La matanza de La Meca divide a los musulmanes

El l¨ªder palestino, Yasir Arafat, los responsables de la mezquita cairota de Al Alizar, los monarcas Jordano y marroqu¨ª, el presidente argelino y, en general, la pr¨¢ctica totalidad de los dirigentes pol¨ªticos y religiosos del Islam ortodoxo o sun¨ª han tomado el partido de Arabia Saud¨ª en su actual conflicto con Ir¨¢n. La Rep¨²blica Isl¨¢mica ha conseguido, por su parte, el apoyo enfebrec¨ªdo de la importante comunidad shi¨ª libanesa. Siria, de poblaci¨®n mayoritariamente sun¨ª, pero cuyo r¨¦gimen es aliado de Teher¨¢n, no dice una palabra.Estos d¨ªas se recuerda en Amman que, desde hace mucho tiempo, el rey jordano, Hussein, viene diciendo que lo que ¨¦l llama el virus iran¨ª pretende dividir a las dos principales corrientes del islam: los ortodoxos sun¨ªes, mayoritarios en casi todo el mundo ¨¢rabe, y la secta shi¨ª, dominante en Ir¨¢n y fuerte en L¨ªbano y algunos pa¨ªses del Golfo. Los sucesos del pasado viernes en La Meca, que provocaron m¨¢s de 400 muertes, parecen dar la raz¨®n al soberano hachem¨ª.

La disputa originada por esos sangrientos incidentes opone en primer lugar a dos de las grandes potencias del golfo P¨¦rsico o Ar¨¢bigo, de donde procede buena parte del petr¨®leo consumido por el mundo occidental. Lo que un hoyatoleslam iran¨ª llam¨® viernes negro ha dado al traste con un esfuerzo de aproximaci¨®n entre Ir¨¢n y Arabia Saud¨ª. La diplomacia iran¨ª hab¨ªa intentado aislar a Sadam Husein del mundo ¨¢rabe, fundamentalmente colaborando con Arabia Saud¨ª en la recuperaci¨®n de la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP).

La Prensa saud¨ª rompi¨® el pasado martes su reserva sobre los incidentes de La Meca, que atribuy¨® sin ambages a los iranies, "aliados del diablo". El diario Okaz public¨® que los sucesos del pasado viernes obedec¨ªan a un "plan prerneditado". Los peregrinos iran¨ªes en La Meca eran en un 80% mificianos pasdaran o basidyi, cuya intenci¨®n era proclamar en la principal ciudad santa del islam la "jefatura espiritual sobre todos los musulmanes del ayatol¨¢ Jomeini".

Los iran¨ªes, seg¨²n el per¨ª¨®dico saud¨ª, pretend¨ªan "bloquear la salida de la gran mezquita de La Meca", "quemar la Kaaba (la piedra c¨²bica hacia la que se dirigen los rezos de los musulmanes de todo el mundo)" y obligar a los peregrinos, fuera cual fuera su procedencia, a aceptar el liderazgo de Jomeini y la sustituci¨®n de La Meca como centro de peregrinaje por la ciudad santa shi¨ª de Qom, en territorio iran¨ª.

Esta ¨²ltima afirmaci¨®n de Okaz es peregrina. Los shi¨ªes tienen la misma estimaci¨®n que los sun¨ªes al profeta Mahoma y a las ciudades de La Meca y Medina, donde comenz¨® su predicaci¨®n. En cambio, es cierto que para los shi¨ªes iranies o libaneses Jomeini no es s¨®lo el jefe espiritual de su secta, sino de todo el islam.

La Prensa saud¨ª dispar¨® el martes su artiller¨ªa pesada contra los iran¨ªes, porque el d¨ªa anterior el imam. Jomeini hab¨ªa difundido un mensaje donde tocaba a la dinastia saud¨ª en su punto m¨¢s sensible. Para Jomeini, la casa real saud¨ª "es incapaz de asegurar la seguridad de los santos lugares de La Meca y Medina", que deben ser colocados bajo la protecci¨®n de una instancia isl¨¢mica universal.

El mundo musulm¨¢n termina hoy el Aid al Adya o Fiesta del sacrificio, comenzada el pasado martes. Nunca tal ocasi¨®n ha conocido un debate teol¨®gico y pol¨ªtico semejante en el islam. Las autoridades religiosas sunies se han pronunciado contra el intento de manifestarse en La Meca de los peregrinos irart¨ªes. "No hay que politizar el peregrinaje actual", dicen.

Los shi¨ªes, desde Jomeini hasta sus seguidores del Hezbol¨¢ (Partido de Dios) liban¨¦s, afirman que es leg¨ªtimo el uso pol¨ªtico de una de las m¨¢s importantes concentraciones humanas del mundo, cerca de dos millones de personas. El hoyatoleslam Rafsanyani recuerda que ¨¦l se manifest¨® en La Meca contra Francia, durante la guerra de independencia argelina.

Las tomas de posici¨®n sobre los sucesos de La Meca est¨¢n claramente vinculadas a la pertenencia de sus autores a la rama mayoritaria sun¨ª o la n¨²noritaria shi¨ª.

El sirio es el gobierno situado en posici¨®n m¨¢s delicada por los sucesos de La Meca. Damasco es la ¨²nica capital ¨¢rabe que toma el partido de Teher¨¢n en la guerra con Bagdad, pero al mismo tiempo, sumida en una grave crisis econ¨®mica, mantiene excelentes relaciones con la monarquia saud¨ª, de la que recibe importantes ayudas econ¨®micas. La Prensa siria guarda un silencio total sobre los hechos de La Meca, y se ha limitado a mencionar que el presidente Hafez el Asad sostuvo una conversaci¨®n telef¨®nica con el rey Fahd, en la que le expres¨® su "malestar". M¨¢s tarde, Asad envi¨® a Teher¨¢n a su ministro de Asuntos Exteriores.