La alfombra
Debajo de la alfombra hab¨ªa un cad¨¢ver. Nadie sabe ni a ciencia cierta ni a ciencia incierta c¨®mo fue a parar bajo esa alfombra un cad¨¢ver tan enorme, tan morado, tan ostensible en su d¨ªa, pero la escoba no hizo distingos y barri¨® bajo la alfombra tanto las memorias antiguas como las modernas, y sobre todo barri¨® todo deseo que conllevara voluntades excesivas. Diez a?os son la mitad de 20, medio tango apenas, y esos a?os de ocultaci¨®n del Cad¨¢ver jur¨ªdico del anarquista Rueda se los reparten equitativamente el Gobierno de UCD y el del PSOE. Al parecer, funcion¨® un consenso de centro izquierda para que un objeto volante no identificado, un anarquista al fin y al cabo, no se convirtiera en un factor de desestabilizaci¨®n de t¨¢citos consensos.Ha habido otros cad¨¢veres inexplicables aparecidos sobre las moquetas del nuevo poder democr¨¢tico, pero ha sido imposible aplazarlos y al menos se han tenido que urdir mentiras y verdades de urgencia para que el poder ense?ara las manos sucias cubiertas con los guantes de la verosimilitud jur¨ªdica. De haber sido la. CNT lo que era en los a?os treinta, el cad¨¢ver atormentado de Rueda hubiera ocupado todo nuestro horizonte democr¨¢tico, como una monta?a insalvable y acusadora. Pero la endeblez pol¨ªtica de la actual CNT ha permitido que el asesinato de Rueda se colocara el ¨²ltimo de la lista, para que los pros y contras del crimen se beneficiaran de 10 a?os de aplazamientos. En esta cultura que compartirmos, cultura de consumidores y contribuyentes, lo ¨²nico que realmente desgrava es el olvido.
Pero el cad¨¢ver de un hombre todav¨ªa no es el cad¨¢ver de un sapo que una democracia deba tragarse para seguir pareciendo que es una democracia. Dar una sanci¨®n ¨¦tica a este crimen miserable no es s¨®lo una causa de la CNT, sino la causa de todo y todos los que quedan a la izquierda de la nada. Ser¨ªamos todos unos miserables al servicio de una democracia miserable si no hici¨¦ramos de la muerte accidental de este anarquista una raz¨®n ole ser o no ser de una democracia tan llena de alfombras que ya son moquetas.
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