Los 'ilegales' del subterr¨¢neo

Rateros, gamberros, mendigos, revendedores de billetes, vendedores ambulantes y m¨²sicos integran la familia de ilegales que act¨²a en el metro madrile?o. A pesar de los robos y los actos de vandalismo, la red subterr¨¢nea es todav¨ªa una especie de serpiente mansa, donde 160 vigilantes se permiten andar armados s¨®lo de cachiporra y sin la compa?¨ªa de fieros mastines, a diferencia de los guardas de Nueva York. El 50% de los atracos y agresiones se dan en 4 de las 116 estaciones de Madrid: Rep¨²blica Argentina, Avenida de Am¨¦rica, Nuevos Ministerios y Gran V¨ªa.

Internarse por las bocas del metro de Madrid, cosa que hacen a diario m¨¢s de un mill¨®n de personas, no equivale, al menos por ahora, a emprender una aventura azarosa. En los cinco primeros meses de este a?o se han denunciado 68 robos, cifra que mantiene los niveles de los a?os 1985 y 1986, en que fueron declarados 129 y 125 robos, respectivamente. La casi totalidad de esas acciones fueron cometidas sin el uso de armas. El m¨¦todo de pillaje m¨¢s com¨²n es el denominado tir¨®n. Otro procedimiento es el de la "amable persuasi¨®n", como lo calific¨® sarc¨¢sticamente una de las v¨ªctimas, mediante el cual el delincuente, sentado junto a su presa, le pide "por las buenas", en un tono amedrentador y simulando llevar un arma, 100 duros, el reloj o cualquier cosa.Seg¨²n el jefe de la oficina de prensa de la Compa?¨ªa Metropolitana, Daniel Abad, las estaciones donde se concentra el mayor n¨²mero de atracos y agresiones son, en su orden, Rep¨²blica Argentina, Avenida de Am¨¦rica, Nuevos Ministerios y Gran V¨ªa, importantes cruces de l¨ªneas y en las que el usuario debe a veces recorrer largos y sombr¨ªos corredores; en ellas se han registrado algo m¨¢s del 50 % de los casos denunciados. La estaci¨®n Sol les sigue muy de cerca en orden de riesgo. La puesta de moda de una discoteca, explic¨®, puede incrementar durante unos meses el n¨²mero de casos en determinada estaci¨®n. "El joven que necesita dinero para entrar a una discoteca o para comprar droga a veces recurre al robo; y ese robo puede ocurrir en la estaci¨®n del metro", dijo.

La Compa?¨ªa Metropolitana, seg¨²n Abad, no tiene indicios de que exista una red delincuencial en el subterr¨¢neo de Madrid. La empresa asume que hay cuatro o cinco atracadores "habituales" que trabajan sin conexi¨®n entre s¨ª, y el resto son "ladrones ocasionales".

Un total de 160 vigilantes jurados, de la empresa Prosesa Metro, llevan sobre sus hombros la responsabilidad de la seguridad del metro, para la cual se asigna un presupuesto anual de unos 400 millones de pesetas. Los vigilantes del metro madrile?o no llevan armas de fuego; la situaci¨®n no ha llegado a los niveles preocupantes del tren subterr¨¢neo de Par¨ªs, que en 1984 era custodiado por 250 gendarmes de d¨ªa y 200 de noche, o el de Montreal, vigilado por 400 polic¨ªas, o mucho menos el t¨¦trico subway neoyorquino, supervisado por m¨¢s de 3.500 polic¨ªas armados y que con frecuencia van acompa?ados de fieros mastines.

Gamberros y mendigos

La actuaci¨®n de los vigilantes de Prosesa ha sido, a juicio de la Compa?¨ªa Metropolitana, efectiva: de 699 implicados en robos y agresiones durante 1986, fueron detenidos 491; en lo que va de a?o, de 268 implicados han sido capturados 187.No s¨®lo contra los rateros y los agresores tienen que actuar los vigilantes del metro. Gamberros, mendigos, vagabundos, revendedores de billetes, ambulantes y m¨²sicos tambi¨¦n forman parte de la numerosa familia que act¨²a il¨ªcitamente bajo la superficie urbana. La proximidad de una discoteca de moda, de un estadio de f¨²tbol o de un centro donde se celebre un concierto de rock pesado contribuye a que una estaci¨®n determinada sea escenario de actos de violencia, como en los casos de Lima y Cuzco, que pagan su tributo cada vez que los ultrasur salen euf¨®ricos de un partido del Real Madrid en el Santiago Bernabe¨². En lo que va del a?o se han producido 1.691 detenciones por actos de vandalismo. Estos hechos representan para la Compa?¨ªa Metropolitana p¨¦rdidas de hasta 5 millones de pesetas al a?o.

La mendicidad, junto con la reventa de billetes, es el rengl¨®n en el que m¨¢s dr¨¢sticamente se ha reducido el n¨²mero de detenciones con respecto a a?os anteriores. En la primera mitad de 1987 se produjeron 13.118 desalojos de mendigos, frente a 38.102 durante el a?o anterior. De acuerdo con la oficina de prensa del metro, hay aproximadamente 400 limosneros habituales, de los cuales unos 300 son portugueses. En cuanto a las reventas de billetes, la adopci¨®n de nuevos m¨¦todos de pago, como el boleto de 10 viajes, ha contribuido a reducir su incidencia, como se pone de manifiesto al comparar las 9.291 detenciones registradas en 1986 con las 1.687 del presente a?o. Por el contrario, la venta ambulante ha aumentando desde 1985. Este a?o pueden superarse las 25.000 detenciones por esta actividad.