La "cumbre' europea finaliza sin acuerdo

IGNACIO CEMBRERO, La Comunidad Europea (CE) se adentr¨® con mal pie en la nueva era del Acta ¨²nica. Los jefes de Estado y de Gobierno de los doce, reunidos en Bruselas, fueron ayer por la noche incapaces de ponerse de acuerdo sobre la orientaci¨®n a dar a su indispensable reforma financiera, que Margaret Thatcher, la primera ministra brit¨¢nica, se resiste a aceptar. A diferencia de otros muchos Consejos Europeos, el que finaliz¨® ayer no pudo adoptar ninguna conclusi¨®n a causa de la tenaz oposici¨®n del Reino Unido, aunque los otros 11 Estados miembros, incluida Espa?a, suscribieron informalmente un documento de compromiso.

Ese texto fue elaborado por el jefe del Gobierno belga, Wilfried Martens. Nueve horas de prolongaci¨®n de la cumbre europea -que acab¨® pasadas las nueve de la noche- no bastaron. para vencer las reticencias de una primera ministra brit¨¢nica, que mereci¨® m¨¢s que nunca su fama de dama de hierro, pero s¨ª permitieron caldear el ambiente de la reuni¨®n hasta el punto de que, seg¨²n el presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, "se produjo un debate vivo, incluso muy vivo"."Si hubiese que poner un titulo a este Consejo Europeo", ironizaba un diplom¨¢tico intentando dar el tono de la discusi¨®n, podr¨ªa ser el de una contra todos". Y al primer ministro irlandes, Charles Haughey, se le atribuye este comentario: Margaret Thatcher ".no est¨¢ contra la reforma de la CE, est¨¢ contra el universo".

"Soberbio aislamiento"

En los pasillos s¨®lo se hablaba de "ella", de lo que sus detractores describ¨ªan como su "intransigencia" y su "soberbio aislamiento", mientras de puertas para adentro el presidente de la Comisi¨®n Europea, el frances Jacques Delors, no resist¨ªa a la tentaci¨®n de amenazar de nuevo con dimitir si nos despejaba el camino para la adopci¨®n de las apremiantes decisiones que requiere la Comunidad. Pero el principal adversario de Margaret Thatcher result¨® ser su hom¨®logo franc¨¦s, Jacques Chirac.

Recogidas en un documento de 13 p¨¢ginas, las abortadas conclusiones de la cumbre no obtuvieron la adhesi¨®n brit¨¢nica porque, seg¨²n explic¨® Margaret Thatcher ante la Prensa, "no se puede ir adelante acumulando malentendidos" y porque ",nuestro enfoque de los problemas es m¨¢s reponsable que el de algunos otro?. "Lo sucedido", afirm¨® intentando restarle importancia, "es una l¨¢stima pero no una cat¨¢strofe".

A rengl¨®n seguido, la primera ministra brit¨¢nica recit¨® ante los corresponsales, como ya lo hab¨ªa hecho ante sus hom¨®logos durante la jornada, su credo comunitario que pretende adecuar los gastos al nivel de recursos disponibles y para conseguirlo aboga por una reforma de la pol¨ªtica agr¨ªcola, que genera unos costosos excedentes, y por un control presupuestario m¨¢s eficaz. S¨®lo una vez conseguidos estos objetivos, opin¨® Thatcher, se podr¨¢n incrementar los recursos propios de la CE que permitir¨¢n aumentar moderadamente la dotaci¨®n de los fondos estructurales.

Postura de Gonz¨¢lez

Frente a estos argumentos, Gonz¨¢lez consider¨®, seg¨²n sus propias palabras, "que no era sostenible prolongar una discusi¨®n" que amenazaba con ser interminable y sugiri¨® a Wilfried Martens que solicitase a cada uno de sus invitados que se pronunciase sobre el texto del compromiso, Poniendo as¨ª de manifiesto el aislamiento de Thatcher, la ¨²nica que contra viento y marea mantuvo su reserva global.

El ¨²nico asistente a la cumbre que inicialmente parec¨ªa moderadamente dispuesto a secundarla era el canciller de la RFA, Helmut KohI, pero la conclusi¨®n a mediod¨ªa del compromiso agr¨ªcola franco-alem¨¢n acab¨® por disociarle de la primera ministra brit¨¢nica; Kohl comparti¨® sin embargo la satisfacci¨®n de Thatcher cuando, por la tarde, fueron abordados los problemas t¨¦cnicos a corto plazo planteados a la Comunidad.

A diferencia de Thatcher, Gonz¨¢lez declaraba tener "honradamente motivos para sentirse satisfecho" ante un documento que vincula la construcci¨®n del llamado mercado interior, que tanto interesa a las pr¨®speras econom¨ªas del norte de Europa, con la llamada cohesi¨®n o solidaridad, de la que los Estados miembros meridionales esperan beneficiarse. "El mercado interior tiene un precio", recalc¨® el presidente, "y aqu¨ª queda establecido".

El texto presentado por Martens no hace, sin embargo, suyo el principal objetivo de los pa¨ªses mediterr¨¢neos, que junto con la Comisi¨®n Europea piden una duplicaci¨®n de los llamados fondos estructurales que pretende atenuar las diferencias de desarrollo entre ricos y pobres de la CE. El documento se limita a recoger, sin pronunciarse, la tesis del Ejecutivo comunitario.

A pesar de las insuficiencias y ambig¨¹edades del texto, su autor, Wilfried Martens, estim¨® que permit¨ªa vaticinar que "la soluci¨®n de la reforma estar¨¢ a punto para Copenhague", donde bajo presidencia danesa, se celebrar¨¢ en diciembre de este a?o la pr¨®xima cumbre europea. M¨¢s optimista a¨²n, Delors aseguraba que "el movimiento hacia la reforma es imparable".

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