Francia no pondr¨¢ el TGV en la frontera hasta que Espa?a decida tender la v¨ªa de ancho europeo
El proyecto elaborado por el Gobierno catal¨¢n para construir una v¨ªa de ancho europeo, ante la llegada a medio plazo del tren franc¨¦s de alta velocidad, que alcanza velocidades superiores a los 300 kil¨®metros por hora, cuenta con un enemigo objetivo: los planes de extensi¨®n del TGV Atl¨¢ntico. Para 1990, la compa?¨ªa ferroviaria francesa tiene prevista la llegada del TGV a Hendaya, que quedar¨¢ a cinco horas de Par¨ªs. Esto significa que la posibilidad de abrochar el TGV con la red espa?ola por el Atl¨¢ntico, para acabar negando a Madrid, es objetivamente mayor que la de hacerlo junto al Mediterr¨¢neo, hacia Barcelona. Pero los franceses saben que en el flanco mediterr¨¢neo existe mayor sensibilidad hacia el proyecto del TGV.
La t¨ªmida extensi¨®n hacia el sur (Hendaya en el oeste y Montpellier en el este) se producir¨¢, sin embargo, en un. r¨¦gimen de velocidad menor al de los trenes que ahora circulan entre Par¨ªs y Lyon, y que en 1993 se dirigir¨¢n hacia el norte. La llegada del TGV a Espa?a, aunque acercar¨¢ los dos pa¨ªses, no apurar¨¢ las posibilidades de la velocidad y plantear¨¢ un nuevo problema que la compa?¨ªa francesa de ferrocarriles est¨¢ estudiando muy seriamente: la. creaci¨®n de un nuevo TGV nocturno, pensado para distancias m¨¢s largas que las actuales. Un hipot¨¦tico enlace entre Madrid, Barcelona o Valencia con Par¨ªs no tendr¨¢ posibilidades si no se construye un material rodante capaz de realizar el servicio de noche en coches-cama. Esta eventualidad, ya sea a trav¨¦s de Hendaya o a trav¨¦s de Port-Bou, significar¨ªa el adi¨®s definitivo al Talgo.La inclusi¨®n de Espa?a en los proyectos de trenes de alta velocidad est¨¢ obligando a una segunda reflexi¨®n, en la que el protagonismo espa?ol es decisivo: la del ancho de v¨ªa. Seg¨²n un portavoz del Ministerio de Transportes franc¨¦s, no hay ning¨²n prejuicio respecto a la soluci¨®n t¨¦cnica. Puede servir tanto la construcci¨®n de nuevas v¨ªas con ancho europeo como la habilitaci¨®n de un sistema de cambio de ejes, similar al que ya se utiliza actualmente en la frontera hispano-francesa. Pero, en cualquier caso, el enlace de una nueva red espa?ola con Europa deber¨¢ ser objeto, seg¨²n los franceses, de "una decisi¨®n pol¨ªtica". "La pelota est¨¢ en el tejado espa?ol", asegur¨® a EL PA?S un portavoz del Ministerio de Transportes al referirse a la extensi¨®n hacia el sur. Como sucedi¨® con las autopistas, hasta que Francia no vea tender las v¨ªas al otro lado de la frontera, no se decidir¨¢ por realizar su tendido hasta el Pirineo. Por eso los franceses del Midi, menos favorecidos por el paso de las grandes v¨ªas de comunicaci¨®n, creen que su salvaci¨®n s¨®lo puede venir del sur de los Pirineos y m¨¢s concretamente de Barcelona.
Prioridad al norte
Pero los proyectos franceses no miran, por el momento, hacia el sur. El punto de mira est¨¢ en el norte, donde los franceses quieren convertir su TGV en el tren r¨¢pido europeo, que enlace a su pa¨ªs con B¨¦lgica, Alemania y Gran Breta?a. La construcci¨®n del t¨²nel bajo el canal de la Mancha -el ch¨²nel que sintetiza las expresiones tunnel y channel- se ha convertido en el objetivo principal. Para 1993, un a?o despu¨¦s de la fecha del mercado ¨²nico europeo, el TGV debe enlazar a Londres con Par¨ªs, Bruselas y Colonia. El trayecto Par¨ªs-Londres debe realizarse en tres horas y Par¨ªs debe contar con una corona de v¨ªas r¨¢pidas que permita enlazar directamente desde Lyon hasta Londres y Lille.El proyecto presenta algunos obst¨¢culos que, por el momento, no han conseguido doblegar la voluntad ferroviaria francesa. En primer lugar, el escaso esfuerzo brit¨¢nico. El TGV invertir¨¢ desde Par¨ªs hasta la entrada del t¨²nel (330 kil¨®metros), apenas un cuarto de hora m¨¢s que desde la salida del t¨²nel hasta Londres (120 kil¨®metros). La circulaci¨®n de los trenes londinenses limitar¨¢, adem¨¢s, las posibilidades de ocupaci¨®n de las v¨ªas y la velocidad de los trenes. Francia ha pedido a Londres un mayor esfuerzo ante estos problemas. La entrada del TGV en Gran Breta?a conllevar¨¢ adem¨¢s la resoluci¨®n de problemas t¨¦cnicos, derivados de las diferencias de altura de los andenes, de la distinta alimentaci¨®n el¨¦ctrica y del g¨¢libo de los t¨²neles e instalaciones.
El segundo gran problema ha surgido del otro flanco. La Rep¨²blica Federal de Alemania, a pesar de su retraso tecnol¨®gico respecto a Francia en rapidez ferroviaria, cuenta con su propio proyecto, el ICE (Inter City Experimental), que desear¨ªa imponer tambi¨¦n en el mercado europeo. El prototipo alem¨¢n, a pesar de su excelente calidad, es m¨¢s pesado que el franc¨¦s (tres toneladas m¨¢s por cada eje) y no ha superado todav¨ªa la fase de proyecto. Los alemanes, que no desean presentarse como enemigos del tren r¨¢pido europeo, no se oponen al proyecto franc¨¦s de extender el TGV hasta Colonia, pero tampoco demuestran una extraordinaria diligencia. En el fondo desear¨ªan que el proyecto se retrasara para conseguir entrar en un proyecto de mayor extensi¨®n geogr¨¢fica con tecnolog¨ªa mixta franco-alemana. Los franceses plantean la mezcla de tecnolog¨ªas para la etapa posterior a la fecha de 1993.
Rivalidades regionales
El ¨²ltimo obst¨¢culo no es exterior. Viene de la propia Francia, donde las rivalidades locales y regionales se han exasperado con la elecci¨®n el pasado 9 de octubre del trayecto Par¨ªs-Lille-Londres, en vez del paso por Amiens. Esta ¨²ltima ciudad deber¨¢ contentarse con un ramal especial, que tendr¨¢ que ser financiado localmente seg¨²n el gobierno. El tratamiento que ha recibido Amiens permite pensar qu¨¦ puede suceder con otras ciudades que se hallan camino de los Pirineos.Toulouse, Narbona y Perpi?¨¢n, sin embargo, se encuentran m¨¢s pendientes de lo que sucede en Barcelona que de lo que sucede en Par¨ªs. Saben que el TGV no bajar¨¢ hacia el sur si no hay un potente magnetismo desde Barcelona que convenza a quienes toman las decisiones en Par¨ªs. La compa?¨ªa de ferrocarriles, por ejemplo, no prev¨¦, en ning¨²n caso, que el TGV llegue hasta Perpi?¨¢n mientras no haya un proyecto espa?ol que enlace luego con Barcelona y haga descender el tren por la costa levantina.
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