Carmen Moravia revela en una novela sus amores con Jumblat
El pr¨®ximo d¨ªa 26, Mondadori lanzar¨¢ a la calle la tan esperada primera novela, Georgette, de la espa?ola Carmen Llera, joven esposa de Alberto Moravia, una obra que nace bajo el signo de la pol¨¦mica, de la curiosidad y del secreto. Ayer, el semananario Panorama ha levantado el velo del secreto y ha revelado, con el manuscrito en la mano, que la novela se refiere a los amores clandestinos entre Carmen y el l¨ªder druso Walid Jumblat, un idilio que ya ha terminado.La noticia ya ha corrido en L¨ªbano, desde donde Nora Charabat¨¦, tercera mujer de Jumblat, ha comentado: `Es una historia que no me afecta, pero no cabe duda de que Carmen. est¨¢ explotando el nombre de Moravia y su relaci¨®n con in? marido. Y, si he de juzgar por las cartas que ha escrito a Walid, no me parece que se trate de una gran escritora: de cualquier modo, leer¨¦ el Iibro". Y, con una punta de amargura, la rubia Nora a?adi¨®: "Walid a¨²n no se ha dado cuenta del da?o que esto acarrear¨¢ a su imagen; en la posici¨®n que ocupa, no puede permitirse tener una vida privada como cualquier otro ciudadano". Y subraya que nosle¨®n".
Amor y fantas¨ªa
Empieza el idilio en el vest¨ªbulo del hotel: "Me acaricia los dedos mientras habla; las piernas". Suben a la habitaci¨®n, donde la pasional espa?ola ve el rev¨®lver, el reloj y una caja de aspirinas sobre la mesilla del l¨ªder druso. "Su lengua, escribe, sus manos, su cuerpo, se mueven sobre el m¨ªo, lentamente, eternamente, en la noche". Nota dominante del l¨ªder druso es la lentitud en sus juegos de amor. "Su lentitud exasperada me har¨¢ perder las fuerzas, me convertir¨¢ toda en un temblor". El amor ex¨®tico, oriental, de Carmen dura un a?o. La espa?ola se cansa y lo deja con un adi¨®s no excesivamente po¨¦tico: "?Demasiado peludo!".Pero lo que no se acaba en la :novela, que tiene s¨®lo 150 p¨¢ginas, es el fantasma de la mujer de Jumblat, rubia, vistosa, especialista en la danza del vientre. "Pienso", escribe Carmen, "m¨¢s en ella que en ¨¦l. Me excita ella ?m¨¢s que ¨¦l. A veces se me aparece en pleno sue?o. Paso tardes enteras contemplando sus fotos". En la novela queda, suspendido como un fantasma, un tri¨¢ngulo imaginario. ?Acusar¨¢n ahora a Carmen de bisexual?
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