La danza espa?ola, exportada a los festivales franceses
La danza contempor¨¢nea espa?ola est¨¢ conociendo un inicio de exportaci¨®n que ha quedado patente en dos festivales del sur de Francia: Aix-en-Provence y Ch?teauvalon. El primer evento franc¨¦s que import¨® danza espa?ola fue Montpellier, y, tras su iniciativa, los otros festivales del Midi franc¨¦s se lanzaron a la caza de algo m¨¢s que la a veces falsa ortodoxia del folclor.
Aix-en-Provence tiene anualmente un modesto festival patrocinado por el municipio, capaz de programar hasta 10 espect¨¢culos internacionales. Este a?o sus programadores cargaron las tintas en la nueva danza espa?ola, y los que deb¨ªan ser cuatro grupos se redujeron a tres tras el desgraciado accidente en un ensayo de Ram¨®n Oller, que deb¨ªa estrenar el Muro de las influencias. Tambi¨¦n estaba previsto que Oller apareciera con su compa?¨ªa en Chateauvalon, el festival de danza de m¨¢s alta subvenci¨®n de Francia, donde estar¨¢ el d¨ªa 23 el baile espa?ol de Paco Moyano en una sesi¨®n de estrenos europeos junto a obras de B¨¦lgica, Estados Unidos e Italia.La danza espa?ola conserv¨® en Aix una mayor¨ªa absoluta sobre norteamericanos y franceses, representada por la vanguardia catalana de Vicente S¨¢ez y las bailarinas procedentes del grupo Taba, Cesc Gelabert y Lydia Azzopardi con R¨¦quiem de Verdi y el Ballet Teatro Espa?ol de Rafael Aguilar, que presentar¨¢ el d¨ªa 11 un programa mixto que comprende una pieza inspirada en La casa de Bernarda Alba, protagonizada por Manuela Aguilar y Lola Greco, y un cuadro de baile flamenco.
Mientras tanto, en Montpellier la lluvia conspir¨® con la segunda noche del estreno del grupo Ris et Danceries, Pasacailles, coincidiendo con la tambi¨¦n frustrada segunda representaci¨®n del Ballet de Caracas, ambos al aire libre. Los solistas del Ballet del Teatro L¨ªrico Nacional, Ra¨²l Tino y Santiago de la Quintana, actuaron como invitados de la compa?¨ªa caraque?a.
Vicente S¨¢ez, por su parte, ha resultado el m¨¢s implantado en Aix, donde imparte un curso que culmin¨® en audici¨®n y en la realizaci¨®n de una creaci¨®n para 11 bailarines de la ciudad en una semana.
Montpellier es desde el d¨ªa 6 el centro de difusi¨®n de Francia para los temas de la producci¨®n danc¨ªstica, con tres foros de discusi¨®n: los poderes regionales ante la danza, creaci¨®n musical y creaci¨®n coreogr¨¢fica, y la difusi¨®n internacional de la producci¨®n coreogr¨¢fica. Participan en este congreso unos 300 especialistas y profesionales de todo el mundo, incluidos Jap¨®n, Norteam¨¦rica y Am¨¦rica Latir¨ªa, adem¨¢s de toda Europa. La presencia espa?ola est¨¢ reducida a Sabine Dufrenoy, del Departamento de Danza de la Generalitat de Catalu?a, ¨²nico centro que posee una estructura diferenciada de la m¨²sica para administrar los asuntos de la danza.
Pero no todo son rosas: el estreno de Fran?ois Verret ha sido una decepci¨®n. La dernier fouin, una pieza confusa para dos actores, una bailarina y el propio Verret. Soledad, hast¨ªo cultural. La obra de Verret es un ultim¨¢tum con mucho de arte povera y casi nada de baile. Verret est¨¢ loco, y eso es algo admitido por todos; sus trabajos tienen la originalidad y el gancho de la locura. Es un inventor de desastres, y como tal se le ama o se le rechaza, aunque esta vez se le ha ido la mano en su inclemencia para con los espectadores.
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