'Vigilantes' contra 'gorriones'
En Filipinas se ha levantado la veda en la caza entre vigilantes y gorriones. "La ¨²nica forma de di¨¢logo con los comunistas -gorriones- es matarlos", afirma un vigilante, pistola al cinto, apodado El Tigre, en una entrevista publicada en el semanario cat¨®lico Veritas. Es un claro ejemplo de la nueva faceta que adquiere en Filipinas la lucha contra la guerrilla comunista, integrada en el Nuevo Ej¨¦rcito Popular (NEP).
Desde las filas del Gobierno de Cory Aquino, donde en principio se ha apoyado la formaci¨®n de vigilantes, comienzan a alzarse voces que dudan de la eficacia de la operaci¨®n. Y hay quienes temen que la benevolencia del Gobier no acabe creando un peque?o Frankenstein en la ya complicada Situaci¨®n del pa¨ªs asi¨¢tico. "No podemos continuar permitiendo que las unidades de gorriones comunistas asesinen impunemente en todo el pa¨ªs", continu¨® El Tigre, miembro del de nominado Grupo de Ciudadanos Combatientes contra la Guerrilla. Los gorriones es el nombre que reciben las unidades formadas por dos o tres guerrilleros comu nistas que han empezado a actuar en zonas urbanas. Primero fue en la turbulenta isla de Mindanao, en el Sur. Pero en los ¨²lt mos meses sus operaciones han llegado hasta Manila, con el asesinato de varios polic¨ªas y militares.
Varios movimientos pro derechos humanos, junto a algunos editoriales en la Prensa liberal filipina, se han opuesto a la existencia de tales grupos civiles anticomunistas.
El Gobierno de Cory Aquino intenta enmarcarlos en una especie de ej¨¦rcito de ciudadanos que, bajo el control de la polic¨ªa y del Ej¨¦rcito, apoye el objetivo n¨²mero uno de la Administraci¨®n: acabar con la guerrilla comunista del NEP. Sobre todo despu¨¦s de la escalada de combates en la mayor¨ªa de las provincias filipinas y tras el fracaso de las negociaciones de paz durante las que se mantuvo un alto el fuego de 60 d¨ªas.
La tensi¨®n entre vigilantes y gorriones, o simplemente entre vigilantes y ciudadanos que en cualquier momento pueden ser v¨ªctimas por simpat¨ªa hacia los comunistas, es particularmente intensa en la isla de Mindanao, en el sur de Filipinas, a pesar de que el Ej¨¦rcito reconoce la existencia de unos 50 grupos de vigilantes repartidos en todo el territorio.FanatismoLos vigilantes, armados con fusiles ametralladores M- 16, pistolas o machetes, forman parte de organizaciones como Alsa Masa y Nakasaka. Destaca, por el fanatismo de sus miembros, la conocida bajo las siglas de TADTAT.
Alsa Masa, o el resurgir de las masas, dice agrupar a unos 800.000 miembros, principalmente activos en Davao, la principal ciudad de Mindanao.
Nakasaka, opueblo unidopara la paz, re¨²ne a unos 150.000. Entre ambas forman patrullas pr¨¢cticamente presentes en todos los barangays o ayuntamientos de Mindanao y otras partes de Filipinas.
"M¨¢s del 85%. de la poblaci¨®n de Davao est¨¢ a favor de los vigilantes de Alsa Masa o de Nakasaka", comentan fuentes militares de la ciudad visiblemente complacidas por la existencia de estos comandos que dicen controlar. Sobre todo en lo que se refiere al permiso de tenencia de armas.
Pero gran parte de la opini¨®n p¨²blica filipina tiene claro los riesgos que comporta la toleranc¨ªa de los vigilantes: hace dos semanas se public¨® en todos los diarios del pa¨ªs una foto en la que aparec¨ªan los hermanos George y Leonardo Maximinio, ambos miembros del grupo de vigilantes del TADTAT, sosteniendo la cabeza cortada de un sospechoso de pertenecer a la guerrilla comunista del NEP. Los hermanos esgrim¨ªan sendos machetes.
El hecho ocurri¨® en la localidad Santa Cruz, en Davao del Sur. Otros miembros del TADTAT afirmaron beber la sangre de sus v¨ªctimas.Tolerancia oricial
La Asociaci¨®n pro Derechos Humanos de Filipinas denuncia la tolerancia de las autoridades de este pa¨ªs hacia las actividades de los vigilantes, recordando las tristes experiencias ocurridas en otros pa¨ªses. Desde la Triple A y los Escuadrones de la Muerte en Argentina y Brasil hasta el grupo paramilitar Orden, en El Salvador.
"Filipinas entra en una peligrosa espiral, al estilo de lo que ocurri¨® en L¨ªbano", dice un diplom¨¢tico occidental.
Rafael Ileto, el ministro de Defensa de Cory Aquino, propone revivir las fuerzas de defensa civil que bajo el control del Ej¨¦rcito, integrar¨ªan a unas 75.000 personas en todo el pa¨ªs, a fin de sustituir a los vigilantes. 0 al menos incorporar ambas unidades c¨ªvicas en una sola entidad m¨¢s controlable por el Gobierno.
La idea del resurgir de las fuerzas de defensa civil, abolida por la nueva Constituci¨®n filipina, trae sombr¨ªos recuerdos para los miembros de la oposici¨®n de la ¨¦poca de Marcos.
Aquellas fuerzas formaban parte del aparato represivo del r¨¦gimen durante la dictadura del presidente depuesto, Ferdinand Marcos.
Ileto insisti¨® en que en su nuevo esquema lasfuerzas de defensa civil tendr¨ªan s¨®lo "car¨¢cter temporal", mientras que miembros del Gabinete de Aquino declararon esta semana, en Manila, que la presidenta "considera que tocar¨¢ al pueblo decidir en ¨²ltima instancia si desea la existencia de tales fuerzas".
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