Vidas truncadas
La bala que hace un a?o mat¨® a Matilde G¨®mez Qui?ones trunc¨® la vida de los tres supervivientes. Ninguno de ellos est¨¢ hoy libre de serios trastornos ps¨ªquicos, aunque s¨®lo Bego?a admite ver publicado que est¨¢ bajo tratamiento psiqui¨¢trico.
Ella a¨²n sufre desvanecimientos y mareos porque su tercera v¨¦rtebra sigue rota. Los moratones de su cara son fiel reflejo de sus ca¨ªdas. Y todos los sedantes que recibe no le devuelven la serenidad. En marzo pasado, La Casera Central de Servicios SA, tras dos a?os de relaci¨®n laboral, decid¨ªa no renovarle contrato, seg¨²n Bego?a. Ella no duda que esto tambi¨¦n se lo debe al balazo.
?ngel, 13 a?os compa?ero de Matilde, no est¨¢ mejor: "A nadie le importa si estoy zombie o mis problemas laborales. No me pueden devolver la confianza en el ser humano. La perd¨ª cuando un miembro de las fuerzas de la ley y el orden hizo eso. Me gustar¨ªa saber c¨®mo se siente ese polic¨ªa cuando est¨¢ l¨²cido".
El abogado de Bego?a no ha logrado que triunfe la tesis de que el cabo Gay debe ser juzgado como polic¨ªa, por lo que ser¨¢ tratado como un ciudadano m¨¢s, ya que actu¨® fuera de servicio. Para Bego?a ha sido otro balazo: "La responsabilidad de un cabo primero que lleva bajo autorizaci¨®n un arma debe ser mayor que la de una persona cualquiera". Y rechaza la hip¨®tesis del error en la fat¨ªdica noche: "Si ten¨ªa la menor sospecha, tuvo tiempo de habernos detenido, de haberse identificado como polic¨ªa. Fue un asesinato".
Esteve Campillo es el titular del Juzgado n¨²mero 25 que decret¨® la libertad de Gay, cuya versi¨®n no se pudo obtener ayer.
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