El tiro en el otro pie
La Alianza Atl¨¢ntica no sabe c¨®mo hacer frente a desarme convencional
A. O., "La OTAN se dispar¨® un tiro en el pie al ofrecer la opci¨®n cero a la URSS. Ahora corre el peligro de dispararse sobre el otro pie al pedir un desarme convencional". As¨ª se expresa un alto funcionario de la Alianza, reticente ante la reciente propuesta hecha por el Consejo Atl¨¢ntico de negociar con el Pacto de Varsovia las disparidades en el terreno de las armas convencionales, para llegar a "niveles m¨¢s bajos". Esta frase implica un desarme. Y no gusta necesariamente a todos los sectores de la OTAN, que temen que la Alianza "vuelva a ofrecer algo p¨²blicamente bien presentado, pero que no es lo que realmente quiere".
"No debemos permitir que la perspectiva de reducciones negociadas de fuerzas convencionales nos haga ignorar el hecho de que hay una fuerza m¨ªnima irreductible por debajo de la cual no podemos llegar, si queremos mantener nuestra capacidad para llevar a cabo algunas tareas", se?ala un alto mando brit¨¢nico. Y a?ade: "El p¨²blico occidental no comprende suficientemente esto, y podr¨ªa verse tentado a aceptar propuestas apresuradamente".Las fuerzas convencionales en Europa han cobrado una nueva importancia para el equilibrio militar ante la perspectiva de un acuerdo para la supresi¨®n de los misiles de alcance intermedio.
"Una reducci¨®n de dos divisiones por la OTAN y de ocho por el Pacto ser¨ªa aceptable. Pero no una reducci¨®n de cuatro divisiones en la OTAN y 16 en la otra parte", explican fuentes militares, que insisten en que la reducci¨®n tiene un l¨ªmite que no se mide en porcentajes, sino en t¨¦rminos absolutos. Por ejemplo, EE UU considera que necesita un m¨ªnimo de 1.400 carros de combate en posici¨®n avanzada en el frente central, por lo que no podr¨ªa reducir m¨¢s de 500.
Muchos expertos de la Alianza est¨¢n furiosos contra los ministros que en su comunicado introdujeron la noci¨®n de reducci¨®n. Ahora se dan cuenta de que preferir¨ªan medidas no de reducci¨®n en s¨ª, que al final quiz¨¢ favorecer¨ªan m¨¢s a la parte sovi¨¦tica que a la OTAN, sino de eliminaci¨®n del ataque por sorpresa o blitzkrieg, mediante redespliegues y otras medidas.
La retirada de tropas y carros de combate del frente central europeo y su traslado a otras zonas de menos tensi¨®n podr¨ªa poner en apuros entonces a los flancos. Alg¨²n experto ha sugerido que, si ha de haber reducci¨®n, comience por los blindados, en id¨¦ntica proporci¨®n, que EE UU y la URSS tienen en Europa central, y que los norteamericanos podr¨ªan ser depositados en Espa?a o Italia.
Por parte sovi¨¦tica, las conversaciones sobre armamento convencional implican abordar la delicada cuesti¨®n de las relaciones entre Mosc¨² y los pa¨ªses de Europa del Este.
Posici¨®n precaria
La situaci¨®n en que se encuentra la OTAN frente a este foro de di¨¢logo, cuyos preliminares ya se han iniciado en Viena, es de las peores, estiman medios de la Alianza. La OTAN ha pedido un desarme, pero no tiene una idea clara de lo que quiere o de qu¨¦ tipo de reducciones busca. Y la negociaciones llegan en un momento malo en lo que a dotaci¨®n de personal se refiere, dada la crisis demogr¨¢fica que est¨¢n experimentando algunos pa¨ªses como la RFA o B¨¦lgica y que afecta al n¨²mero de soldados. El tiempo juega a favor de la URSS.
Los desequilibrios en este terreno entre la OTAN y el Pacto de Varsovia son objeto de pol¨¦mica, y se habla de la superioridad sovi¨¦tica. ?Es real?
Un asesor del Pent¨¢gono afirma que "'el desequilibrio no e tan grande y adem¨¢s se puede mejorar". La necesidad defensiva de la OTAN, explica, es diferente de la necesidad ofensiva del Pacto de Varsovia. Y, con peque?as mejoras, la OTAN sacar¨ªa grandes ventajas.
Se podr¨ªan paliar las dificultades con una mejor utilizaci¨®n de material actual, una mayor especializaci¨®n por pa¨ªses de las misiones defensivas, eliminando Ias redundancias, una mayor cooperaci¨®n de las industrias de armamento y una log¨ªstica multinacional en vez de nacional. "Con ello ahorrar¨ªamos los 125.000 millones de d¨®lares (unos 15 billones de pesetas) que necesitamos", se?ala el asesor.
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