Polic¨ªa en Euskadi
EL ASESINATO de dos polic¨ªas en Vitoria ha servido de caja de resonancia a las reivindicaciones planteadas por los sindicatos policiales respecto de las condiciones de vida de los agentes destinados en el Pa¨ªs Vasco, y en particular respecto al car¨¢cter forzoso, por un plazo considerado excesivo, de esa permanencia. El m¨¦todo escogido por un grupo de estos agentes para exponer sus quejas -increpaci¨®n p¨²blica a los representantes del Gobierno en el funeral por sus dos compa?eros asesinados- no s¨®lo resulta inoportuno sino inaceptable, por m¨¢s que el momento y la circunstancia fueran propicios al desbordamiento emocional. Por otra parte, un centenar de agentes de las Compa?¨ªas de la Reserva General con base en C¨®rdoba realizaron ayer un encierro en el acuartelamiento de Basauri (Vizcaya) en protesta por lo que consideran excesivo tiempo de permanencia fuera de sus bases, donde residen sus familiares.Las reivindicaciones profesionales y laborales de los colectivos policiales espa?oles han encontrado un cauce legal para su tratamiento con el reconocimiento de los sindicatos en el seno del actual Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, que agrupa a 60.000 agentes procedentes de la Polic¨ªa Nacional y del Cuerpo Superior de Polic¨ªa. La reciente constituci¨®n del Consejo de la Polic¨ªa, organismo paritario de arbitraje y mediaci¨®n entre los sindicatos policiales y la Administraci¨®n, est¨¢ te¨®ricamente orientada a favorecer la institucionalizaci¨®n del di¨¢logo. Y uno de los asuntos m¨¢s graves que deber¨ªa abordar cuanto antes es el estudio de las condiciones de trabajo y de vida de los 5.000 polic¨ªas que prestan servicio en el Pa¨ªs Vasco y en Navarra.
La reivindicaci¨®n principal de los polic¨ªas destinados en estas comunidades aut¨®nomas es la libertad de traslado a otros lugares, como ¨²nica forma de combatir el llamado s¨ªndrome del Norte, expresi¨®n con la que se describen las secuelas ps¨ªquicas producidas por el terrorismo y por el rechazo social que sufren en aquella zona. El Sindicato Unificado de Polic¨ªa (SUP), que representa a la mayor¨ªa de los agentes destinados en el Pa¨ªs Vasco y Navarra, ha propuesto al Ministerio del Interior la renovaci¨®n anual de mil agentes. Seg¨²n fuentes sindicales, m¨¢s del 70% de los polic¨ªas destinados en Euskadi tienen solicitado el traslado fuera del Pa¨ªs Vasco. La contraoferta de Interior no pasa de autorizar el traslado de 200 agentes por a?o. De otro lado, existe la posibilidad de una reforma estructural que permita que ¨²nicamente efectivos especializados rindan servicio en destinos como el Pa¨ªs Vasco.
El problema es delicado porque la experiencia indica que una excesiva inestabilidad de las plantillas redunda en una disminuci¨®n de la eficacia policial y en un aumento del riesgo padecido por los agentes. Pero no es menos cierto que una tarea como la encomendada a las fuerzas de seguridad en el Pa¨ªs Vasco exige unas condiciones psicol¨®gicas incompatibles con la tensi¨®n inherente a la incertidumbre sobre la situaci¨®n personal y laboral. Pero es delicado, adem¨¢s, por las evidentes implicaciones pol¨ªticas de la decisi¨®n que se adopte. La estrategia actual de ETA, basada en la redundancia criminal, se dirige preferentemente a suscitar una reacci¨®n social de saciedad ante la violencia, en la esperanza de que ello favorezca la claudicaci¨®n por parte de las instituciones ante el permanente chantaje del terror. En esa estrategia es fundamental la provocaci¨®n de reacciones incontroladas por parte de las fuerzas de seguridad en diferentes terrenos, incluido el de la indisciplina frente a los mandos y el del abandonismo.
Una actitud responsable por parte de los dirigentes sindicales de la polic¨ªa debe tener en cuenta esta dimensi¨®n del problema. Pero ello no debe ser utilizado como coartada por los mandos para deso¨ªr sistem¨¢ticamente lo que de razonable hay en las reivindicaciones de los agentes. Ello remite a la necesidad de reforzar las v¨ªas de di¨¢logo y pone de manifiesto la oportunidad de la creaci¨®n del Consejo de la Polic¨ªa. Esa entidad debe ser el cauce en el que se. alcance el consenso necesario para resolver problemas como el ahora planteado, caracterizado porque ambas partes tienen una porci¨®n de raz¨®n. Pero es lamentable que haya que llegar a situaciones indeseables, como la inaceptable actitud de los que protagonizaron los incidentes de Vitoria o el encierro de Basauri, para que los mandos policiales y los responsables sindicales se acuerden de que ese organismo existe.
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