Stanislawski, a?os sesenta

"El m¨¦todo m¨¢s s¨®lido es el de huir", dice Eusebio Poncela, de 42 a?os, que recuerda con ir¨®nica distancia la ¨¦poca de finales de los sesenta en la que en Espa?a se introdujeron m¨¦todos de teatro experirriental. "Aqu¨ª no supo nadie nunca qui¨¦n era Stanislawski; no s¨¦ en qu¨¦ consiste ese m¨¦todo, no se ha sabido en Espa?a y a lo mejor ni falta que hace; s¨®lo distingo las actuaciones buenas de las malas".Poncela comenta que interv¨ªno en el montaje de Miguel Narros Sabor a miel, de S. Delaney, "y se empe?aron en decir que segu¨ªamos el m¨¦todo de Stanislawski, un m¨¦todo que no ha sabido en qu¨¦ consist¨ªa ni William Layton ni nadie". "No hay m¨¦todo que valga", a?ade, y se refiere al Teatro Estudio Independiente (TEI), de Madrid, como a "una panda de palurdos, mediocres y amas de casa, de los que s¨®lo se han salvado los que se pod¨ªan salvar".

Poncela piensa que, si es cierto el eclecticismo de actores m¨¢s j¨®venes que ¨¦l, y su falta de una metodolog¨ªa dogm¨¢tica, esto es algo positivo. "Al final lo ¨²nico posible es lo que hacemos todos", dice, "coger de aqu¨ª y de all¨¢". Cree que un actor, ante una historia buena, no tiene que estudiar nada, y que lo ¨²ltimo en aprenderse de memoria debe ser el texto. "?ste tiene que salir despu¨¦s de un trabajo de investigaci¨®n, que consiste en consultar y ver".

Luis Escobar, director teatral y actor, se muestra part¨ªdario de las escuelas, aunque no las considera indispensables. "Yo creo en el impulso de una vocaci¨®n y en fijarse m¨¢s en las cosas que en los cursillos. Yo no los hice, y no me ha ido mal en la direcci¨®n".

Las mejores escuelas

Escobar lamenta que hayan desaparecido aquellas compa?¨ªas de repertorio, "que eran las mejores escuelas, las de empezar sacando un vaso de agua al escenario e ir subiendo poco a poco". Considera que existen buenos actores jovenes en Espa?a, y recuerda sus tiempos como director teatral: "Cuando ven¨ªa alguien con lo del m¨¦todo Stanislawski -aquel actor colosal-, yo me horrorizaba. Recuerdo a una actriz que para pronunciar unos monos¨ªlabos no paraba de motivarse. Yo le dec¨ªa: 'No te motives tanto, hija, y dilos".

Para el director profesor Miguel Narros, un actor debe contar con un m¨¦todo, pero no para desesperarse con ¨¦l, sino para "conocerse y defenderse". "Considero absurdo", a?ade, "que un actor renuncie a su personalidad en beneficio de la que va a interpretar; de lo que se trata es de conducirla, de cederle sus propias emociones al personaje".