Influir en el PSOE
El PSC cuenta con un historial de intervenciones en los congresos del PSOE necesariamente corto, porque se trata de un partido con s¨®lo nueve a?os de vida, pero no por ello irrelevante. En la cr¨ªtica situaci¨®n planteada en el congreso extraordinario del PSOE de 1979, que deb¨ªa resolver sobre el abandono del marxismo, fue la f¨®rmula defendida por los socialistas catalanes la que permiti¨® desbloquear una discusi¨®n sumamente enconada. En 1981, el PSC obtuvo del congreso del PSOE el apoyo a la candidatura ol¨ªmpica de Barcelona, con lo que se evit¨® la proliferaci¨®n de candidaturas para los Juegos de 1992.En el 30? Congreso del PSOE, los socialistas catalanes sentaron las bases para la resoluci¨®n del espinoso problema de la financiaci¨®n de las autonom¨ªas, uno de las principales caballos de batalla del nacionalismo de Converg¨¨ncia.
La ponencia sobre estrategia pol¨ªtica de este V Congreso ha sido elaborada por un equipo que cuenta, como les gusta decir a los dirigentes del PSC, con representaci¨®n de sensibilidades distintas", expresi¨®n con la que subrayan su elevada cohesi¨®n interna. En su redacci¨®n han participado pol¨ªticos de distinto talante: Antoni Dalmau, que gobern¨® pl¨¢cidamente la Diputaci¨®n de Barcelona con el apoyo de CiU; la principal figura de Izquierda Socialista, Francesc Casares, y ex miembros de la federaci¨®n del PSOE, como Higini Clotas.
Apoyo al Gobierno
A diferencia de lo que ocurre con el PSOE, los socialistas catalanes y la UGT mantienen unas excelentes relaciones. El liderazgo de Raimon Obiols, que representa el sector socialista de origen catalanista, no es discutido ya, y los dirigentes que, como Ernest Lluch o Eduardo Mart¨ªn Toval, fueron premiados por el PSOE en el pasado, por haberse mostrado cr¨ªticos con la direcci¨®n del PSC, han pagado con su ostracismo en el seno del partido.
Tanto Raimon Obiols como Pasqual Maragall, las dos principales figuras del PSC, mantienen unas dif¨ªciles relaciones con el Gobierno y el PSOE. A causa, precisamente, de su insistencia en que el socialismo espa?ol abandone lo que en el PSC se considera su permanente tentaci¨®n jacobina.
Pero estas diferencias no amenazan con romper nada. El PSC se ha cuidado de dejarlo muy claro: "Apoyamos este Gobierno, porque creemos que su balance de actuaci¨®n es francamente positivo".
Para las elecciones auton¨®micas de 1988, el PSC ya ha decidido oponer al poderoso punch electoral de Pujol su mejor cartel: Obiols, Maragall, Sol¨¦ Tura, Revent¨®s, Nadal, Siurana, expresi¨®n de esa cohesi¨®n interna.
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