Exquisita fragancia modema
Primera exposici¨®n individual en Madrid de Riera i Arag¨® (Barcelona, 1954), joven artista dotado de una refinada sensibilidad, en una l¨ªnea muy pr¨®xima a T¨¢pies, que ha sido, cada vez lo apreciamos con m¨¢s claridad, modelo y est¨ªmulo para toda una generaci¨®n de j¨®venes pintores catalanes en el modo de tratar la materia, el espacio, el gesto y hasta, en ocasiones, el signo. Ser est¨ªmulo y modelo no presupone necesariamente condenar a nadie al mimetismo, sino, todo lo contrario, abrir v¨ªas fecundas para que se potencie lo singular, en el doble sentido de expresi¨®n individual de un mundo propio y cauce libre, asimismo, de las ideas y gustos cambiantes en cada generaci¨®n.Los papeles y los cuadros actuales de Riera i Arag¨® son un ejemplo de esa convergencia fruct¨ªfera en esa -dig¨¢moslo as¨ª para evitar equ¨ªvocos- atm¨®sfera a lo T¨¢pies, lo que no excluye, obviamente, otras referencias e inclinaciones personales de un artista cultivado y con una marcada tendencia a lo exquisito.
Riera i Arag¨®
Galer¨ªa Columela. Lagasca, 3.Madrid, del 19 de enero al 20 de febrero de 1988.
Por lo dem¨¢s, esta convergencia se produce a partir de una trayectoria como la de Riera i Arag¨®, que previamente ha transitado por sendas figurativas, con motivos emblem¨¢ticos incrustados muy sugestivamente sobre soportes mat¨¦ricos diversos, aplic¨¢ndose en esas incrustaciones t¨¦cnicas de ensamblaje.
Jaspers Jones
Hay, pues, un Riera i Arag¨® anterior al actual que se relacionaba con la pintura de la manera t¨¦cnicamente anticonvencional que instituy¨® Jaspers Johns cuando romp¨ªa el plano incorporando objetos reales, borrando no s¨®lo los l¨ªmites entre lo pict¨®rico y lo escult¨®rico, sino tambi¨¦n las de la imagen misma como algo codificado. Esta revolucionaria libertad del gran artista norteamericano se inspir¨® a su vez, como es sabido, en la precedente actitud creativa de Duchamp, cuya cita es aqu¨ª doblemente obligada porque Riera i Arag¨®, al que tampoco podemos clasificar claramente como pintor o escultor, ya que su tr¨¢nsito entre ambas lo impide, ha realizado piezas al modo de los objetos encontrados duchampianos, incluso con el toque maquinal, entre ir¨®nico y perverso, que caracteriz¨® el ingenio, mefistof¨¦licamente alado, del c¨¦lebre dada¨ªsta franc¨¦s.De manera que bajo la sombra tutelar de Duchamp, y entre Jaspers Johns y T¨¤pies (que guardan entre s¨ª, dicho sea de paso, m¨¢s de una analog¨ªa o coincidencia formales, a pesar de la profunda diferencia de sus respectivas personalidades), la obra de Riera i Arag¨® se nos muestra como un lenguaje de gran riqueza expresiva y conceptual a la vez que refinado y elegante.
Bellos marcos
Los hermosos y seleccionados papeles, delicadamente tratados; los cuadros, en los que se combinan sofisticadamente las abruptas y toscas materias con bellos marcos buscados al efecto.Las esculturas, de una sutileza que recuerda a Giacometti... todo, en general, en esta exposici¨®n nos da la impresi¨®n de hallarnos ante una cuidada destilaci¨®n de fragancia moderna, destinada a satisfacer a los m¨¢s exigentes degustadores de un lenguaje vanguardista, hoy ya m¨¢s motivo de placer que de inquietud.
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