Se despidieron de becerristas
La despedida de los novilleros -hijos de matadores de cartel-, que hoy toman la alternativa en Nimes, fue a la francesa. Despedida de nada, sin correspondencia con la expectaci¨®n que hab¨ªan despertado, ni con el cari?o que les manifest¨® el p¨²blico en el pase¨ªllo, ni con la fama de rutilantes ases de la tauromaquia. Y fue tambi¨¦n despedida de becerristas, por el ganado que les prepararon para la ocasi¨®n, similar al que ¨²ltimamente vienen lidiando por ah¨ª.Esta vez se les estrope¨® el pasodoble, sin embargo, porque una cosa es que el p¨²blico est¨¦ cari?oso y otra bien distinta que comulgue con ruedas de molino. El p¨²blico no es tonto. En cuanto empezaron a aparecer sardinas por el chiquero, se puso de otro talante. Y ni siquiera tuvo el consuelo de que los artistas hicieran gala de su arte. Por el contrar¨ªo, los artistas hicieron gala de una clamorosa torpeza para dominar unas embestidas que no ser¨ªan pastue?as, pero tampoco llevaban la hiel y la violencia de los pregonaos.
Bartolom¨¦ / Litri, Camino
Novillos de Felipe Bartolom¨¦, sin tipo, ni cara, ni fuerza. Litri: estocada perpendicular pescuecera, fren¨¦tica rueda de peones, y seis descabellos (algunos pitos); pinchazo, otro hondo perdiendo la muleta y tres descabellos (silencio), estocada trasera tendida (algunos pitos. Rafi Camino: estocada trasera ladeada (silencio); pinchazo y estocada ca¨ªda (silencio); pinchazo perdiendo la muleta y estocada trasera tendida (silencio).Plaza de Las Ventas, 25 de septiembre. Primera corrida de la feria de oto?o.
Pobres novillos! Eso habr¨ªan querido ser ellos, pregonaos, porque se sobreentender¨ªa su condici¨®n de vivaces, enterizos, como corresponde a la casta del toro bravo, que unas ves da noble y otras innoble el car¨¢cter, con perd¨®n. Eran, por el contrario, diminutos, infelices de cara, pobretones de pit¨®n -y el pit¨®n iba para brocho-, tristones, aborregados, moribundos.
Desviaciones
Ning¨²n inconveniente supone un toro as¨ª para ciertos toreros. Desde luego, para Litri y Camino, que de semejante corte llevan lidiados cientos. Y les va bien, porque triunfan con ellos, de com¨²n. Las mismas faenas que ayer pitaba el p¨²blico de Las Ventas, en otros cosos, calcaditas tal cual, les valen orejas. Pero Madrid es Madrid, y la historia del severo recinto no admite determinadas desviaciones. La afici¨®n del foro advierte en seguida el dem¨¦rito del artista si tiene enemigo peque?o, el pico es que lo huele desde la andanada y distingue sin necesidad de pruebas reactivas lo que es torear y acompa?ar el viaje.Ya pod¨ªa Camino estirarse todo lo que quisiera en el ¨²ltimo tiempo del muletazo, que le val¨ªa de poco, pues la afici¨®n lo hab¨ªa descalificado antes por citar fuera de cacho, aliviar la embestida con el pico y pasarse el moribundo por la lejan¨ªa. Ya pod¨ªa Litri practicar el par¨®n, que le val¨ªa de poco, pues la afici¨®n lo hab¨ªa descalificado antes por meter astutamente el trapo al pit¨®n contrario, embarcar con la muleta alta, llevar destemplado y codillero el viaje.
Ambos inminentes matadores mataron mediante horribles sablazos y con el capote se emplearon lo m¨ªnimo imprescindible. Con mejor estilo Camino, en algunos suaves lances a la ver¨®nica; desastrado Litri, sobre todo en un quite por gaoneras, que consist¨ªa en escapar de la carita del animal meti¨¦ndose en el costillar. Al remate, el capote cay¨® a la arena previo garabato a¨¦reo, y el novillo tambi¨¦n, de hocico, como si se hubiera muerto de repente.
Buenas gentes justificaban el desastre diciendo que los novilleros ten¨ªan puesta su preocupaci¨®n m¨¢s en la alternativa nime?a, que en la despedida madrile?a. Quiz¨¢, pero cuando hay un p¨²blico ilusionado abarrotando la plaza, estos argumentos no tienen validez. La novillada se dio, a pesar de la lluvia que cay¨® insistentemente, pues les interesaba a todos: por taquilla entr¨® una fortuna, que se repartieron la empresa y los matadores hoy, becerristas ayer, en cuant¨ªa de millones. La afici¨®n se preguntaba c¨®mo la autoridad tuvo el descaro de permitir que se celebrara este festejo despu¨¦s del diluvio, cuando hace menos de un mes suspendi¨® otro porque cayeron cuatro gotas por la ma?ana. Se entiende a la empresa, que mide sus intereses en pesetas, pero no se entiende a la autoridad, cuyos intereses deber¨ªan ser los del p¨²blico. Mucho mangoneo hay por estos pagos.
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