Un barrio convertido en cementerio
El cardenal L¨®pez Trujillo bendice las toneladas, de barro que cubren Villa Tina, en Medell¨ªn
Villa Tina, el humilde barrio de Medell¨ªn sepultado por un alud el pasado domingo, fue declarado ayer, en un emotivo acto religioso, camposanto. El cardenal Alfonso L¨®pez Trujillo bendijo las toneladas de barro y lodo que sepultaron a centenares de personas. La labor de rescate ha sido tremendamente dif¨ªcil. Los fuertes aguaceros, que hacen temer un nuevo deslizamiento, han hecho interrumpir varias veces la labor de remoci¨®n de escombros. Un total de 199 cad¨¢veres, la mayor¨ªa de ni?os, casi todos completamente mutilados, hab¨ªa sido encontrado hasta ayer.
Seg¨²n los religiosos que trabajan en el populoso sector, las v¨ªctimas pasan de 500. Igual criterio comparte el alcalde de la ciudad, la segunda en importancia en Colombia (1,5 millones de habitantes). De ¨¦stos, unos 800.000, seg¨²n datos oficiales, viven, como viv¨ªan los 500 muertos, en los cinturones de miseria, en chabolas aferradas a los cerros que rodean la ciudad.El lunes por la tarde se efectu¨® un velatorio colectivo de las v¨ªctimas rescatadas. Fue un acto multitudinario, realizado en el coliseo de la ciudad. En medio de la cancha de baloncesto se colocaron m¨¢s de 100 ata¨²des.
El acto religioso fue celebrado por 60 sacerdotes. Los cad¨¢veres de las v¨ªctimas fueron trasladados en carros mortuorios prestados por todas las funerarias de la ciudad y en camiones de la polic¨ªa.
"La solidaridad con nuestros muertos fue mucha, pero cuando estamos vivos nadie se acuerda de nosotros", se lamentaba un doliente.
Lo ocurrido el domingo en Medell¨ªn no es un hecho aislado. Entre 1978 y 1986 ocurrieron en Colombia 654 casos de deslizamientos similares, que dejaron m¨¢s de 1.000 muertos.
S¨®lo en Medell¨ªn, unos 30 barrios figuran en la lista de zonas de alto riesgo.
Permanente peligro
En la capital colombiana, Bogot¨¢, viene repiti¨¦ndose desde hace a?os que las gentes que habitan en las canteras que bordean la ciudad viven en permanente peligro de muerte. Nada se ha hecho hasta ahora para evitar la tragedia.
Seg¨²n datos oficiales, el 23% de los habitantes de las grandes ciudades tiene construidas sus viviendas en zonas declaradas no aptas para asentamientos humanos.
La del domingo fue una tragedia anunciada. Los habitantes de Villa Tina la esperaban. En octubre de 1985, un estudio geol¨®gico determin¨¦ que las tierras de la ladera eran muy inestables. "Siempre nos repet¨ªan: 'Busquen otro lugar para irse'. Pero nosotros no tenemos ad¨®nde irnos".
Una mujer de s¨®lo 20 a?os que perdi¨® a sus padres, a su esposo, a su hijo de dos a?os y a sus hermanos cont¨® entre l¨¢grimas: "Yo estaba recostada en la cama porque me dol¨ªa mucho la cabeza. La ni?a estaba conmigo. Cuando menos pens¨¦ vi que una ventana volaba lejos y o¨ª un estruendo muy grande. No supe m¨¢s. Cuando despert¨¦ ya no hab¨ªa casas por ninguna parte, sino piedras y piedras y tierra encima de m¨ª. Yo abrazaba a mi ni?a, que se salv¨®. Ahora no s¨¦ qu¨¦ voy a hacer".Georgina, una anciana de 68 a?os, piensa tambi¨¦n angustiada en el futuro. "Aqu¨ª ha quedado sepultado el esfuerzo y la lucha de toda mi vida", confes¨® a un periodista. Ahora no s¨¦ qu¨¦ va a pasar. Mi hijo muri¨®, estaba endeudado. No s¨¦ cu¨¢l ser¨¢ nuestra suerte".
Este sentimiento de desesperanza es la tragedia que acompa?a hoy a las 7.750 personas que tienen sus r¨²sticas viviendas en el cerro Pan de Az¨²car en Medell¨ªn.
Su dolor ha desatado en el pa¨ªs gran movimiento de solidaridad. Empresas particulares hablan de ayudarles a construir sus casas.
El Tiempo, el diario colombiano m¨¢s importante, hizo un llamamiento en su editorial de ayer a los mafiosos de Medell¨ªn para que ayuden a los supervivientes. De esta ciudad son los grandes capos de la mafia del pais suramericano.
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