Rel¨¢jese y hable
El psicoan¨¢lisis ya no es una ciencia proscrita y empieza a estar de moda en determinados ambientes
JUAN M. FERN?NDEZ-CUESTA La ciencia del psicoan¨¢lisis nunca hab¨ªa gozado de gran aceptaci¨®n en nuestro pa¨ªs. Los cambios producidos, en la sociedad espa?ola y la Regada de numerosos especialistas procedentes, en su gran mayor¨ªa, de una de las grandes patrias del psicoan¨¢lisis, Argentina, parecen haber cambiado la actitud de los espa?oles con .respecto al div¨¢n. El precio de las sesiones, sin embargo, act¨²a todav¨ªa como elemento disuasorio.
Parece tan sencillo como que uno hable y otro escuche. El psicoan¨¢lisis, la terapia anal¨ªtica creada por Freud a principios de siglo, atraviesa en Espa?a un momento de pujanza. Es casi una moda. Acudir al div¨¢n del psicoanalista empieza a ser en altos ambientes intelectuales de nuestro pa¨ªs un hecho social que queda bien. Se ha ido perdiendo la antigua prevenci¨®n social hacia el psicoanalista. En los ¨²ltimos a?os la llegada a Espa?a de numerosos especialistas argentinos ha contribuido a generalizar esta t¨¦cnica, aunque, todav¨ªa, Madrid o Barcelona est¨¢n muy lejos de llegar a ser Buenos Aires o Nueva York, aut¨¦nticas capitales mundiales del psicoan¨¢lisis.
"Se trata, cada vez m¨¢s, de gente hastiada, aburrida, cansada... que se encuentra angustiada por una carencia, cuyo origen desconoce y no puede satisfacer", dice el psiquiatra Jes¨²s Alba de la Fuente al referirse al paciente, "o mejor, analizado", que acude a la consulta. No siempre se acusan las caracter¨ªsticas de la enfermedad mental. "Cada vez es m¨¢s frecuente el caso de personas que han triunfado socialmente, pero que, en un determinado momento y sin saber por qu¨¦, su seguridad se les ha venido abajo y sienten que se les ha hecho el vac¨ªo bajo los pies".
Moda y necesidad
La psiquiatra Mar¨ªa Jes¨²s Garc¨ªa Mart¨ªn piensa que "quiz¨¢ haya en este momento una utilizaci¨®n excesiva del psicoan¨¢lisis" y que algunos hayan llegado a ¨¦l por una moda. "En todo caso", se?ala, "la propia pose ya denota cierta desadaptaci¨®n psicol¨®gica y puede estar ocultando otro problema". Aclara, no obstante, que como profesional no aceptar¨ªa en su consulta a personas que no tuvieran un motivo justificado para acudir a ella.Otra psiquiatra, Manuela Utrilla, secretaria de la Asociaci¨®n Psicoanal¨ªtica de Madrid -una de las dos ¨²nicas asociaciones espa?olas reconocidas por la Sociedad Psico¨¢nal¨ªtica Internacional- opina que "un psicoan¨¢lisis es, ante todo, un tratamiento terap¨¦utico y, por tanto, orientado a resolver un problema". "Yo no coger¨ªa a nadie que no mostrara previamente la existencia de alg¨²n tipo de problema ps¨ªquico", y a?ade: no basta que a una persona le apetezca conocerse mejor".
El humorista Chumi Chumez se declara un entusiasta del psicoan¨¢lisis desde hace casi 30 a?os. Reconoce que es "un hecho culto, que en algunos casos puede resultar snob". Dice que el estudio de Freud y sus disc¨ªpulos le abri¨® el conocimiento de su propio mundo y que si no se ha psicoanalizado es porque "es una lata muy larga y muy cara".
S¨ª lo hizo, en cambio, y durante cuatro a?os, la escritora Esther Tusquets. "Lo empec¨¦ sin demasiada informaci¨®n previa y porque me sent¨ªa mal. No puedo decir que fuera in¨²til: me sirvi¨®, aunque quiz¨¢ no en el modo en que se supone debe servir", comenta. Su reciente novela, Para no volver, es resultado de aquella experiencia
M¨¢s reacio a explicar hoy su anterior relaci¨®n con el psicoan¨¢lisis es el m¨²sico de jazz Pedro Iturralde, para quien la experiencia fue positiva, hasta el punto de que no descarta pueda volver a ella alg¨²n d¨ªa. Iturralde cree que "el psicoan¨¢lisis, como la m¨²sica, es una forma de comunicaci¨®n y ambas me han ayudado a antender muchas cosas".
No hay obreros manuales en las consultas anal¨ªticas y son frecuentes, en cambio, los profesionales bien preparados intelectualmente y que, por lo general, desarrollan su actividad de manera muy personal. "Se requiere", dice Manuela Utrilla, . una buena preparaci¨®n ps¨ªquica, algo que en muchos casos no tiene nada que ver con el nivel cultural y casi nunca guarda relaci¨®n con el dinero".
El cliente m¨¢s habitual del div¨¢n suele ser psic¨®logo, soci¨®logo, escritor, artista pl¨¢stico... Es tradicional la relaci¨®n entre la literatura, el arte o el cine'y el psicoan¨¢lisis. Jorge Luis Borges -escritor y argentino- lleg¨® a definir al psicoan¨¢lisis como una forma menor de la literatura fant¨¢stica.
Desde la psiquiatr¨ªa acad¨¦mica la t¨¦cnica anal¨ªtica se ha tomado siempre con reservas. "No ofrece unas t¨¦cnicas de evaluaci¨®n seguras y apenas ha evolucionado desde Freud", declara Francisco Alonso Fern¨¢ndez, catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa y Psicolog¨ªa M¨¦dica de la Complutense. "Ning¨²n psiquiatra actual" comenta, "puede negar ciertas aportaciones del psicoan¨¢lisis, pero es una terapia que se plantea objetivos demasiado abstractos y cuyos resultados no se pueden evaluar cient¨ªficamente".
Desde los tres a?os
Cualquier persona puede ser psicoanalizada desde el momento en que es capaz de expresarse a trav¨¦s de la palabra. A partir de los tres a?os no hay l¨ªmite de edad, si bien el profesional emplear¨¢ modalidades distintas seg¨²n los a?os que tenga el paciente.
La edad m¨¢s habitual de las personas analizadas en Espa?¨ªa se sit¨²a entre los 35 y 50 a?os. Ello se debe a las razones cultu,rales y econ¨®micas antes aludidas. En t¨¦rminos de sociolog¨ªa pol¨ªtica, es- la llamada generaci¨®n del cambio, que tiene entre 40 y 45 a?os, la que sufre mayor nivel de depresi¨®n.
El catedr¨¢tico Francisco Alonso Fern¨¢ndez calcula que en Espa?a hay m¨¢s de dos miHones de enfermos depresivos, de los que s¨®lo un 3% o un 4% acude regularmente al psiquiatra. En su opini¨®n, el origen de tantas depresiones se encuentra en la situaci¨®n social, donde la sobrecarga emocional, el aislamiento y los cambios bruscos de vida act¨²an sobre la persona como cargas depresivas.
Las tarifas del sue?o
So?ar no cuesta dinero, pero contar los sue?os al psicoanalista puede resultar caro. Entre 3.000 y 6.000 pesetas, como promedio, es el precio de una sesi¨®n de 45 minutos. Es normal que la persona se someta a tres sesiones por semana durante m¨¢s de tres a?os. As¨ª, un tratamiento-tipo supera f¨¢cilmente el mill¨®n de pesetas.Los precios son libres y est¨¢n en relaci¨®n con el prestigio del profesional. Miembros de la Asociaci¨®n Psicoanal¨ªtica de Madrid reconocen que las tarifas, dentro de unos m¨ªnimos y m¨¢ximos, se adaptan a cada paciente, "ya que son siempre tratamientos estrictamente individualizados".
La conclusi¨®n de un proceso de terapia anal¨ªtica suele pactarse entre el paciente y el psicoanalista, pero .para trabajar de manera rigurosa el tratamiento puede llegar a durar entre cinco y siete a?os". En cualquier caso -se?ala la psiquiatra Manuela Utrilla-, el psicoanalista termina en el momento en que el paciente adquiere su propia capacidad anal¨ªtica, lo que ha permitido superar sus problemas y va a hacer posible que se enfrente con ¨¦xito a otros nuevos que se le presenten en la vida".
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