La caja de Pandora
No es posible debatir -tanto en sentido pol¨ªtico como cinematogr¨¢fico- esta pel¨ªcula olvidando su procedencia. Nos llega este violento alegato antiestalinista de la rep¨²blica sovi¨¦tica de Georgia, patria de Stalin, y este signo de origen, que en otros filmes puede considerarse un asunto secundario, en ¨¦ste es primordial.En primer lugar, el cine sovi¨¦tico se destina a una forma de consumo distinta de la occidental, sujeta a otro tipo de competitividad que la aqu¨ª acostumbrada. Este filme lo han visto ya en la Uni¨®n Sovi¨¦tica casi cuatro millones de espectadores y, al parecer, su exhibici¨®n sigue en pleno ¨¦xito multitudinario. Pero es dudoso que en Europa occidental arrastre a multitudes.
Arrepentimiento
Director: Tengiz Abuladze. Gui¨®n: Nana Dzenefidze, Tengiz Abujadze y Rezo Kveselava. Fotograf¨ªa: Mijail Abranovich. M¨²sica: Nana Dzenefidze. Producci¨®n sovi¨¦tica, 1984. Int¨¦rpretes: Avtandil Majaradze, la Ninidze, Marab Ninidze, Zeinab Botsvadze, Ketevan Abuladze, Edisher Giorgobiani, Kahi Kavsadze, Nino Zakariadze, Nato Ochigavi. Estreno en Madrid: cines Renoir.
La duraci¨®n del filme es de dos horas y media. Este metraje est¨¢ probablemente justificado en el mercado del cine sovi¨¦tico, pero no en el occidental. La primera hora y media de Arrepentimiento resulta aqu¨ª excesiva, carente de ese sentido de la s¨ªntesis a que la competencia fuerza a las producciones europeas y norteamericanas a ajustarse. Reducir en montaje -cosa f¨¢ctible- esa hora y media inicial a la mitad de tiempo hubiera sido -sin adulterar su sentido y a?adi¨¦ndole la fuerza de arrastre de la econom¨ªa expresiva- una manera de abrir a este filme los ojos de muchos m¨¢s espectadores.
Zarandeo al olvido
Se tarda demasiado tiempo en entrar en Arrepentimiento, pero una vez dentro ya no hay fuera. En la hora final, lejos de la morosidad de ritmo y de los sucesivos aplazamientos de la entrada en materia, la pesadilla con que Abuladze zarandea a nuestro olvido de lo que fue y todav¨ªa es el estalinismo se desboca, y lo que comenz¨® como un balbuceo se convierte en cine de trazos seguros y en¨¦rgicos. Abuladze logra dificultosamente abrir la caja de Pandora, pero una vez abierta ¨¦sta, los humores que se apretaban en ella saltan volc¨¢nicamente hacia el exterior.El filme tiene as¨ª algo de desahogo, de ajuste de cuentas contra el fantasma de un fantasma, en el que Abuladze ha depositado rasgos distintivos de Adolf Hitler, de Francisco Franco y de Benito Mussolini, pero no como m¨¢scaras para ocultar el rostro de Stalin, sino como una manera de definir a ¨¦ste como s¨ªntesis de todos sus colegas.
El filme adquiere as¨ª, mediante uno de sus elementos abstractos, una mayor fuerza de concreci¨®n, lo que lo endurece. De hecho, la hora final de Arrepentimiento es un modelo de delirio en el que cada aparente arbitrariedad obedece a una l¨®gica muy estricta. Aunque s¨®lo sea porque contiene esta hora ¨²ltima, el Premio Especial del Jurado del pasado festival de Cannes concedido a esta ins¨®lita pel¨ªcula sovi¨¦tica -que adem¨¢s se llev¨® los premios de la Cr¨ªtica y del Jurado Ecum¨¦nico- est¨¢ del todo justificado.
La superpoblada caja de Pandora del cine sovi¨¦tico est¨¢ ya abierta. Ahora s¨®lo queda ver hasta d¨®nde son aprovechables los monstruos que salgan de ella. Arrepentimiento es un filme fundacional. Abre de par en par las puertas de una etapa del, cine sovi¨¦tico cuyas consecuencias, si es que no son sofocadas por un retroceso pol¨ªtico, son incalculables. Se intuye la gravedad de tales consecuencias, por dif¨ªcil que sea ahora orientarse en la oscuridad de los caminos que han de seguir para alcanzar la luz de las pantallas libres.
De momento el filme est¨¢ ah¨ª y su exhibici¨®n mundial, disparada por su ¨¦xito multitudinario en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, es un acontecimiento pol¨ªtico de gran trascendencia. Pero no menos importantes son sus sombras ¨¦tica y est¨¦tica, inseparables en un filme que es por s¨ª mismo una victoria de la libertad. Con Arrepentimiento, el cine recupera algunas de sus perdidas conexiones con el antiguo empuje que hace decenios lo convirti¨®, m¨¢s all¨¢ de su noble condici¨®n de entretenimiento del mundo, en una forma de mejorar ese mundo.
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