El Nobel, una bofetada para Reagan

Legisladores y analistas norteamericanos consideran que la concesi¨®n del Nobel de la Paz al presidente de Costa Rica, ?scar Arias, constituye una bofetada para Ronald Reagan. Pese a las escasas probabilidades de obtener el visto bueno legislativo, el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, reafirm¨® ayer su determinaci¨®n de luchar para obtener m¨¢s fondos para la contra nicarag¨¹ense. El presidente de la C¨¢mara de Representantes, el dem¨®crata Jim Wright, ha declarado que el Nobel a ?scar Arias asegura pr¨¢cticamente el rechazo legislativo a la petici¨®n de la Casa Blanca.

Reagan declar¨® ayer, antes de entrevistarse con el presidente de El Salvador, Jos¨¦ Napole¨®n Duarte, que la entrega de m¨¢s ayuda a los rebeldes nicarag¨¹enses es "vital" para que los sandinistas accedan a democratizar Nicaragua.Tanto Reagan como Duarte elogiaron ayer, en Washington, el plan de paz para Centroam¨¦rica, suscrito el pasado 7 de agosto en la cumbre de Esquipulas 2, pero subrayaron que las cinco naciones signatarias -El Salvador, Costa Rica, Guatemala, Honduras y Nicaragua- deben cumplir plenamente con todos sus puntos.

"Las perspectivas de lograr la paz, aunque a¨²n est¨¢n lejos de ser ciertas, se encuentran en el mejor momento de esta d¨¦cada", declar¨® Reagan en el discurso de bienvenida al presidente salvadore?o, en los jardines de la Casa Blanca.

Duarte, que rompi¨® el protocolo bajando del podio para besar la bandera de Estados Unidos, dijo que la paz se encuentra m¨¢s cerca tras los acuerdos de Esquipulas 2, pero recalc¨® que el ¨¦xito del plan depende del cumplimiento por parte de todos los signatarios, que est¨¢n obligados, dijo, a aplicar los puntos acordados y no simplemente a llevar a cabo "medidas cosm¨¦ticas".

En una alusi¨®n a la ayuda nicarag¨¹ense a la guerrilla de El Salvador, Reagan dijo que "Ios salvadore?os tienen experiencia de primera mano de que no puede esperarse que un Gobierno que no respeta los derechos de sus propios ciudadanos respete los de sus vecinos". "?ste es el motivo por el cual examinamos tan de cerca el proceso de reformas puesto en marcha por el plan de paz de Guatemala", agreg¨®.

Durante su reuni¨®n de ayer en la Casa Blanca, Duarte y Reagan no hablaron de la concesi¨®n del premio Nobel a ¨®scar Arias ni tampoco de la ayuda de EE UU a la contra. Duarte dijo a Reagan que en su reciente encuentro con el Frente Farabundo Mart¨ª de Liberaci¨®n Nacional hab¨ªa perdonado a quienes llevaron a cabo el suecuestro de su hija y agreg¨® que "esta clase de perd¨®n y amnist¨ªa" es necesaria para acabar con "el odio y la violencia" en Centroam¨¦rica, haciendo referencia a la amnist¨ªa prevista en el acuerdo de Esquipulas 2.

"No puedo concebir la entrega de ayuda militar en tiempos de paz", declar¨® el martes el presidente de la C¨¢mara de Representantes de EE UU, el dem¨®crata Jim Wright, al comentar la noticia del galard¨®n a Arias. Wright, que es uno de los m¨¢s firmes defensores de la validez de los acuerdos logrados por los presidentes centroamericanos en la pasada cumbre de Esquipulas 2, pese a haber defendido el plan presentado d¨ªas antes de la cumbre por Reagan, declar¨® que la solicitud de 270 millones de d¨®lares (unos 32.400 millones de pesetas) en nuevos fondos para la contra, estaba destinada a fracasar probablemente de todos modos, pero el simbolismo del premio a Arias significa que "no habr¨¢ apoyo para los contra en este momento".

El secretario de Estado, George Shultz, reiter¨® el martes ante el comit¨¦ de Relaciones Exteriores de la C¨¢mara que Reagan tiene intenci¨®n de presentar la solicitud al Congreso antes del pr¨®ximo 26 de noviembre. Shultz dijo que la obtenci¨®n de la ayuda a la contra permitir¨¢ realzar las esperanzas de que se cumplan los acuerdos de paz por los que Arias ha merecido el Nobel.

Reinserci¨®n de la resistencia

Shultz precis¨® que los 270 millones de d¨®lares que el Gobierno se apresta a solicitar podr¨¢n destinarse bien a ayuda humanitaria o militar, seg¨²n se desenvuelva el proceso de paz en Centroam¨¦rica.

El secretario de Estado agreg¨® que, en caso de que Managua acate las condiciones pactadas con sus vecinos centroamericanos, "el dinero servir¨¢ para ayudar a la resistencia en su reinserci¨®n pol¨ªtica en Nicaragua, aunque aclar¨® que esto no implica que EE UU contribuir¨¢ a una campa?a pol¨ªtica de los rebeldes.

Aunque Reagan ha felicitado p¨²blicamente a Arias, el galard¨®n es visto como un retroceso para su pol¨ªtica centroamericana y especialmente para sus esperanzas de que el Congreso apruebe una nueva ayuda militar para los rebeldes nicarag¨¹enses. "La mayor¨ªa de los latinoamericanos ver¨¢n [la concesi¨®n] como una bofetada en la cara de Reagan. Ensalza algo sobre lo que Reagan se ha opuesto p¨²blicamente. Cimenta la posici¨®n de Arias en Centroam¨¦rica y mina la de Reagan", seg¨²n Adolfo Aguilar, un experto de Centroam¨¦rica del Instituto Carnegie Endowinent de Washington.

Por su parte, el director del Consejo para Asuntos Hemisf¨¦ricos, Larry Birns, opin¨® que si la Casa Blanca trata ahora de que descarrile el plan de paz "lo har¨¢ en su propio peligro".

El secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, Elliot Abrams, ha acusado a congresistas de su pa¨ªs, a Europa y a Am¨¦rica Latina, de ignorar las violaciones sandinistas al acuerdo de paz para Centroam¨¦rica. Abrams dijo que una semana despu¨¦s de la firma del acuerdo de paz suscrito en la cumbre de Esquipulas 2, el pasado 7 de agosto, los sandinistas violaron su compromiso al reprimir una manifestaci¨®n opositora y detener a dos de sus l¨ªderes.