Autoflagelo
No s¨¦ para qu¨¦ escribo a EL PA?S sobre un tema en el que la discrepancia entre el esp¨ªritu de esta carta y la letra de la postura del se?or que escribe de atletismo es tan considerable. Evidentemente, al no llamarme Gil y Gil, la posibilidad de publicaci¨®n es casi nula; pero, en parte como desahogo y en parte con una m¨ªnima esperanza en su elegante autoflagelo -nunca autocr¨ªtica-, ah¨ª va.El desahogo no es s¨®lo porque ha muerto un compa?ero de mi club, AD Marathon, y todo lo que El PA?S ha resaltado ha sido que no ten¨ªa autorizaci¨®n, no ten¨ªa carn¨¦, lo mismo que tampoco tendr¨ªan carn¨¦ esos dos compa?eros de carreras muertos atropellados en las carreteras de Espa?a: muertos indocumentados.
Se celebran los 20 a?os de Instituto Nacional de Educaci¨®n F¨ªsica (INEF) con una huelga de profesores, una muerte por presunta negligencia y el cierre de sus pistas a los atletas que las usamos desde su apertura, en 1969. De ahora en adelante, los que no seamos elite (?qu¨¦ gilipollez!), cuando vayamos a la Casa de Campo, tendremos que ducharnos en nuestra casa, sin poder usar vestuarios, pista y c¨¦sped salidos de nuestros impuestos.
Por debajo de la definici¨®n de elite, e independientemente de la calidad mayor o menor, todos los atletas federados somos purria, purria vil para los se?ores Manuel Pascua, Juan M. de Hoz, Carlos Gil, Juan Mora, G¨®mez Navarro...; somos, al parecer, purria indigna de tener carn¨¦ para las pistas del INEF, para ducharnos con agua caliente; purria condenada a morir en una carretera, atropellada por un coche, o clandestinamente en una pista prohibida para nosotros. Enhorabuena: al CSD a la RFEA, al INEF y a EL PA?S les basta con los elegidos para dar brillo a los JJ OO de 1992; la purria sobramos.-
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