La diplomacia macroecon¨®mica actual
Aprovechando la celebraci¨®n de las reuniones monetarias de Washington en estos d¨ªas, el autor explica que las pol¨ªticas econ¨®micas nacionales quedan cada vez m¨¢s condicionadas por el entorno exterior, pero, aclara, la concertaci¨®n internacional se va haciendo cada vez m¨¢s por unos pocos pa¨ªses grandes, que son los aut¨¦nticos protagonistas de la diplomacia macroecon¨®mica actual.
La celebraci¨®n en Washington de las asambleas de gobernadores del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial ha constituido, desde la creaci¨®n de estos organismos econ¨®micos internacionales a finales de la II Guerra Mundial, siempre un acontecimiento de gran inter¨¦s para analizar la econom¨ªa mundial a la vista de lo dicho, en sus intervenciones respectivas, por los responsables de estas instituciones y por los ministros de los diferentes pa¨ªses miembros de tales entidades.Ha ocurrido, sin embargo, que el n¨²mero de pa¨ªses miembros de las organizaciones internacionales ha ido creciendo de forma inexorable, y las m¨¢s de las veces muchos de los nuevos pa¨ªses llegados a ellas representan un peso econ¨®mico mundial peque?o, por no decir exiguo.
Este factor ha propiciado que muchos de los organismos econ¨®micos de car¨¢cter mundial parezcan ahora menos operativos o, en todo caso, parezcan ir hacia formas de simple foro de discusi¨®n de cuestiones, pero con poca capacidad resolutiva sobre los mismos, salvo en las cuestiones que pueden ser consideradas puramente t¨¦cnicas.
Mayor interdependencia
Y como lo que indudablemente tambi¨¦n sucede es que la econom¨ªa internacional es cada vez m¨¢s interdependiente, la mayor¨ªa de pa¨ªses ve c¨®mo el poder del Estado para decidir sobre las pol¨ªticas econ¨®micas dom¨¦sticas est¨¢ cada vez m¨¢s condicionado por lo que est¨¦ haciendo o haya hecho el resto de los pa¨ªses.
Por esto, buena parte de los problemas que caracterizan la marcha actual de la econom¨ªa mundial son problemas que exigen terapias econ¨®micas coordinadas.
La coordinaci¨®n es y puede ser diferente, seg¨²n el tipo de pa¨ªs de que se trate.
Cuando las relaciones se dan entre pa¨ªses grandes de mucho peso internacional, puede hablarse de aut¨¦nticos arreglos cooperativos, seg¨²n la expresi¨®n consagrada por los economistas y politic¨®logos que escriben en International Organization o por los trabajos del Atlantic Institute for International Affairs.
Cuando, en cambio, los pa¨ªses de que se trate son peque?os y subdesarrollados, la cuesti¨®n discurre por otros cauces, en donde el t¨¦rmino que ayuda al desarrollo acostumbra a ser el decisivo.
La b¨²squeda de arreglos cooperativos entre los pa¨ªses grandes para resolver los problemas de la econom¨ªa internacional actual est¨¢ adquiriendo una fuerza desconocida pr¨¢cticamente hasta ahora.
Es bien cierto, desde luego que el mismo dise?o del Fondo Monetario Internacional y de Banco Mundial -poco antes de acabar la II Guerra Mundial- fue de hecho un di¨¢logo entre las propuestas brit¨¢nica de Keynes y las norteamericanas de White, pero se trataba en aquellos momentos hist¨®ricos de crear un organismo internacional abierto a lo que por entonces pas¨® a llamarse la diplomacia multilateral.
Las reglas que por aquel entonces se implantaron ya obligaban a los pa¨ªses deficitarios a ajustarse a las necesidades de mantener unas cuentas equilibradas con la econom¨ªa exterior, pero los pa¨ªses con super¨¢vit exterior quedaban con las manos muy libres. Esta libertad s¨®lo empez¨® de hecho a cambiar cuando la reforma del Sistema Monetario Internacional a la que condujeron las medidas del presidente Richard Nixon en el a?o 1971, y es esta libertad la que est¨¢ siendo objeto de negociaci¨®n a trav¨¦s de la diplomacia macroecon¨®mica en estos ¨²ltimos tiempos.
Tira y afloja
Esta diplomacia macroecon¨®mica actual trata de concertar los tipos de inter¨¦s o las pol¨ªticas fiscales m¨¢s que simplemente los tipos de cambio o intervenciones valutarias entre pa¨ªses -a trav¨¦s o no del Fondo Monetario Internacional-, tal como sucedi¨® en otros tiempos, y no es ya solamente la simple consulta o explicaci¨®n que fue caracter¨ªstica de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) desde su fundaci¨®n en 1960, sino un aut¨¦ntico tira y afloja entre los grandes pa¨ªses para tratar de implicar a los otros pa¨ªses en el dise?o de pol¨ªticas econ¨®micas adecuadas a los intereses de los dem¨¢s y no s¨®lo a los intereses o prioridades del propio Gobierno nacional.
Estamos, pues, ante una situaci¨®n muy nueva en la gesti¨®n de la econom¨ªa internacional en la que el di¨¢logo permanente entre los grandes, a trav¨¦s de las cumbres econ¨®micas anuales, el grupo de los cinco (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Jap¨®n y la Rep¨²blica Federal de Alemania), o su conflictiva extensi¨®n a siete -con la inclusi¨®n de Canad¨¢ e Italia-, protagonizan lo m¨¢s sustancial y relevante para la marcha de la econom¨ªa mundial y de las relaciones entre pa¨ªses.
Est¨¢ claro que todo esto est¨¢ todav¨ªa en una fase incipiente y que a¨²n son los objetivos de pol¨ªtica econ¨®mica nacional los que parecen pesar m¨¢s para dise?ar la pol¨ªtica econ¨®mica dom¨¦stica, pero hoy m¨¢s que nunca los grandes pa¨ªses tratan de evitar medidas que rompan el juego de diplomacia macroecon¨®mica con los dem¨¢s.
Pasar¨¢n seguramente a?os antes de que haya aut¨¦nticos mecanismos internacionales de salvaguardia o de reciprocidad, pero de momento parecemos estar en un momento alto del ciclo en cuanto a sensibilizaci¨®n sobre la gesti¨®n macroecon¨®mica internacional.
Lo ¨²nico lastimoso es que -por la fuerza de los hechos y del peso de cada Estado en el mundo- es cada vez mayor el n¨²mero de Estados que presencian impotentes el paso de una diplomacia multilateral a una diplomacia econ¨®mica crecientemente elitista.
es catedr¨¢tico de Organizaci¨®n Econ¨®mica Internacional en la universidad de Barcelona.
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