Dos guardias civiles, asesinados al estallar un artefacto por radiocontrol en Guip¨²zcoa
Dos guardias civiles fueron asesinados ayer en O?ati (Guip¨²zcoa), presumiblemente a manos de ETA Militar, reventados por la explosi¨®n de una potente bomba accionada por radiocontrol al paso de la furgoneta policial en la que viajaban. Otros dos guardias, miembros tambi¨¦n de las Unidades Antiterroristas Rurales (UAR), quedaron gravemente heridos. Este es el primer atentado con resultados mortales que tiene lugar en el Pa¨ªs Vasco en los ¨²ltimos seis meses.El comandante Enrique Galindo, m¨¢ximo responsable de la Guardia Civil en Guip¨²zcoa, indic¨® que el punto en que se produjo el atentado, a las 10.45 de ayer, hab¨ªa sido inspeccionado hace unos d¨ªas. El cabo primero Antonio L¨®pez Mart¨ªnez Colmenero, de 31 a?os (casado y padre de una ni?a), y el guardia Pedro Galnares Barreda, de 26, fallecieron pr¨¢cticamente en el acto. Los otros dos guardias que viajaban en la misma furgoneta Nissan Patrol (Andr¨¦s Castillejos Mart¨ªn y Antonio Grande Lozano) padecen choque traum¨¢tico, fracturas y graves heridas provocadas por la metralla.
El despliegue policial llevado a cabo por los efectivos de la Guardia Civil que compon¨ªan el resto del convoy (otros tres veh¨ªculos) no dio resultado alguno. Ante los cuerpos sin vida de sus compa?eros, algunos de los guardias civiles comentaban ayer con amargura que en este pa¨ªs todo el mundo parece ciego, sordo y mudo.
Por otra parte, el ministro del Interior, Jos¨¦ Barrionuevo, que ayer se desplaz¨® a Vitoria para visitar a los agentes heridos, ha declarado al diario Il Messaggero, de Roma, que quienes solicitan su dimisi¨®n son los dogm¨¢ticos. "En parte me esperaba esto, pero mi cabeza la piden los de siempre, grupos dogm¨¢ticos, heroicos luchadores antifranquistas, ahora que Franco ha muerto hace una docena de a?os", comenta el ministro. En la entrevista, Barrionuevo propugna adem¨¢s un encuentro con los editores privados para "definir una estrategia com¨²n contra el terrorismo".
P¨¢ginas 11 y 12
Editorial en la p¨¢gina 8
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