Conclusiones nefastas
Sea como fuere, las ratas, chinches, pulgones, mosquitos y dem¨¢s bichos de esta especie nos aleccionan diariamente con el hecho de estar aqu¨ª, consiguiendo el desaliento y la desesperaci¨®n de m¨¢s de uno.Nuestro amor a Espa?a, a nuestro genuino, encantador y ca¨®tico pa¨ªs, debe pasar por esta casa del Ej¨¦rcito, y en ocasiones enfrentarse a hechos cotidianos que tienen como bandera la palabra injusticia, a trav¨¦s de la insensibilidad y la mediocridad irracional a la que debemos acostumbrarnos.
Existen otras cuestiones no gratas que ponen en duda nuestra desorientada funci¨®n, y de las que entrar en detalles puede resultar desagradable en contraste con la armon¨ªa de la vida civil, poniendo en realce nuestra capacidad de supervivencia, bien con compa?erismo, bien pasando desapercibido, o bajo la triste frase de b¨²scate la vida.
La virtud aqu¨ª se traduce en ardor guerrero, de lo cual muchos carecemos; sin embargo, los criterios de selecci¨®n no estiman estos pormenores, y aun encontr¨¢ndonos en una situaci¨®n plenamente constitucional, la realidad suele estar muy lejana a ella.
Ante las pocas expectativas a las que estamos acostumbrados un amplio sector de la juventud, el servicio militar suele ser uno de los mayores obst¨¢culos de nuestra propia realizaci¨®n, como ciudadanos plenamente integrados, y aun habiendo personas que piensen lo contrario y conciben el servicio militar como un medio integrador no suele suceder as¨ª, ya que quedamos estancados en un clima ab¨²lico y desalentador donde la imaginaci¨®n, tan importante para la renovaci¨®n de la sociedad, queda bloqueada o restringida a un segundo plano inactivo.
Tratar de hacer un servicio militar m¨¢s humano y acorde con la realidad social ser¨ªa un gran paso, teniendo en cuenta que los sondeos de opini¨®n son lo suficientemente significativos para demostrar las conclusiones nefastas que se originan en esta situaci¨®n.- Arturo Garc¨ªa Ruiz.
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