La pasi¨®n amorosa de Janacek

Si Ernest Chausson es poco frecuentado entre nosotros, menos se escucha todav¨ªa la obra del moravo Leos Janacek, nacido en 1854, un a?o antes que el franc¨¦s. De ah¨ª que sea muy elogiable el retorno del autor del poema del amor y el mar (me resisto al t¨®pico actual de recuperaci¨®n, aplicado cada d¨ªa a la buena de Dios) y, aunque sea en peque?as dosis, la del compositor de Jenufa.A ¨¦l consagr¨®, hace ocho a?os, un enjundioso estudio el m¨²sico y dramaturgo Guy Erismann que bien valdr¨ªa la pena traducir al espa?ol. Con ese af¨¢n franc¨¦s de subtitular literariamente la figura y la vida de los grandes hombres, Erismann adjudica a Janacek "la pasi¨®n de la verdad".

No es que otros compositores hagan arte de mentirijillas, sino que el checoslovaco rebosa sinceridad, hace sustancia de la veracidad en cuanto escribe y en c¨®mo lo escribe. M¨¢s a¨²n si se trata de un cuarteto como el segundo, cuya denominaci¨®n, Cartas ¨ªntimas, alude a una larga pasi¨®n amorosa: la de Kamila St?sslova, iniciada en 1917 en Luhacovice, un lugar, dice Erismann con raz¨®n, que todav¨ªa hoy es enternecedor por su calma buc¨®lica.

A pesar de que el cuarteto, escrito en tres semanas, responde a un itinerario amoroso y a una situaci¨®n biogr¨¢fica amarga y casi desesperada, los resultados son de una belleza original y objetiva extraordinaria, tanto como para hacer de Cartas ¨ªntimas algo aparte en el proceso musical creador en la Europa de los a?os veinte.

Cuarteto inacabado

Chausson, en su inacabado Cuarteto opus 35, condensa la sutileza y el refinamiento de sus ideas y su lenguaje musicales. Ensimismada, casi herm¨¦tica, "radicalmente impopular", como dir¨ªa Ortega, esta m¨²sica revela estados an¨ªmicos m¨¢s trascendentes que la manoseada elegancia del arte franc¨¦s.De todo punto excelentes resultaron las versiones del Cuarteto Enesco, que complet¨® la interesante sesi¨®n con un cuarteto favorito: el de Mauricio Ravel.