El dinero que nunca lleg¨®
A la una de la madrugada de ayer, cuatro horas antes de que la polic¨ªa liberase a la peque?a Melodie, el portavoz de los secuestradores telefone¨® a la mansi¨®n de Raymond Nakachian y le dijo que aceptaba su oferta de dos millones de d¨®lares. Un presunto amigo de la familia, que en realidad era el jefe del grupo de delincuencia internacional de la Brigada Central, le replic¨® que "en estos momentos tan s¨®lo disponemos de 300.000 d¨®lares en efectivo y un mill¨®n y medio de pesetas, porque los bancos no nos dan divisas extranjeras a estas horas. D¨ªselo a tus socios". La voz de los raptores le contest¨®, enfadado: "Esto tiene que terminar ma?ana. Llevamos mucho tiempo as¨ª. Les llamaremos de nuevo".Antes de que los delincuentes aceptasen el rescate de dos millones de d¨®lares, que jam¨¢s llegar¨ªan a ver, aqu¨¦llos hab¨ªan mantenido con la familia Nakachian un largo y dif¨ªcil regateo. En los momentos posteriores al rapto exigieron el pago de 13 millones de d¨®lares en diversas divisas. Durante muchos d¨ªas se mantuvieron inflexibles y no aceptaron una rebaja.
El martes pasado, despu¨¦s de que Nakachian les hubiera repetido una y otra vez que no pod¨ªa reunir tan desorbitada cantidad, los secuestradores se avinieron a reducir el rescate a cinco millones de d¨®lares. El padre de la chiquilla acept¨® inicialmente el trato, pero, aconsejado por la polic¨ªa, se retract¨® posteriormente, con objeto de entrar de nuevo en una fase de negociaciones. As¨ª se pretend¨ªa ganar tiempo para que las fuerzas de seguridad del Estado estrechar¨¢n el cerco.
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