Condenado a 4 a?os de prisi¨®n el subteniente acusado por el CESID de espiar para Mosc¨²

El subteniente del Ej¨¦rcito Eduardo Salinas Herrera, de 54 a?os, fue condenado ayer por un consejo de guerra a cuatro a?os de prisi¨®n por el delito de "revelaci¨®n de informaci¨®n no clasificada" a un supuesto agente del GRU (servicios secretos de la URSS) llamado Eugene Laurent Paul, de nacionalidad belga, durante 1976 y 1977. Durante el consejo de guerra, celebrado ayer en el Gobierno Militar de Madrid, el militar afirm¨® que hab¨ªa sido objeto de amenazas por agentes del Centro Superior de Informaci¨®n de la Defensa (CESID).El fiscal militar solicit¨® una pena de 15 a?os de prisi¨®n, argu- mentando que el acusado entreg¨®, a cambio de dinero, informaci¨®n clasificada como secreta. En su sentencia, el consejo de guerra estima que Salinas cometi¨® un delito contra la seguridad nacional y la defensa nacional, pero de acuerdo con el p¨¢rrafo segundo del art¨ªculo 53 del C¨®digo Penal Militar, la condena fue de cuatro a?os. El citado p¨¢rrafo dice: "Si la informaci¨®n no estuviese legalmente clasificada, se impondr¨¢ la pena de uno a seis a?os de prisi¨®n". El abogado defensor, teniente coronel Alejan dro Lastres, hab¨ªa soliciado pre cisamente que le aplicaran el art¨ªculo 53 al subteniente.

Amenazas de muerte

En s us declaraciones, el militar procesado rectific¨® anteriores afirmaciones ante el juez. As¨ª por ejemplo, neg¨® que cobrase cantidades entre 2.000 y 5.000 pesetas por cada ejemplar del Bolet¨ªn de Informaci¨®n, del Estado Mayor que entregaba a su amigo belga, o por datos que le aport¨® sobre las operaciones militares Ariete y Lucero, o por deta lles del servicio de guardia del Regimiento mixto de Ingenierosi¨®n n¨²mero 1 de la Divisi¨®n Acorazada (DAC), unidad en la que estaba destinado.El subteniente explic¨® que, cuando el CESID descubri¨® en 1979 su relaci¨®n con el supuesto esp¨ªa, permaneci¨® "pr¨¢cticamente secuestrado" en un piso del Paseo de la Habana de Madrid del 23 al 25 de octubre de ese a?o. Explic¨® que dos agentes del CESID le maltrataron "de palabra y obra", amenaz¨¢ndole de muerte "con una pistola en el est¨®mago" y dici¨¦ndole que, para eliminarlo, s¨®lo bastar¨ªa ponerle una inyecci¨®n determinada y posteriormente aparecer¨ªa .muerto en la habitaci¨®n de un hotel".

El acusado, que insisti¨® en su inocencia, tambi¨¦n explic¨® que los agentes del CESID le zarandearon del cuello y que, debido a los malos tratos f¨ªsicos que le dieron, le rompieron el traje.

El defensor Lastres adujo que el CESID no ha demostrado que Eugene Laurent Paul, que abandon¨® Espa?a a finales de 1977, fuera miembro del GRU, ni que el subteniente le pasara informaci¨®n secreta ni que el subteniente actuara para beneficiar a una naci¨®n extranjera.

Lastres lleg¨® a ridiculizar al CESID, ya que, al insistir en la falta de pruebas, se refiri¨® a los ¨²tiles que el citado organismo encontr¨® en la casa del belga, utilizada por el subteniente en 1978: un emisor de rayos ultravioletas, una m¨¢quina de fotos, otra de escribir y una caja de cerillas "con puntos en clave". Del testimonio de peritos asistentes al consejo de guerra, se dedujo que el emisor de rayos no era el adecuado para leer "tinta invisible" sino m¨¢s bien para ponerse moreno. Al ser condenado a una pena superior a tres a?os y un d¨ªa, el subteniente ha sido apartado de las Fuerzas Armadas, pero ya no regresar¨¢ a prisi¨®n, donde ya permaneci¨® entre 1979 y 1982.