"Prefiero a los escritores que miran de frente la realidad", declara Julian Barnes
El autor de "El loro de Flaubert' particip¨® en el ciclo sobre 'El cuerpo'
"Hay escritores que se ponen lentillas rosas, y hay escritores que se restriegan los ojos y miran de frente la realidad, y son aquellos con los que simpatizo". Eso dijo en una comida con periodistas en Madrid el novelista brit¨¢nico Julian Barnes, de 41 a?os, autor de El loro de Flaubert, libro sobre el autor franc¨¦s de dif¨ªcil clasificaci¨®n y una de las traducciones mejor saludadas en Espa?a, y de Mirando al sol, novedad de este oto?o. Barnes disert¨® por la noche sobre el tema Humo, ardores, genios, en el ciclo El cuerpo, organizado por el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, donde dijo que el artista no necesita la enfermedad para crear.
La novela Mirando al sol, la ¨²ltima obra de Julian Barnes -que como El loro de Flaubert publica en Espa?a la editorial Anagrama-, ha sido considerada por los cr¨ªticos franceses como un ensayo filos¨®fico en tanto que ¨¦l la pens¨¦ como una obra de ficci¨®n, coment¨® Barnes durante la comida con periodistas.Algo parecido sucedi¨® con El loro de Flaubert, que provoc¨® un entusiasmo algo desconcertado en el caso de los cr¨ªticos y los jurados de premios, pues no sab¨ªan cu¨¢l era el g¨¦nero del libro; as¨ª, en Francia le concedieron el premio M¨¦dicis de ensayo, en tanto que ¨¦l, seg¨²n dijo ayer, considera esencial la parte creativa del libro. "No me importa c¨®mo me llamen, siempre que me lean", coment¨® el novelista.
Julian Barnes, de 41 a?os, estaba casi predestinado para escribir El loro de Raubert, un "artefacto literario", seg¨²n lo defini¨® ayer su editor en Espa?a, pues es hijo de profesores de franc¨¦s, se licenci¨® en literatura francesa en Oxford con un trabajo acad¨¦mico sobre Flaubert, y conoce, seg¨²n dijo, la literatura francesa mejor que la brit¨¢nica.
Esperar 100 a?os
"Tem¨ªa la pregunta sobre la literatura espa?ola", coment¨® Barnes con humor cuando se le pregunt¨® sobre ¨¦sta, y record¨® que Gran Breta?a es "una isla muy insular". "Aparte de la excelente novela de Clar¨ªn La Regenta, traducida al ingl¨¦s cien a?os despu¨¦s de ser escrita, si quieren saber mi opini¨®n sobre otras obras, deber¨¢n esperar otros cien a?os".Como se puede deducir de sus libros, Barnes practica el deporte nacional brit¨¢nico de la iron¨ªa distanciada, que no se toma casi nada en serio y menos a ¨¦l mismo. As¨ª, la raz¨®n fundamental por la cual sus novelas se desarrollan m¨¢s en el sur que en el norte, estriba en el clima y, sobre todo, en el sexo. "No hay sexo en Inglatera", dijo Barnes, "al menos hasta hace poco".
Seg¨²n cont¨®, Barnes recuerda .con dolor" el tiempo que destin¨® durante sus estudios en la universidad a leer ensayos de cr¨ªtica literaria, tiempo mucho mayor que el dedicado a leer la propia literatura. "El resultado es que era muy dif¨ªcil tener tus propias opiniones". As¨ª, su libro inspirado en Flaubert intenta defender al lector normal. "Los lectores a menudo se sienten culpables por no coincidir con los criterios de la cr¨ªtica".
Seg¨²n Barnes, los grandes escritores como Flaubert parecen haber sido secuestrados por estudiosos y especialistas, y para acceder a ellos parece ser necesario cumplir con ritos y requisitos. Esa fue la raz¨®n de que el escritor se propusiera realizar una obra como El loro de Flaubert, que a la vez que estudia al escritor y su obra, introduce la ficci¨®n y el absurdo.
Esa era la ¨²nica forma de que Flaubert permaneciera vivo por encima de su fama y la bibliograf¨ªa escrita sobre ¨¦l.
La buena salud
En la conferencia de la noche, Julian Barnes demostr¨®, a trav¨¦s de El Greco, Flaubert, y otros artistas, c¨®mo es falsa la suposici¨®n, extendida en nuestro siglo, de que el artista es sin¨®nimo de enfermo, y de que necesita una neurosis o una enfermedad para crear. "En general", dijo Barnes, el arte depende del trabajo duro, la buena salud y la claridad mental".Previamente, Barnes, presentado por el periodista Juan Cruz como "un ingl¨¦s continental" hab¨ªa tratado con detalle de la conocida teor¨ªa que atribuye la estilizaci¨®n y el dramatismo de El Greco a una enfermedad de su vista, y hab¨ªa tratado con detenimiento de las enfermedades de Gustave Flaubert, escritor que conoce al detalle.
Ni el supuesto defecto visual de El Greco, vino a decir Barnes, ni la s¨ªfilis o la epilepsia de Flaubert, tuvieron una importancia decisiva en sus obras; y ello, a pesar de que en el caso de Flaubert, existen indicios de que ni ¨¦l mismo se confesaba plenamente la realidad de su epilepsia. Por ejemplo jam¨¢s la mencionaba en sus detalladas cartas. "La epilepsia fue uno de los grandes secretos de la vida de Flaubert. El otro era su genio. A menudo se han confundido".
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