Dos m¨²sicas nacidas de la pena
El festival de jazz que durante gran parte de este mes se desarrolla en Madrid, y que despu¨¦s seguir¨¢ por otros puntos de Espa?a, dedica tres de sus conciertos a la comuni¨®n, por decirlo de alguna manera, con el arte jondo. No es la primera vez que algo as¨ª ocurre. De hecho, el flamenco y el jazz han compartido escenario, o registro sonoro, o catacumba de bohemios, o estudio de radio o televisi¨®n, con una cierta frecuencia. Me parece interesante indagar esto. Por qu¨¦ a los m¨²sicos de jazz les suele interesar tan singularmente el flamenco, por qu¨¦ a los flamencos -por lo menos, a los flamencos con una cierta formaci¨®n cultural- les seduce habitualmente el jazz. Son dos t¨¦rminos que se relacionan, que se exigen mutuamente.Un d¨ªa Paco de Luc¨ªa se asocia a m¨²sicos como Al Di Meola y John McLaughlin y los tres juntos recorren medio mundo haciendo unos sonidos fascinantes que arrebatan a las multitudes. Antes, Charles Mingus hab¨ªa grabado una bell¨ªsima saeta. Sabicas, instalado definitivamente en Nueva York, hizo sus incursiones personales por la m¨²sica que all¨ª le solicitaba desde todos los ¨¢ngulos. Y Ben E. King incluy¨® guitarras flamencas en una de sus grabaciones. Chick Corea meti¨® sole¨¢, seguiriyas y un mont¨®n de temas flamencos -la frase se la tomo prestada a Manolo Sanl¨²car- en su bell¨ªsimo disco Espa?a de mi coraz¨®n. Jackie Davis comparaba el jazz con lo jondo, porque "el flamenco ha nacido, como mi m¨²sica, de la pena, de un dolor que se lleva de generaci¨®n en generaci¨®n". Y el otro Davis del jazz, el genial Miles, ha declarado en m¨¢s de una ocasi¨®n sentir y amar el flamenco...
No hay que pensar, por supuesto, en una influencia directa del jazz en el flamenco, o del flamenco en el jazz. Por lo menos con referencia a los or¨ªgenes, porque ahora todo es distinto: el poder de los medios de comunicaci¨®n es absolutamente fabuloso y totalizador, tanto que las fronteras pr¨¢cticamente han dejado de existir, especialmente para la m¨²sica. Pero en los or¨ªgenes, en los tiempos enigm¨¢ticos de la creaci¨®n del cante -como antes hab¨ªan sido enigm¨¢ticos los tiempos de la creaci¨®n del jazz-, nada nos dice que los cantaores de aquellas ton¨¢s primigenias conocieran siquiera los blues u otros trenos de los esclavos sure?os de la Am¨¦rica del Norte. Ni a la inversa.
Descartada, pues, cualquier tipo de influencia entre ambas m¨²sicas, habr¨¢ que pensar en una suerte de afinidad superior que las vincula entre s¨ª quiz¨¢ m¨¢s estrechamente que si las influencias directas se hubieran dado de manera expl¨ªcita.
Ya en 1973 Brook Zern, establec¨ªa un revelador paralelismo entre ambos pueblos y entre sus cantos/cantes respectivos. As¨ª, los gitanos espa?oles son descendientes de aquellos gitanos que hace unos siglos se asentaron en el sur de nuestro pa¨ªs, una raza morena procedente de otro continente; algo semejante ocurri¨® con los negros que llegaron a Estados Unidos procedentes de ?frica. Y unos y otros, gitanos y negros, se encontraron en el sur de una tierra nueva y ajena, y all¨ª sufrieron leyes crueles, represi¨®n y persecuci¨®n por parte de la raza mayoritaria de piel m¨¢s blanca. La m¨²sica que crearon, densa y pesimista, era un testimonio viviente de sus angustias.
Concesiones
Zern llega a fijar curiosas semejanzas entre artistas delJazz y artistas del flamenco. As¨ª, por ejemplo: "Manolo Caracol sab¨ªa como pocos lo jondo del flamenco verdadero, pero gan¨® su vida interpretando en p¨²blico un arte adulterado para conformarse con el gusto popular. Igualmente, Louis Armstrong era un monstruo del jazz puro, pero gan¨® un dineral con sus parodias absurdas ante un p¨²blico que no sab¨ªa escuchar". Y aun cuando se refiere a las tierras en que uno y otro arte vieron la luz, tan distantes entre s¨ª -tan distintas-, Brook Zern encuentra el punto de referencia com¨²n: "Todo en la gama del flamenco es espa?ol y todo en la gama del jazz es americano, aunque no sea todo la creaci¨®n de los blancos..."Habr¨ªa que pensar en otras muchas cosas a¨²n. La capacidad de improvisaci¨®n tanto del jazz como del flamenco, en lo que son realmente ¨²nicos. Los dos pueblos oficiantes, gitanos y negros, act¨²an aislados de su medio natural. Y m¨¢s es lo que va configurando como un espacio com¨²n en que las dos m¨²sicas se encuentran. Muchos datos nos est¨¢n diciendo que alg¨²n nexo inc¨®gnito debe haber entre el flamenco y el jazz. Quiz¨¢ estas audiciones de ambas m¨²sicas juntas ayuden a descubrirlo. En cualquier caso servir¨¢n para la mutua comprensi¨®n, para el rec¨ªproco entendimiento.
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