La lata de cerveza, moneda de cambio
Resulta dif¨ªcil hablar de econom¨ªa planificada y de monopolio estatal del comercio interno y externo en un pa¨ªs donde la lata de cerveza es aceptada como moneda de cambio. En el mercado negro angole?o el bote de esa bebida sirve de referencia para la cotizaci¨®n de las divisas extranjeras.El Estado, el ¨²nico patr¨®n que en teor¨ªa controla la circulaci¨®n del dinero, tiene su arcas vac¨ªas hasta tal punto que el banco nacional ha tenido que recurrir a un concurso, cuyo primer premio es un viaje a Lisboa, con el objetivo de convencer a los particulares para que depositar en el banco los millones de kwanzas que ahora esconden en sus casas.
Basta pasar unas horas en Luanda para comprobar la ausencia de productos en las tiendas del pueblo que, supuestamente, tienen el monopolio del comercio, mientras prolifera un mercado negro donde el d¨®lar tiene un¨¢ cotizaci¨®n 70 veces m¨¢s alta que la oficial, y en el que pueden comprarse patatas a 2.000 kwanzas el kilo o zapatos a 25.000 kwanzas, cuando el salario medio oficial es de 15.000 kwanzas al mes.
El fen¨®meno de Luanda no tiene analog¨ªa con la situaci¨®n existente en los pa¨ªses de la Europa del Este. Tampoco puede aceptarse la versi¨®n gubernamental que identifica a todos los vendedores ambulantes como estraperlistas, contrabandistas o vagos y maleantes que explotan sin escr¨²pulos la miseria del pueblo y las dificultades creadas por la guerra y por la ca¨ªda del precio del petr¨®leo, que obligaron al Gobierno a cortar dr¨¢sticamente las importaciones.
En un libro publicado en 1986 con el benepl¨¢cito de la censura oficial, uno de los mejores escritores angole?os contempor¨¢neos, Pepetela, ha satirizado con humor y realismo el funcionamiento del sistema. O caonnus calus (El perro y los calus, nombre de los habitantes de Luanda en la lengua local) ilustra la obsesi¨®n de cada luand¨¦s obrero, funcionario o empleado por conseguir algo que pueda comercializar en el mercado paralelo y la compleja red de complicidades y peque?os sobornos que entreteje la sociedad luandesa.
Es que, lejos de ser un fen¨®meno marginal, el mercado paralelo es el ¨²nico que realmente funciona y mantiene viva a la mayor¨ªa del mill¨®n largo de habitantes de la capital: es la manifestaci¨®n visible de una econom¨ªa libre que impone progresivamente sus leyes.
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