ¨ªa hist¨®rica que los espa?oles de hoy no podemos desaprovechar", dijo el rey don Juan Carlos en el acto con el que comenzaron los actos del centenario de G¨²egor¨ªo Mara?¨®n, ayer en la Academia.El Rey hablaba ante una audiencia que abarrotaba el aula magna dela sede de la Academia. A la derecha de la tribuna principal, situada bajo los retratos de Felipe V y de Cervantes, se sentaban los acad¨¦micos, y a la izquierda, altos cargos de los ministerios de Educaci¨®n y de Cultura, as¨ª como familiares,de Gregorio Mara?¨®n. En particular, su hijo Gregorio Mara?¨®n Moya, y su -se?ora, a quienes el Rey, seg¨²n record¨® ¨¦ste en su discurso, ha- concedido el marquesado de Mara?¨®n, con grandeza de Espa?a.
A primera hora de la ma?ana, don Juan Carlos, que participaba en el evento fotogr¨¢fico Un d¨ªa en la vida de Espa?a, tom¨® fotograf¨ªas del traslado de una -escultura de Chillida. sobre Mara?¨®n, mientras era llevada en helic¨®ptero a la flinca de Mara?¨®n en Toledo; don Juan Carlos iba en otro helic¨®ptero.En su discurso en la Academia el Rey consider¨® que los trabajos encomendados a la comisi¨®n organizadora de este primer centenario son de suma trascendencia, e invit¨® "a todos los espa?oles y especialmente a los j¨®venes para que se aproximen, en la medida de lo posible, a trav¨¦s del recuerdo activo, al mensaje, de los espa?oles eminentes, generososos y creadores, de los que el ilustre m¨¦dico y escritor es ejemplo"."Entre nuestras virtudes como pueblo no figura la de la memoria agradecida", reconoci¨®. "Sin embargo, lo que somos y lo que podemos hacer en el mundo de hoy [ ... ] tiene antecedentes y se alimenta de la labor de generaciones anteriores".
Libertad y amor
Mara?¨®n es, dijo don Juan Carlos, "un espa?ol de actual¨ªsimos perfiles", que "supo compaginar su alta magistratura en la medicina con una visi¨®n y sentimiento humanista de la vida y de Espaf¨ªa. ?l transmiti¨® a sus contempor¨¢neos unas claves del comportamiento: la creatividad, la dedicaci¨®n y el amor al pr¨®jimo, que siguen siendo resortes sin los cuales no ser¨ªa posible ni el progreso ni la moral que exige la convivencia civilizada".Lo excepcional no quiere decir distante, explic¨®. "Mara?¨®n vivi¨® comprometido con los mismos valores que son necesarios en todo tiempo: la libertad, el sentido trascendente de la vida, el amor a la patria propia y la vocaci¨®n intelectual como servicio".
"Por ese y a ese Mara?¨®n inmortal, humanista, espa?ol que aporta a la humanidad el sentido de su obra concebida y hecha con la inteligencia y el coraz¨®n", dijo el rey, "deseo que los trabajos que conmemoren su primer centenario tengan la m¨¢xima colaboraci¨®n de las instituciones del Estado y, en primer¨ªsimo lugar, de la universidad"."Lo que deseo fundamentalmente es que. todos acertemos a renovar para el pueblo espa?ol,en estos momentos, la presencia creadora y fecunda del doctor Mara?¨®n, cuya memoria honramos, y la importancia de su obra,llena de lucidez, de la que los espa?oles debemos sentirnos orgullosos", concluy¨® el Rey.
Pedro La¨ªn Entralgo, director de la Real Academia Espa?ola y catedr¨¢tico de Historia de la Medicina, hizo un pormenorizado retrato de la figura de Mara?¨®n y de su significado.
"El 28 de marzo de 1960, una incontable multitud silenciosa acompa?aba al cad¨¢ver de Gregorio Mara?¨®n", evoc¨® La¨ªn Entralgo: "F¨ªsicamente presente o moralmente representada, Espa?a entera estaba all¨ª". Y a?adi¨® m¨¢s adelante: "Una gran realidad mor¨ªa con Mara?¨®n un m¨¦dico eminente, un preclaro hombre de ciencia, un espl¨¦ndido escritor, un historiador insigne, un claro pensador sobre la vida humana, un exquisito artista de s¨ª mismo, un se?orial dispensador de amistades, un amante apasionado de la vida y la perfecci¨®n de Espa?a. Mas tambi¨¦n mor¨ªa con ¨¦l una posibilidad, la de su ¨ªnteligente-, generoso y autorizado esfuerzo futuro en pro de una Espa?a en verdad decorosa y eficaz".
Explic¨® La¨ªn que para que sea completa la menci¨®n de las m¨²ltiples actividades de Mara?¨®n, en todas las cuales alcanz¨® excelencia, "lo primero que debe hacerse es a?adir a cada uno de sus t¨¦rminos el adjetivo espa?ol. M¨¦ dico espa?ol, historiador espa?ol, escritor espa?ol, pensador espa?ol".
Y no porque lo que hizo s¨®lo tuviese valor para los espa?oles, sino porque as¨ª se present¨® a s¨ª mismo. Y cit¨® las palabras de Mara?¨®n con ocasi¨®n de un viaje a Montevideo en 1937: "Mi vida entera es amor a Espa?a, servicio a Espa?a, sacrificio por Espa?a; mi vida, que no s¨®lo son aciertos, sino tambi¨¦n profundoserrores, pero amasa dos siempre con el- mismo fermento del fervor nacional... Y mi vida no es simple apego al terru?o, sino emoci¨®n radical y sentido de responsabilidad". La¨ªn desarroll¨® la tesis de que "la armon¨ªa y fecunda integraci¨®n", evidentes, de Mara?¨®n , tuvieron como agente "su profunda vocaci¨®n de espa?ol".
M¨¦dico
Las esquelas que informaron de la muerte de Mara?¨®n dec¨ªan as¨ª" record¨® La¨ªn: "Gregorio Mara?¨®n y Posadillo, m¨¦dico". "No es dificil adivinar una expresa voluntad p¨®siuma bajo tan elegante sobriedad", dijo el director de la Espa?ola: "Quien adem¨¢s de m¨¦dico era tantas de las cosas que la vanidad espa?ola exhibe a la hora de la suprema soledad, s¨®lo como m¨¦djco quiso en ella ser visto".Sobre el Mara?¨®n escritor, La¨ªn estableci¨® que "brill¨® con luz propia por la sobria, luminosa y fluyente transparencia con que su prosa deja ver el pensamiento que en ella late, y por tanto la realidad visible o imaginada de que este pensamiento es mental trasunto. Transparencia y claridad, reiteradamente se ha dicho,en las que tiene buena parte la condici¨®n de m¨¦dico y hombre de ciencia de su autor". Y cit¨® a Mara?¨®n, que expuso el deseo de que su prosa fuese "como la luz de la penumbra, que no hiere ni fascina, y es la que verdaderamente alumbra".
Sin embargo, Mara?¨®n no hizo s¨®lo una prosa "di¨¢fana y elegante" sino que, tambi¨¦n en esta faceta, "la espa?ol¨ªa, el costado estil¨ªstico de la espa?ol¨ªa [fue un] eficaz agente de la integraci¨®n del escritor Mara?¨®n en el hombre Mara?¨®n". Otro tanto, afirm¨® La¨ªn; ocurri¨® con el Mara?¨®n historiador, y en su visi¨®n de la historia, en la que influy¨® su condici¨®n de m¨¦dico.
Tras la muerte de Jovellanos, explic¨® La¨ªn, Espa?a se divide, y desde entonces se han producido tres guerras civiles. Entre los intentos de integraci¨®n de Espa?a, dijo destaca el de la generaci¨®n de Mara?¨®n, que intent¨® desarrollar esa integraci¨®n por cuatro motivos: el conocimiento de Espa?a, el amor a ella, la conducta y la cr¨ªtica que hac¨ªa parte esencial de la estructura del amor: "No he entendido nunca ning¨²n amor, ni siquera el de la patria, como una abdicaci¨®n, no del derecho, sino del deber'de juzgar", cit¨® a Mara?¨®n.
El ministro de Cultura, Javier Solana, mencion¨® la presencia del magisterio y la vigencia de la obra de Mara?¨®n, centrada en "ese g¨¦nero tan espa?ol como es elensayo".
Solana defini¨® a Mara?¨®n como "un universitario", que trascendi¨® la actividad'cient¨ªfica. Con el don de la palabra, lleg¨® a p¨²blicos amplios sin perder el rigor. La lecci¨®n de Mara?¨®n, seg¨²n dijo, fue el ejemplo de respeto a las ideas del otro, y la gran capacidad para el di¨¢logo.
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