El canje de los rehenes franceses enfrenta a los Gobiernos de Londres y Par¨ªs
El fin de la guerra de las embajadas entre Francia e Ir¨¢n se convirti¨® ayer en una guerra larvada entre dos Gobiernos, el franc¨¦s y el brit¨¢nico, y en un zafarrancho sin piedad entre los peri¨®dicos de Par¨ªs y Londres. Para los brit¨¢nicos, la liberaci¨®n de los dos rehenes franceses en Beirut la pasada semana y el canje del int¨¦rprete de la Embajada iran¨ª Wahld Gordji por Paul Torri, el c¨®nsul franc¨¦s en Teher¨¢n, son una "traici¨®n" y una muestra de "cinismo".
Francia ha pagado muy caro el cambio de actitud hacia los iran¨ªes, seg¨²n varios peri¨®dicos anglosajones de ambas orillas del Atl¨¢ntico. El londinense The Indepeadent afirma que el primer ministro franc¨¦s, Jacques Chirac ha entregado armas a Ir¨¢n a cambio de los rehenes. The Washington Post asegura que esta misma semana Francia pagar¨¢ a Ir¨¢n, en Viena 330 millones de d¨®lares (35.000 millones de pesetas) de la deuda pendiente.La airada reacci¨®n brit¨¢nica a las concesiones realizadas por el Gobierno franc¨¦s a los secuestradores libaneses hab¨ªa sido perfectamente prevista por Francia. Chirac reiter¨®, como m¨ªnimo dos veces, a la llegada de los dos rehenes liberados el s¨¢bado en Paris, que su Gobierno seguina esforz¨¢ndose para lograr la liberaci¨®n de los tres franceses y de todos los extranjeros todav¨ªa secuestrados. Nunca hasta entonces se hab¨ªa subrayado con tanta fuerza el inter¨¦s del Gobierno franc¨¦s por los rehenes de otros pa¨ªses. Este curarse en salud no parece haber sido muy ¨²til.
La primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, declar¨® ayer, tras criticar la actitud de Par¨ªs ante los parlamentarios del Reino Unido, que el asunto "va a salir en la cumbre europea" que se re¨²ne este fin de semana en Dinamarca. "Creo que tratar con terroristas s¨®lo lleva a m¨¢s secuestros y m¨¢s violencia. Por eso es que nosotros no lo haremos", agreg¨® Thatcher, informa desde Londres Ricardo M. de Rituerto.
La Prensa de Francia no se qued¨® corta ayer y cerr¨® filas en defensa de la dignidad de su pa¨ªs. El prestigioso Le Monde recuerda que Margaret Thatcher no ha condenado las ventas de armas del Irangate y ha tolerado la presencia en Londres de oficinas de compra de armas iran¨ªes.
'Irangate a la francesa'
Pero el elemento que mayores perturbacions puede introducir en el paisaje pol¨ªtico no es la guerra de papel entre Londres y Par¨ªs, sino la nueva imputaci¨®n de venta ?legal de armas, que esta vez no ata?e a los socialistas, sino directamente al Gobierno conservador, a pesar de sus reiterados ment¨ªs a toda transferencia de material b¨¦lico a Ir¨¢n. Seg¨²n los descubridores de este nuevo episodio del Irangate a la francesa, Par¨ªs ha suministrado piezas de recambio para siete lanchas r¨¢pidas dotadas de lanzamisiles y para instalaciones de radares. El Ministerio de Asuntos Exteriores franc¨¦s emiti¨® ayer mismo el en¨¦simo desmentido, aunque no desn¨²nti¨®, antes al contrario, el pago de una parte de la deuda francesa con Ir¨¢n.
La venta del material b¨¦lico, como es habitual en las ventas ilegales desde Europa, se ha realizado, seg¨²n The Indepedent, a partir del puerto de La Rochelle y a trav¨¦s de Portugal, utilizando certificados de destino falsos. Las lanchas son de marca Kaman y del tipo La Combattante.
[Por otra parte, Chirac, que ayer anunci¨® su decisi¨®n de someterse por tercera vez a un voto de confianza, ha solicitado al n¨²mero dos sovi¨¦tico, Igor Ligatchev, una intervenci¨®n de la URSS ante las autoridades afganas para obtener la liberaci¨®n del fot¨®grafo franc¨¦s Alain Guillo, detenido en Kabul desde el pasado septiembre, informa France Presse.]
Un rescate 'caritativo'
El Gobierno de Par¨ªs, seg¨²n varias versiones, ha pagado tambi¨¦n un rescate caritativo por la liberaci¨®n de los rehenes. Instituciones humanitarias francesas distribuir¨¢n pr¨®ximamente 15 millones de francos (m¨¢s de 300 millones de pesetas) en medicinas y alimentos a las poblaciones shi¨ªes m¨¢s despose¨ªdas de Beirut, la capital de L¨ªbano, seg¨²n estas versiones.Todo indica que si el primer ministro conservador, Jacques Chirac, no consigue muy r¨¢pidamente la liberaci¨®n de los restantes rehenes, todo el peso de las dificultades superadas hasta ahora va a caer sobre ¨¦l y sobre su Gobierno.
Participar¨¢ de las consecuencias del caso Luchaire, que implicaba a los socialistas franceses, y deber¨¢ sufrir las acusaciones de haber arrastrado la dignidad de Francia por los suelos a cambio de muy poco.
En caso contrario, sin embargo, Jacques Chirac contar¨¢ con una baza envidiable en el balance de Gobierno que deber¨¢ presentar como candidato a la Presidencia de la Rep¨²blica en la pr¨®xima primavera
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