El director de cine Rouben Mamoulian muri¨® en Los Angeles a los 89 a?os
Rouben Mamoulian, uno de los directores de cine de mayor talento de su generaci¨®n -tambi¨¦n dirigi¨® teatro en Broadway-, muri¨® el pasado viernes en Los ?ngeles (EE UU), seg¨²n trascendi¨® el lunes. Nacido en la provincia sovi¨¦tica de Georgia, Mamoulian se march¨® de la URSS en 1923, y era el ¨²ltimo superviviente de los fundadores de la Directors Guild of America (la asociaci¨®n de directores), que dirigi¨® durante siete a?os. Mamoulian ten¨ªa un car¨¢cter fuerte, y sus relaciones con los productores eran dificiles. Fue despedido del rodaje de Cleopatra a los 10 minutos de comenzar la filmaci¨®n.
Rouben Mamouliari lleg¨® a Hollywood con el sonido, beneficiado del prestigio de que gozaban las gentes del teatro en un momento en que el cine descubr¨ªa con miedo la palabra. Lo cierto es que Mamoulian hizo mucho m¨¢s que cuidarse de la dicci¨®n de los actores, tal como pudimos comprobar recientemente en la reposici¨®n de Dr. Jekyll and Mr. Hyde, con una imaginativa utilizaci¨®n del sonido off, como sutil suplemento informativo. Dos a?os antes, con Applause, este emigrante ruso formado en los teatros brit¨¢nicos rodaba su primera pel¨ªcula; la primera tambi¨¦n en la que exist¨ªa m¨¢s de una pista de sonido, un invento sencillo pero gracias al cual acabaron en gran parte los problemas de crujidos incontrolables y, sobre todo, de una c¨¢mara que, con la llegada del sonido, padec¨ªa par¨¢lisis.En 1933, con La reina Cristina de Suecia, Mamoulian logr¨® uno de sus mayores triunfos y regal¨® a Greta Garbo uno de sus mejores melodramas rom¨¢nticos, am¨¦n de una voz profunda y misteriosa. A ella le pidi¨® para la ¨²ltima escena que su rostro "fuera como una p¨¢gina en blanco en la que cada espectador pueda escribir lo que desee" y la dirigi¨® en una secuencia, la del paseo de la reina habl¨¢ndoles en silencio a los objetos, que figura en todas las antolog¨ªas del cine.
Para los fan¨¢ticos del dato enciclop¨¦dico, Mamoulian es tambi¨¦n el inventor del mon¨®logo interior en el cine sonoro En Las calles de la ciudad, o¨ªamos los pensamientos de SyIvia Sidney, en un entonces arriesgado recurso narrativo: "Shakespeare utilizaba los soliloquios para dar expresi¨®n oral a los pensamientos. Luego, el soliloquio qued¨® anticuado, pero se trataba de un recurso expresivo maravilloso, asi que decid¨ª utilizar un primer plano de SyIvia Sidney, s¨®la en la c¨¢rcel, y sobreimprimir en ¨¦l todas sus impresiones y recuerdos", explicaba el cineasta.
La paleta del director
Pero si Mamoulian figura entre los pioneros es por pura casualidad, puesto que se le atribuye un primer paso que ni fue suyo ni fue de su agrado. Becky Sharp o la feria de la vanidad (1935) consta en todas las enciclopedias como la primera pel¨ªcula en color de la historia. No es exacto, ni de manera estrictamente historicista -durante el per¨ªodo mudo se ensayaron diversos sistemas para dar color a las im¨¢genes, aunque ninguno lleg¨® a comercializarse- ni desde un criterio filmogr¨¢fico, ya que la pel¨ªcula la empez¨® LoweIl Sherman, que falleci¨® a las dos semanas de rodaje. Mamoulian recordaba con desagrado los problemas que le planteaban los uniformes rojos de los oficiales brit¨¢nicos. "Reduje los colores al m¨ªnimo posible" dijo luego.En Sangre y arena, un desaforado melodrama, s¨ª brilla el talento crom¨¢tico de Mamoulian, que se inspir¨® en la obra de Sorolla, El Greco y Vel¨¢zquez para pintar sus interiores. Si las sombras de El gabinete del doctor Caligari estaban pintadas, aqu¨ª eran los colores, las tonalidades azules, grises y verdes, las que aparec¨ªan en las paredes, ya que la c¨¢mara y los filtros no eran capaces de conseguirlas. Y no s¨®lo las paredes, sino tambi¨¦n los rostros de los actores. Sangre y arena (1941) hizo que se hablara de la paleta Mamoulian y que fuese el propio director en persona quien pudiese dar los ¨²ltimos retoques a un decorado. Un a?o antes, Mamoulian dirigi¨® una pel¨ªcula menos enloquecida sobre el papel, pero en la pr¨¢ctica igualmente estilizada y de ritmo fren¨¦tico: El signo del Zorro.
Su ¨²ltimo largometraje es La bella de Mosc¨² (1957), una elegante recreaci¨®n musical de Ninotchka, con Cyd Charisse en el papel de sectaria e incorruptible sovi¨¦tica. Se encontr¨®, a lo largo de su carrera, en dos ocasiones con Otto Preminger y en ambas perdi¨® el control del proyecto. La primera, cuando Mamoulian estaba trabajando en el gui¨®n de Laura; la segunda, cuando cre¨ªa poder llevar a la pantalla su montaje teatral de Porgy and Bess. Pero la m¨¢s c¨¦lebre de la pel¨ªculas jam¨¢s realizadas por Mamoulian -la inici¨® tan s¨®lo- es Cleopatra, que fue tumba de matrimonios, de millones de d¨®lares y de alg¨²n director.
La carrera de Mamoulian, de m¨¢s de 30 a?os de duraci¨®n, es relativamente escasa en t¨ªtulos - 16 largometrajes- y est¨¢ falta de un sello expl¨ªcito de autor¨ªa, como el tener temas recurrentes. Hoy aparece como un cineasta muy moderno, que supo desde el principio que la voz propia y personal de un cincasta radicaba en poseer un estilo.
Babelia
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