El Papa recibe a Waldheim, pese a la oleada de protestas
Juan Pablo II desafiando a una buena parte de la opini¨®n p¨²blica mundial, recibi¨® ayer por la ma?ana en el Vaticano, en visita oficial de Estado, al presidente de Austria, Kurt Waldheim, cuestionado por su supuesto pasado nazi, y que fue acogido por grupos de manifestantes jud¨ªos y cat¨®licos con gritos de "?Verdugo, verdugo!" y "?Verg¨¹enza, verg¨¹enza!" Los gritos, a los que se sumaron j¨®venes de todos los partidos italianos, con excepci¨®n de los democristianos, le llegaron a Waldheim desde lejos. Por vez primera en una visita oficial de un jefe de Estado al Vaticano, la plaza de San Pedro y las calles adyacentes fueron cerradas al tr¨¢fico rodado y de peatones. Tanquetas de la polic¨ªa proteg¨ªan todos los accesos y helic¨®pteros sobrevolaban la zona.
La costumbre se viol¨®, cambiando el trayecto del cortejo para no hacer pasar al presidente austriaco por la Via della Conciliazione, donde se hab¨ªan reunido algunos cientos de manifestantes que protestaban contra la visita con pancartas y una horca en la que se le¨ªa: "Waldheim ofrec¨ªa las horcas, el Papa las cruces".Sin embargo, en el interior del Vaticano se sigui¨® estrictamente el protocolo y el ambiente fue de franca cordialidad. La banda pontificia interpretr¨® el himno austr¨ªaco y Waldheim, de frac, con las insignias del gran cord¨®n del m¨¦rito nacional de Austria, fue acogido por un piquete de honor de 24 guardias suizos con uniforme de gala.
El encuentro privado entre el presidente austriaco y el Papa dur¨® 35 minutos, y se desarroll¨® sin int¨¦rprete. Cuando se encontraron en la puerta, el Pont¨ªfice dijo a su visitante: "Buenos d¨ªas, se?or presidente". Y ¨¦ste, con una gran sonrisa, respondi¨®: "Buenos d¨ªas, santo padre, me siento muy feliz".
En su discurso, el presidente manifest¨® su gratitud al Papa por haber sido el primer jefe de Estado que lo recibe desde que fue elegido y exalt¨® la obra a favor de la paz llevada a cabo por este pontificado. Juan Pablo II, que le respondi¨® tambi¨¦n en alem¨¢n, subray¨® el papel importante de Austria en el mundo, alab¨® su neutralidad y la ayuda que dicho pa¨ªs, dijo el Papa, "ha dado a mis conciudadanos polacos en los ¨²ltimos a?os".
"La actividad que usted ha desarrollado en el campo internacional", dijo, "como diplom¨¢tico y como ministro de su pa¨ªs, lo mismo que durante su cargo, lleno de responsabilidad, de secretario de la ONU, estuvo siempre dedicada a asegurar la paz entre los pueblos". Juan Pablo II hizo votos para que tambi¨¦n en su nuevo cargo de presidente de Austria pueda seguir en la misma l¨ªnea, y acab¨® dici¨¦ndole: "Que la bendici¨®n de Dios le acompa?e a usted, se?or presidente, y al pueblo austriaco en esta colaboraci¨®n de solidaridad a favor de la humanidad".
"Yo creo"
En su encuentro oficial con el secretario de Estado, cardenal Agostino Casaroli, tras la visita al Papa, Waldheim dijo al prelado: "Estoy muy feliz de hallarme aqu¨ª". Y, casi al o¨ªdo, a?adi¨®, comentando su encuentro con el Pont¨ªfice: "Ha sido una audiencia muy cordial".
Ni una palabra apareci¨® ayer en ning¨²n discurso oficial sobre el fondo de la pol¨¦mica mundial desencadenada por esta visita, es decir, acerca de las acusaciones a Waldheim de haber participado como oficial del Ej¨¦rcito de Hitler en el holocausto de millones de jud¨ªos exterminados por los nazis.
Mientras tanto, en la calle, los manifestantes, entre los que figuraba la cazanazis alemana occidental Beate Klarsfeld, que hab¨ªa sido detenida la noche anterior en el aeropuerto de Fiumicino, segu¨ªan gritando y levantando pancartas en las que figuraba el nombre de Waldheim pero sustituyendo la w por la cruz gamada. Sentados en el suelo entonaron la oraci¨®n c¨¦lebre de los deportados antes de entrar en la c¨¢mara de gas: "Yo creo".
Los organizadores de la protesta pac¨ªfica guardaron un minuto de silencio por las v¨ªctimas de los campos de concentraci¨®n de todo el mundo. El silencio fue violado s¨®lo por las campanas de la bas¨ªlica de San Pedro que en aquel momento empezaron a repicar, y en el aire se alzaron 14 carteles, cuadrados, todos iguales, de color amarillo, que llevaban escrito en negro los nombres de otros tantos campos de exterminio nazi.
La protesta diplom¨¢tica
J. A. Cuatro pa¨ªses -Costa Rica, Honduras, Guatemala y M¨®naco- no estuvieron ayer representados diplom¨¢ticamente, como gesto de protesta, en el encuentro entre el presidente austriaco, Kurt Waldheim, y el papa Juan Pablo II. Otros seis pa¨ªses -Estados Unidos, Italia, Rep¨²blica Federal de Alemania, Reino Unido, B¨¦lgica, Holanda y Argentina- estuvieron representados, pero no a nivel de embajadores, sino a nivel inferior.
Sin embargo, la mayor parte de los pa¨ªses, entre ellos Espa?a, prefirieron a ¨²ltima hora, a pesar de las protestas del mundo jud¨ªo y de muchos cat¨®licos progresistas, enviar al encuentro a sus embajadores. Por su parte, el Vaticano, al parecer, antes de esta, visita hab¨ªa pedido a Washington que dijera si existen documentos probatorios sobre el pasado nazi de Waldheim.
Los tres motivos del Vaticano para justificar el encuentro fueron: que las acusaciones no han sido nunca probadas, que Waldheim fue elegido democr¨¢ticamente y que Austria es una naci¨®n mayoritariamente cat¨®lica.
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