No va m¨¢s
LA PRINCIPAL novedad pol¨ªtica del Pleno del Parlamento catal¨¢n, concluido ayer, sobre el vidrioso asunto de las loter¨ªas estriba en la rotunda soledad en que qued¨® el grupo de la mayor¨ªa, Converg¨¨ncia i Uni¨®. Aunque no es la primera vez que la coalici¨®n nacionalista-conservadora que encabeza Jordi Pujol se queda sin apoyo de otros grupos, nunca hasta ahora este hecho se hab¨ªa producido con tanta solemnidad, en absolutamente todas las propuestas y en una sesi¨®n de parecida importancia. Y lo que es m¨¢s: nunca como hasta ahora se hab¨ªa podido percibir la fragilidad del argumento victimista, la endeblez pol¨ªtica de atribuir las causas de los propios males a enemigos externos. El discurso del conseller de Gobernaci¨®n, adem¨¢s de inane, result¨® in¨²til, por cuanto su apelaci¨®n a las posibles agresiones centralistas no obtuvo esta vez el m¨ªnimo eco.La soledad del jugador de fondo se mostr¨® m¨¢s aguda a¨²n, por cuanto ciertos dirigentes de CIU han venido criticando p¨²blicamente lo que algunos califican de desenfreno lotero de la Generalitat. La heterodoxia se hizo pl¨¢stica a la hora de las votaciones, y las razones de conciencia determinaron incluso alguna notoria fuga, como la de la diputada de CIU por L¨¦rida Mar¨ªa R¨²bies, que no refrend¨® varias propuestas de su propio partido.
Para completar el cuadro, Jordi Pujol call¨®. Fue un silencio estruendoso. Pocos d¨ªas antes hab¨ªa disculpado, en unas declaraciones -que versaron sobre un asunto colateral apenas citado en el plenario- que su dimitido director general del Juego hubiese simultaneado sus emolumentos en la Generalitat con la percepci¨®n del seguro de desempleo. En esas palabras, que han resultado uno de los episodios m¨¢s lamentables de toda la pol¨¦mica del juego, Pujol ampar¨® aquella infracci¨®n significando que la moral ciudadana catalana no la considera repugnante, y que, m¨¢s o menos, lo de defraudar al seguro de desempleo muchos lo hacen.
El pleno de los juegos de azar acab¨® en parte como un juego de los desprop¨®sitos. Para coronarlo, el portavoz parlamentario de la mayor¨ªa -un hombre cuyas empresas particulares han recibido generosas subvenciones o avales de la propia Generalitat- insinuaba corrupciones ajenas e impart¨ªa lecciones de ¨¦tica. El resultado pr¨¢ctico de la sesi¨®n ha sido el conocimiento oficial de qui¨¦nes componen el accionariado de la empresa privada contratada para poner en marcha y explotar las loter¨ªas. Aunque para este viaje quiz¨¢ las alforjas eran demasiadas, el fruto no es balad¨ª: se ha sabido, por fin, que el juego auton¨®mico est¨¢ pr¨¢cticamente en manos de un monopolio, y se ha constatado el car¨¢cter falaz de la publicidad de estas lotos, seg¨²n la cual ¨¦stas "s¨ª tocaban a Catalu?a", cuando en realidad no menos de un tercio de sus dividendos se vehicular¨¢n a una empresa con sede en Irlanda del Norte.
Quedan pendientes otras cuestiones: los compromisos de la pol¨¦mica empresa; la validez o nulidad del contrato entre ¨¦sta y la Generalitat, si puede ser mercantil o debiera ser administrativo, si es de mera prestaci¨®n de servicios o de explotaci¨®n, en cuyo caso incurrir¨ªa en flagrante ilegalidad; la pertinencia de fijar un tipo de cambio anterior en seis meses a la fecha de la firma... Habr¨¢ que ver si todas esas cuestiones son convenientemente dilucidadas en la comisi¨®n parlamentaria de investigaci¨®n creada ayer, o si habr¨¢ que esperar a que act¨²en las instituciones del Estado de derecho que de oficio deben velar por el cumplimiento del principio de legalidad. Porque el fuenteovejunesco todos lo hac¨ªan puede valer, quiz¨¢, para una obra teatral, pero no basta para justificar cualquier cosa, y menos determinadas chapuzas.
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