Lo que el jefe quiere o¨ªr

Las provisiones de empleos mediante el sistema de libre designaci¨®n son causa de un problema evidente. En palabras de un alto cargo de la Administraci¨®n socialista, "las designaciones libres tienen al funcionario beneficiado pendiente de lo que opine su jefe, que le puede destituir en cualquier momento. Por eso muchas veces no le dicen lo que piensan sino lo que creen que ¨¦l desea o¨ªr".La inseguridad en el empleo les puede arrastrar a elevar los informes m¨¢s adecuados a las opiniones de sus jefes aunque est¨¦n alejadas de las suyas propias; les aboca a ahorrarse los consejos comprometidos y les deja en un permanente peligro de perder sabrosos complementos econ¨®micos. Aunque no se puede considerar que esto ocurra en todos los casos.

Pero es un hecho que miles de funcionarios perder¨ªan casi la mitad de sus retribuciones -teniendo en cuenta los complementos- si fuesen destituidos de un empleo al que accedieron por libre designaci¨®n.

Las fuentes oficiales adelantan que la convocatoria publicada el pasado 3 de junio en el Bolet¨ªn Oficial del Estado para que los funcionarios participen en un concurso si desean acceder a un alto empleo de la Administraci¨®n es significativa de una nueva l¨ªnea que demuestra el intento de "mentalizar" a los gestores ministeriales para que promuevan este tipo de pruebas objetivas. En breve ser¨¢ convocado un concurso similar para funcionarios del Consejo Superior de Deportes, al que seguir¨¢n algunos ejemplos m¨¢s, seg¨²n los mismos informantes.

"La mayor¨ªa de las veces", a?aden, "las reticencias son de los propios funcionarios, que quieren tener su secretaria por libre designaci¨®n. Cuando los sindicatos se quejan de este mecanismo habr¨ªa que decirles que principalmente deben convencer a sus propios afiliados".

Adem¨¢s de estos prop¨®sitos de enmienda, algunas fuentes socialistas aten¨²an la importancia de las voluminosas designaciones libres indicando que se deciden tras convocatoria publicada en el Bolet¨ªn Oficial del Estado, pero incluso altos cargos de la Administraci¨®n admiten que esto produce un efecto a¨²n peor: "Al publicarse en el BOE, se generan unas expectativas de lograr el puesto que luego se ven defraudadas cuando los funcionarios comprueban que ya estaba concedido de antemano. Y eso crea desilusi¨®n".

Pero, sobre todo, quita votos.