Viejos lobos

Los cinco lobos saltaron al escenario con aspecto de cansados y su concierto no alcanz¨® el grado de calidad y comunicaci¨®n conseguidos el pasado 21 de febrero, cuando se presentaron en Madrid por vez primera. Mostraron su energ¨ªa, la dureza de arreglos y sonido, pero se ech¨® en falta esa sutileza en los matices a la hora de tocar que permite admirar su calidad como instrumentistas. En su segunda actuaci¨®n madrile?a, Los Lobos mantuvieron un mismo ambiente durante las dos horas de actuaci¨®n, con el consiguiente grado de monoton¨ªa que esto conlleva.Su m¨²sica es una encrucijada en la que confluyen aires mexicanos, el rock and roll y las canciones llamadas norte?as. ?stas -que mezclan temas de influencia hispana con las polcas, mazurcas y valses llevados al sur de EE UU por los emigrantes alemanes- han sido especialmente valoradas por Los Lobos en sus actuaciones espa?olas. Interpretadas en castellano y con el acorde¨®n como instrumento representativo, resultan un gancho comercial evidente, pero es la aportaci¨®n menos interesante del quinteto de Los ?ngeles.

Su experiencia les permiti¨® exteriorizar alegr¨ªas y mantener vivo su rock and roll directo, desinhibido, bailable, elemental y sin florituras. Es el rock que nos afecta de manera m¨¢s directa y familiar y el que nos permite establecer nexos de uni¨®n musical con una cultura que a veces nos resulta lejana y extra?a. Y la posibilidad de conocerlo de primera mano se la debemos a esos cinco astutos y viejos lobos.