La reforma de la financiaci¨®n comunitaria bloquea la pr¨®xima 'cumbre' de jefes de Estado
Los ministros de Asuntos Exteriores de los doce iniciaron ayer la recta final de la preparaci¨®n de la cumbre europea de la semana pr¨®xima, pero las persistentes discrepancias que mantienen inducen a sospechar que no lograr¨¢n allanar mucho el camino para facilitar la toma de decisiones por los jefes de Estado y de Gobierno.
La cumbre a la que asistir¨¢ por Espa?a el presidente Felipe Gonz¨¢lez, tendr¨¢ lugar el lunes y martes pr¨®ximos en Bruselas, y su plato fuerte ser¨¢, sin duda, la reforma de la financiaci¨®n de la Comunidad Europea (CE), propuesta por el presidente de su ¨®rgano ejecutivo, Jacques Delors, sobre la que los jefes de la diplomacia europea discutieron ayer en profundidad y volver¨¢n a debatir el pr¨®ximo fin de semana, justo antes de la reuni¨®n.El encuentro de los responsables de Exteriores, en el que particip¨® Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, coincide con una movilizaci¨®n general para preparar la cumbre. As¨ª, mientras el actual presidente del Consejo de Ministros de la CE y jefe del Gobierno belga, Wilfried Martens, pas¨® ayer por Madrid antes de viajar a Roma, Jacques Delors se desplazar¨¢ esta semana a Par¨ªs y Bonn para entrevistarse con el presidente Mitterrand y con el canciller Helmut Kohl.
Como era de esperar, las tradicionales divergencias resurgieron ayer en el Consejo de Ministros celebrado en el Gran Ducado, a prop¨®sito del tr¨ªptico propuesto por la Comisi¨®n Europea. "Hemos vuelto a decir todos lo mismo" coment¨® Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, "y habr¨¢ que retomar en profundidad el tema durante el fin de semana".
Existe por lo menos entre los doce un cierto consenso sobre la necesidad de incrementar el presupuesto de los llamados fondos estructurales, destinados a luchar contra el paro y a atenuar las diferencias de desarrollo entre ricos y pobres de la CE.
Pero no todos est¨¢n de acuerdo en que, como lo desea Espa?a y los dem¨¢s pa¨ªses mediterr¨¢neos, sus fondos deban ser duplicados de aqu¨ª a cinco a?os. Los Estados miembros septentrionales temen tambi¨¦n que la ayuda se concentre en regiones estructuralmente retrasadas y no beneficie tanto a las zonas industriales en declive, situadas generalmente en su territorio.
Abismo Norte-Sur
Este abismo Norte-Sur, que tiende a ser habitual desde que Espa?a y Portugal ingresaron en la CE, se reproduce a prop¨®sito del principal punto de la reforma: la modificaci¨®n de la financiaci¨®n de la Comunidad, aunque todos coinciden tambi¨¦n sobre la necesidad de dotarla de recursos estables para que deje de padecer d¨¦ficit cr¨®nicos que generan a veces aut¨¦nticas crisis.
La Comisi¨®n preconiza diversificar los recursos hasta alcanzar un techo m¨¢ximo equivalente al 1,4% del producto nacional bruto (PNB), de la CE, que corresponde a un 2% del IVA recaudado en los doce, a lo que capitales como Londres replican proponiendo que se aumente en 1988 el porcentaje del IVA del 1,4% al 1,6%, y otras, como Bonn, sugieren que este incremento sea s¨®lo provisional y sirva para disponer de un tiempo para seguir reflexionando.
Madrid se muestra, en cambio, convencido de que urge reformar el sistema en profundidad, y alega, junto con Martens, que el aumento al 1,6% no bastar¨¢ para equilibrar el presupuesto del a?o pr¨®ximo -la Comisi¨®n solicita ya el 1,7%- si sigue resultando imposible contener el gasto agr¨ªcola, un tema que tambi¨¦n estar¨¢ en la agenda de la cumbre. Los doce est¨¢n de acuerdo en evitar que ese gasto no crezca m¨¢s r¨¢pidamente que los recursos propios de la CE, pero se enfrentan a la hora de decidir cu¨¢l es el a?o de referencia para hacer el c¨¢lculo. El Reino Unido es el principal partidario de recortar las subvenciones agr¨ªcolas, que superan el 60% del presupuesto de la CE.
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