El achique de espacios
Es posible que algunos delegados al 31? Congreso del PSOE se quedaran sorprendidos ayer ante la grandilocuente disposici¨®n del escenario del Palacio de Exposiciones. Tal vez la raz¨®n de ese pomposo tinglado, orientado a subrayar la distancia entre dirigentes y dirigidos, no deba buscarse en una teatralidad pol¨ªtica intencionada, sino que sea el residuo est¨¦tico de una vieja afici¨®n por las pel¨ªculas de romanos y de una antigua admiraci¨®n por los armados de las procesiones de la Semana Santa sevillana. Dado que ese g¨¦nero cinematogr¨¢fico suele ser una apolog¨ªa del poder y de sus apariencias, habr¨ªa serios motivos para preocuparse en el caso de que los centuriones, los coliseos y las carreras de cu¨¢drigas no s¨®lo hubieran hipotecado los gustos esc¨¦nicos del grupo andaluz que dirige el PSOE, sino tambi¨¦n hubiera modelado su cultura de los sentimientos.En su discurso inaugural, Felipe Gonz¨¢lez no se refren¨® a la hora de subrayar los ¨¦xitos obtenidos por el Gobierno socialista en los ¨²ltimos a?os. La costumbre de despachar como triunfalismo la presentaci¨®n por los l¨ªderes pol¨ªticos de sus aciertos es ya una mon¨®tona cl¨¢usula de estilo. Sin embargo, la cuesti¨®n realmente interesante es averiguar si esas manifestaciones de euforia poseen o no fundamento.
Triunfos en la mano
Felipe Gonz¨¢lez ten¨ªa ayer buenos triunfos en la mano (no en la manga), y ser¨ªa absurdo criticarle por haberlos puesto encima de la mesa. El a?o 1987 se ha cerrado con buenos resultados para la inflaci¨®n y el crecimiento. El acuerdo con la Administraci¨®n de Reagan permite al Gobierno socialista cumplir una de. las cl¨¢usulas m¨¢s dificiles del refer¨¦ndum sobre la permanencia de Espa?a en la OTAN.
Se ha detenido la destrucci¨®n de puestos de trabajo y hay esperanzadores s¨ªntomas de que la creaci¨®n de empleo no es un simple sue?o de verano.
Incluso parece vislumbrar se la posibilidad de una salida pac¨ªfica a la situaci¨®n del Pa¨ªs Vasco.
Es cierto que Felipe Gonz¨¢lez no hizo el inventario de los errores superfluos y de las omisiones culpables de su Gobierno.
Resulta habitual que los gestores de cualquier organizaci¨®n (pol¨ªtica, empresarial, sindical o deportiva) usen el microscopio para observar sus ¨¦xitos y apliquen el telescopio para mirar sus fracasos. Pero la regularidad estad¨ªstica no transforma esa inveterada costumbre en f¨®rmula virtuosa.
Avance hasta el centro
C¨¦sar Luis Menotti ha popularizado la t¨¢ctica del achique de espacios, que permite dejar en fuera de juego a los atacantes rivales mediante el procedimiento de adelantar la defensa casi hasta el medio campo. El 31? Congreso del PSOE parece destinado tambi¨¦n a padecer un dr¨¢stico achicamiento de sus espacios ideol¨®gicos gracias a ese avance hasta el centro del debate de los logros macroecon¨®micos, que margina de la discusi¨®n cuestiones de gran inter¨¦s relacionadas con la vida p¨²blica y el funcionamiento del PSOE.
Felipe Gonz¨¢lez aplic¨® una especie de ducha escocesa a los delegados del 31? congreso. Por una parte, alent¨® sus emociones patri¨®ticas de partido al exagerar el arraigo social de la organizaci¨®n; por otra, les record¨® que el PSOE es s¨®lo el instrumento de un proyecto cuya definici¨®n no pertenece exclusivamente a sus militantes. Queda, entonces, por saber d¨®nde est¨¢ la sala de m¨¢quinas de ese programa de reformas. Felipe Gonz¨¢lez defini¨® el proyecto socialista como una profundizaci¨®n de la democracia, como un incremento de la participaci¨®n democr¨¢tica. Cabr¨ªa preguntarse si ese elogiable objetivo tambi¨¦n debe ser perseguido, en su funcionamiento interno, por los partidos que lo proponen a la sociedad.
La distinci¨®n realizada por el secretario general del PSOE entre cr¨ªtica demag¨®gica y cr¨ªtica veraz suscita, a falta de ejemplos que dibujen n¨ªtidamente los perfiles de ambos g¨¦neros, una cierta perplejidad.
Tampoco la pareja de opuestos formada por la autocomplacencia y la autofiagelaci¨®n, condenados por Felipe Gonz¨¢lez en pie de igualdad, posee contenidos claros que permitan saber a ciencia cierta cu¨¢l pueda ser el espacio para un debate ideol¨®gico equidistante de la fanfarroner¨ªa y del masoquismo.
Al menos en dos ocasiones, el secretario general del PSOE exhort¨® ayer a que cada cual diga la verdad de lo que ¨ªntimamente piensa. Esa cr¨ªptica recomendaci¨®n se refiere probablemente a las discrepancias con UGT. Si la afirmaci¨®n implicase que los cr¨ªticos sindicalistas del Gobierno son conscientes de la falsedad de sus argumentos, el debate no podr¨ªa empezar peor. Porque esa autocomplacencia tan denostada por Felipe Gonz¨¢lez descansa precisamente sobre el supuesto de que el adversario sustituye intencionadamente la veracidad por la demagogia, como simple instrumento de lucha por el poder.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.