Una buena noticia
J. C. La concesi¨®n del Premio Nobel de la Paz al presidente de Costa Rica, ?scar Arias, corri¨® como un, reguero de p¨®lvora y alegr¨® al istmo centroamericano, asolado desde hace a?os por una guerra ruinosa en vidas y para la econom¨ªa de la regi¨®n. La noticia en la radio sorprendi¨® al enviado de este diario cuando pod¨ªa palpar f¨ªsicamente los efectos de esa guerra. El pasado fin de semana 4.313 salvadore?os regresaron a su pa¨ªs, tras pasar siete a?os en los campos de refugiados de Honduras, adonde hab¨ªan huido de la guerra en El Salvador.
Unas decenas de familias se encontraban en la iglesia de Suchitoto (El Salvador), de donde trataban de regresar a sus pueblos de origen en canoas a trav¨¦s de un lago. Estaban rodeados por las metralletas de un ej¨¦rcito que desconf¨ªa de ellos y los considera un caballo de Troya de la guerrilla.
Era muy de ma?ana. Los funcionarios del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que en dos ocasiones gan¨® el Nobel de la Paz, supervisaban detalles de esta operaci¨®n retorno. Una funcionaria costarricense del ACNUR exclam¨®, llena de alegr¨ªa, al conocer la noticia: "Tengo un presidente premio Nobel". A su lado, los refugiados, impasibles, vigilaban sus escasos enseres amontonados a la orilla del lago en una espera de varios d¨ªas.
Las esperas en los aeropuertos de Am¨¦rica Central re¨²nen a una variopinta fauna humana: sandinistas y contras, dirigentes de la guerrilla y pol¨ªticos salvadore?os, agentes de toda laya, narcotraficantes y sandalistas (as¨ª llamados por calzar sandalias sin calcetines) de todos los pa¨ªses, que van a ayudar a la revoluci¨®n nicarag¨¹ense. Todos unidos en la espera de aviones con retrasos interminables. El martes en el aeropuerto de San Salvador una periodista gringa cornentaba: "Cualquiera aguanta ahora a los ticos con el Premio Nobel. Si antes no paraban de presumir con su democracia modelo, ahora se pondr¨¢n m¨¢s insoportables". Un alto funcionario del Gobierno sandinista especulaba que Arias "ya resolvi¨®, su vida con los 300.000 d¨®lares del premio, que deber¨ªan haberlo concedido de forma compartida con Daniel (Ortega)".
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