'Eppur' se muove?'
A trancas y barrancas, dej¨¢ndose arrastrar por los acontecimientos, el Ministerio de Cultura parece, no obstante, por fin decidido a resolver el problema del Centro de Arte Reina Sof¨ªa, que, como es sabido, encubre otro problema mucho m¨¢s grave: el de la pol¨ªtica oficial sobre arte contempor¨¢neo. En este sentido, la confirmaci¨®n no s¨®lo del traslado o absorci¨®n del MEAC por parte del Centro Reina Sof¨ªa, con la consiguiente conversi¨®n de este ¨²ltimo en el principal de positario de las m¨¢s relevantes obras de arte del siglo XX, de titularidad estatal, hoy dispersas, sino de continuar reforzando la pol¨ªtica de adquisicio nes para estructurar mejor una colecci¨®n a¨²n llena de lagunas, son indudablemente noticias alentadoras. Por lo dem¨¢s, si bien inau gurado con precipitaci¨®n, hace ahora aproximadamente un a?o y medio, tras cuatro a?os de vacilaciones que han dejado su huella en los defectos que acusa la remodelaci¨®n de un edificio al que no se le acababa de asignar una funci¨®n precisa, el Centro Reina Sof¨ªa est¨¢ ah¨ª, abierto al p¨²blico y con una respuesta social que desborda los c¨¢lculos previos m¨¢s optimistas, sobre todo si tenemos en cuenta que su ¨²nico reclamo consistente hasta el momento han sido las exposiciones temporales.
Reiterar errores
De manera que un observador cr¨ªtico del proceso podr¨ªa estar tentado de describir el momento actual con el refr¨¢n "Nunca es tarde si la dicha es buena". Mas ?es, en efecto, positivamente buena la dicha que se nos ofrece? En primer lugar, sin escatimar m¨¦ritos al progreso alcanzado, no nos olvidemos que estamos en un punto de partida, y que la historia de la pol¨ªtica oficial en este campo, desde que en 1894 se fund¨® el Museo de Arte Moderno, ha sido una sucesi¨®n de puntos de partida sin m¨¢s continuidad que la de reiterar los mismos errores frente a los que se pretend¨ªa reaccionar; en segundo, descendiendo ya al terreno concreto de la situaci¨®n que nos ocupa ahora mismo, que subsisten graves asuntos sin resolver, cuya irresoluci¨®n o cuya soluci¨®n equivocada pueden dar al traste con todo el proyecto.
El m¨¢s espectacular entre todos ellos, es, sin duda, el de la ausencia de una direcci¨®n cualificada, circunstancia grave para cualquier centro de envergadura, pero mucho m¨¢s si se halla en per¨ªodo de lanzamiento.
Ante la perplejidad causada por esta situaci¨®n ins¨®lita, la tesis del ministerio ha sido, m¨¢s o menos, que primero quiere dise?ar el traje y, luego, comprobar a qui¨¦n le sienta mejor, opci¨®n arriesgad¨ªsima no s¨®lo porque, al final, puede ocurrir que no le siente bien a nadie que verdaderamente merezca la pena, sino porque con esa teor¨ªa lo ¨²nico que cabe esperar es que no hace falta otradirecci¨®n que la meramente decorativa.Por de pronto, hasta el momento nadie con autoridad en el sector -y, a estas alturas, ya hay que contarlos por decenas- se ha privado de hacer su aportaci¨®n particular, con lo que uno se pregunta, razonablemente, si va a haber sitio para cobijar tanta iniciativa, cuando ha sido acompa?ada, como es habitual, por lo dem¨¢s, en estos casos, por los correspondientes nombramientos a todos los niveles. En esta l¨ªnea, dada la aceptaci¨®n indiscriminada de las 10.000 piezas procedentes del MEAC, no me extra?a que el actual director general de Bellas Artes se vea obligado a hipotecar temporalmente los almacenes de la anunciada futura sede del Museo del Pueblo Espa?ol.Desconfianzas?Desconfianzas, dudas o cicater¨ªas injustificadas? A uno le gustar¨ªa pensar que todo este armaz¨®n rellenado hasta el ¨²ltirno hueco responde a una pol¨ªtica coherente, planificada con tal perfecci¨®n que s¨®lo le falta el coronamiento final de una guinda. Mas, si se han tardado cuatro a?os para tomar la decisi¨®n de qu¨¦ hacer con el Centro de Arte Reina Sofia, si se precisan, cuanto menos, otros dos m¨¢s para buscar la cabeza rectora del mismo; si han habido cuatro directores generales y tres subsecretarios diferentes en el inter¨ªn; y, por ¨²ltimo, si cuando, tras a?os de nebulosas, se confiesa un plan' concreto, y resulta que hay al menos medio centenar de personas cualificadas dispuestas a llevarlo simult¨¢neamente a cabo, entre asesores, cargos oficiales con responsabilidad ejecutiva y t¨¦cnicos (pi¨¦nsese en la anunciada incorporaci¨®n de todo el staf del MEAC), cada cual procedente de una guerra distinta, reconozcamos que aqu¨ª lo que hay por el momento es una resurrecci¨®n del viejo esp¨ªritu asambleario. Eppur'se muove? ?Pues adelante con los faroles!
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