Contratos del siglo

Hace ahora cinco a?os y para ir abriendo boca, el reci¨¦n estrenado Ejecutivo socialista ten¨ªa que hacer frente a una decisi¨®n que costaba al bolsillo de los espa?oles la friolera de 300.000 millones de pesetas. El Ej¨¦rcito del Aire ten¨ªa que renovar gran parte de sus efectivos y prepararse para las hipot¨¦ticas guerras de fin de siglo. Se trataba de uno de los denominados contratos del siglo y la McDonnell Douglas se llevaba finalmente el gato al aire, colocando 72 unidades de su F-18A, que se convert¨ªa as¨ª en el Futuro Avi¨®n de Combate y Ataque.En esta ocasi¨®n no hab¨ªa manu militari por medio, pero s¨ª sector p¨²blico y un volumen de la operaci¨®n nada despreciable, 199.000 millones de pesetas, con el d¨®lar a 113 pesetas.

Hab¨ªa que andar por tanto con pies de plomo. A finales de 1984 se planteaba ya el principio del fin y el entonces presidente de Iberia, Carlos Espinosa de los Monteros, apostaba por la soluci¨®n de Boeing para la renovaci¨®n total de la flota de corto y medio recorrido. Pero el accionista mayoritario (el INI) decidi¨® sustituir al presidente y puso en su lugar al hasta entonces responsable del Banco de Cr¨¦dito Local, Narc¨ªs Andreu.

Su misi¨®n fundamental era asegurar una renovaci¨®n con las mayores garant¨ªas posibles de ¨¦xito. Adem¨¢s de poner orden y sanear algo sus cuentas, para lo que recib¨ªa una ayuda de 90.000 millones de pesetas repartidos en tres a?os.

Cuatro semifinalistas

Andreu recibi¨® desde el primer momento todas las ofertas viables con los correspondientes escenarios. La sustituci¨®n del m¨®dulo 150 estaba adjudicada previamente al consorcio Airbus, casi desde que realiz¨® la presentaci¨®n de su oferta en los propios salones del INI. En cuanto al tramo de 100 a 110 pasajeros, de los cuatro semifinalistas, Bocing, McDonnell, Fokker y British Aerospace, quedaron el.iminados los holandeses y los brit¨¢nicos.Los dos gigantes norteamericanos se enfrentaban en su en¨¦simo duielo comercial. Son viejos contrincantes y se conocen bien. Boeing apost¨® fuerte desde el principio y su oferta se encontraba ya vista para sentencia cuando McDonnell decide presentar unos precios dif¨ªciles de superar por el fabricante de Seattle, que: ha perdido esta batalla pero que sigue ganando la guerra en este segmento de aviones civiles. La mayor¨ªa de las compa?¨ªas que se enfrentan en estos momentos con la misma situaci¨®n de Iberia se han decantado por el B-737.