El Tesoro redujo el tipo de inter¨¦s de las letras a un a?o
La segunda subasta de letras celebrada ayer por el Tesoro registr¨® una ligera baja en los tipos de inter¨¦s a los que fueron cedidas, lo que confinna el inicio de una tendencia a la reducci¨®n del precio del dinero en todos los mercados. Descenso que ser¨¢ lento y paulatino a lo largo de los pr¨®ximos meses, aun contando con posibles problemas monetarios estacionales debidos a la fuerte entrada de divisas del verano.En la subasta de letras se ofreci¨® dinero por casi 100.000 millones de pesetas, algo menos que en la anterior, de los que se aceptaron algo menos de 62.000 millones de pesetas, cifra bastante inferior a la que se suscribi¨® hace dos semanas. En aquella ocasi¨®n el Tesoro, en un claro intento de marcar la disposici¨®n existente a pagar precios de mercado por el dinero que necesitaba para financiar el d¨¦ficit p¨²blico, acept¨® pr¨¢cticamente todo el dinero ofertado -se quedaron fuera unos 8.000 millones de pesetas-, mientras que en la subasta celebrada ayer, aun manteniendo los precios de mercado, ha expresado de forma contundente que las expectativas futuras son de una relativa baja de los tipos de inter¨¦s.
As¨ª se entiende que, sin variar sustancialmente los precios de aceptaci¨®n -el tipo marginal de la subasta se ha reducido en 15 cent¨¦simas de punto- solamente se hayan aceptado 62.000 millones de pesetas de los 99.000 ofertados. Es bastante probable que la mayor parte del dinero que,no ha sido aceptado por el Tesoro solicitara una rentabilidad igual a la de la primera subasta, lo que significar¨ªa que las entidades financieras, aunque solicitan una baja de los tipos de inter¨¦s de los recursos que ellas necesitan, no est¨¢n dispuestas todav¨ªa a entrar en una tendencia a la baja de lo que constituye la parte del activo de su balance. En las pr¨®ximas subastas esta disociaci¨®n entre oferta y demanda tender¨¢ a desaparecer y las instituciones financieras ir¨¢n entrando de forma m¨¢s decidida a los nuevos precios.
Hay que tener en cuenta adem¨¢s que la subasta de ayer era la primera en la que las instituciones financieras pod¨ªan acudir por cuenta de terceros, de clientes institucionales o particulares, para comprar letras a un a?o. Hasta ahora la cesi¨®n temporal de letras no era posible, y ello dejaba algo cojo el nuevo mercado creado.
En todo caso, el balance del nuevo instrumento financiero del Estado que va a sustituir a partir de ahora al pagar¨¦ del Tesoro no puede ser m¨¢s positivo. En las dos subastas celebradas la Administraci¨®n ha logrado colocar m¨¢s de 160.000 millones de pesetas, cifra que no se hab¨ªa alcanzado en todo este a?o. En las pr¨®ximas emisiones el volumen debe ir aumentando, toda vez que se aproximan vencimientos muy importantes de pagar¨¦s que en una arte no despreciable no ser¨¢n sustituidos por nuevas emisiones de este mismo activo.
El 'dinero negro'
Solo las instituciones financieras, que deben cubrir una parte de su pasivo con pagar¨¦s, y los poseedores de dinero negro seguir¨¢n acudiendo a la suscripci¨®n de estos titulos, que ofrecen una rentabilidad final siete puntos, por debajo de lo que lo vienen haciendo las nuevas letras.De ah¨ª las relativamente elevadas peticiones de adquisici¨®n que vienen haciendo las instituciones financieras para ofrecer a sus clientes los nuevos t¨ªtulos a medida que vayan venciendo los antiguos pagar¨¦s.
La reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s en la subasta de letras ha sido la consecuencia l¨®gica de lo que ha venido ocurriendo en los mercados monetarios en la ¨²ltima semana. El Banco de Espa?a cedi¨® letras de su cartera, con pacto de recompra, a precios inferiores a los que hab¨ªan tenido lugar en los d¨ªas anteriores, y cuando volvi¨® a realizar una subasta de pr¨¦stamos de regulaci¨®n monetaria para proporcionar liquidez al sistema lo hizo reduciendo el tipo de inter¨¦s por pri*mera vez en lo que va transcurrido de a?o.
Todo ello ven¨ªa a representar diversas llamadas de atenci¨®n a los operadores del mercado en el sentido de que se hab¨ªan modificado, siquiera ligeramente, las condiciones generales y que era previsible esperar una cierta reducci¨®n del precio del dinero, que se ir¨¢ trasladando con lentitud y bastante cautela al resto de los mercados.
Por ahora no es l¨®gico esperar modificaciones a la baja de los tipos de inter¨¦s preferenciales de los cr¨¦ditos, y por tanto tampoco del resto de cr¨¦ditos y pr¨¦stamos, cuyo encarecimiento vienen soportando empresas y particulares. Pero lo normal es que, transcurrido un cierto tiempo, ello empiece a tener lugar.
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