"La masoner¨ªa no influye en la pol¨ªtica espa?ola"

La influencia pol¨ªtica de la masoner¨ªa en la Espa?a actual es nula, no s¨®lo porque fuera pr¨¢cticamente extinguida durante la dictadura del general Franco, sino, y fundamentalmente, porque no se trata de una organizaci¨®n pol¨ªtica. Esta es una de las conclusiones alcanzadas en el III Simposio sobre Historia de la Masoner¨ªa, celebrado en C¨®rdoba hasta el fin de semana pasado. En Espa?a, xisten en la actualidad cuatro obediencias mas¨®nicas, que cuentan en total con un millar de miembros, aproximadamente, y que son legales desde 1979.

En estas jornadas han participado unos 150 investigadores procedentes de 25 universidades espa?olas y europeas. Curiosamente, el criterio para seleccionar las ponencias ha sido que partan de historiadores no especializados en el tema. "No hemos querido traer s¨®lo investigadores especializados para que las aportaciones de los especialistas en otros temas ayuden a ensamblar el fen¨®meno en su justo contexto social y pol¨ªtico", explica Jos¨¦ Antonio Ferrer Benimeli, responsable del congreso y presidente del Centro de Estudios Hist¨®ricos de la Masoner¨ªa.Benimeli no es partidario de hablar del papel pol¨ªtico de -la masoner¨ªa y, desde una perspectiva hist¨®rica, prefiere hacerlo del "papel de los masones que hicieron pol¨ªtica". En el caso espa?ol, la dictadura transform¨® por completo la presencia de lamasoner¨ªa. De un Gobierno de la Segunda Rep¨²blica en que lleg¨® a haber hasta seis ministros masones, mientras que numerosos sillones de las Cortes eran ocupados tambi¨¦n por masones, se pas¨® a las cuatro masoner¨ªas inscritas en los registros del Ministerio del Interior y a un millar de masones, seg¨²n las fuentes hist¨®ricas y de la propia masoner¨ªa.

Como prueba de la presencia social.de la masoner¨ªa antes de la guerra, baste la lectura de un censo que muestra c¨®mo en Andaluc¨ªa, en la d¨¦cada que media entre 1926 y 1936, se cuentan 1.500 masones pertenecientes a 170 profesiones diferentes. Por importancia num¨¦rica se encontraban empleados y funcionarios, comerciantes, milit¨¢res, mec¨¢nicos, maestros, m¨¦dicos, carpinteros, labradores, camareros, dependientes de comercio, alba?iles y sastres. Psicol¨®gicamente, ser miembro de una obediencia mas¨®nica es importante para profesionales que por raz¨®n de trabajo cambian continuamente de residencia, ya que a cualquier ciudad que acudan encuentran con facilidad hermanos masones.

En lo social, las logias representan para muchos investigadores los primeros foros que pusieron en contacto a personas de distintos estamentos, sociales, antes incluso que las revoluciones burguesas.

Anticlericalismo

Como constataci¨®n hist¨®rica, queda la intensa vinculaci¨®n de los masones con los partidos republicanos y, seg¨²n las circunstancias hist¨®ricas, el anticlericalismo militante de los mismos. Cuestiones de f¨¢cil comprensi¨®n si se tiene en cuenta que el hecho de pisar una logia era motivo de excomuni¨®n, con lo que la Iglesia se mostraba como s¨ªmbolo de la intoleracia, que los,masones rechazan por principio.En cuanto a la persecuci¨®n de la dictadura, Benimeli entiende que una organizaci¨®n basada enla tolerancia, que defiende la democracia, la libertad, los derechos del hombrey el pacifismo no casa con ning¨²n regimen totalitario. Existe, pues, una larga lista de perseguidores que van desde Hider o Stalin hasta, m¨¢s re cientemente, el mism¨ªsimo Jomeini.

Para los investigadores, nunca la masoner¨ªa ha sido una sociedad secreta, salvo en algunos momentos de su aparici¨®n, en el siglo XVIII. "Si acaso, durante algunas dictaduras, por cuesti¨®n de supervivencia, se la puede calificar de discreta". Este t¨¦rmino, como el de clandestina, es preferido al de secreta. Se define, en definitiva, m¨¢s como un c¨ªrculo de pensamiento que como una catapulta de conspiraciones.

Otros desmienten cualquier relaci¨®n entre masoner¨ªa y burgues¨ªa conservadora, si bien ¨¦sta fue la base de su nacimiento. Quienes tal cosa afirman argumentan con el hecho de que la masoner¨ªa ha sido germen de las primeras sociedades obreras, y sostienen que se trata de una organizaci¨®n absolutamente abierta donde cualquiera de sus miembros puede llegar a ser gran maestre, "cosa que sucede en pocas organizaciones democr¨¢ticas".