Un largo camino

El itinerario seguido por los originales de Leonardo da Vinci hasta la Biblioteca Real de Windsor tiene, como algunas de las propias obras, detalles misteriosos, no aclarados a¨²n por los expertos. A la muerte del inquieto artista, en 1519, todo lo que hab¨ªa en su estudio pas¨® a manos de Francesco Melzi, su disc¨ªpulo predilecto, quien conserv¨® los dibujos hasta el final de su vida (alrededor de 1570). Posteriormente, se sabe que buena parte de ellos fueron adquiridos por el escultor de c¨¢mara del rey de Espa?a, Pompeo Leoni, quien reorden¨® el material en varios vol¨²menes de piel, uno de los cuales se expone en la muestra barcelonesa. Leoni llev¨® el material a Madrid, y ¨¦ste es el motivo de que algunas anotaciones al margen de los bocetos aparezcan en castellano antiguo, seg¨²n aclara Prudence Sutcliffe.

Desaparecido Leoni en 1609, uno de sus vol¨²menes, el que conten¨ªa los 600 dibujos de Windsor, fue comprado por el coleccionista Thomas Howard, conde de Arundel, quien lo llev¨® a Inglaterra. El noble se vio posteriormente forzado a abandonar el pa¨ªs, sin que se sepa si llev¨® o no consigo su preciosa adquisici¨®n. De todas formas, siempre seg¨²n los estudiosos, existen documentos que testifican que antes de 1640 la colecci¨®n ya pertenec¨ªa a la familia real brit¨¢nica.